La salud y economía son dos de los mercados más complejos que existen. Salud está definida como la capacidad física, mental y social para enfrentar los desafíos de la vida diaria, siendo economía un determinante de la salud. Países con poblaciones no saludables no prosperan económicamente.

Realmente complejo es observar población inscrita en un seguro de salud, realizando copagos que llamamos “gastos de bolsillo”, como medicamentos 38%, consultas médicas 19,8%, exámenes de laboratorio y rayos 11,8%, servicios dentales un 9,3%, entre otros.

Todos ellos son una carga financiera importante para los hogares en nuestro país, haciendo más difícil el acceso a la salud y constituyéndose como catastrófico en hogares más vulnerables.

Si agregamos al análisis la realidad económica actual, no sólo país, sino global, en relación a la inflación, la situación descrita, entonces, se transforma en insostenible, ya no sólo para hogares vulnerables, sino impactando a toda nuestra sociedad. Esa es la realidad actual.

Una estrategia sería avanzar hacia un sistema con cobertura universal sin copagos, procurando que el acceso a atenciones y servicios de salud no dependa de los ingresos de las personas y que no les signifique un problema financiero a todos nuestros hogares en Chile.