ENVEJECIMIENTO POSITIVO

Frente al proceso de envejecimiento poblacional que estamos viviendo a pasos acelerados, es importante parar y analizar como queremos que sea nuestro futuro, como queremos vivir nuestra vejez; y es que cada vez estamos viviendo más años, pero la idea es que estos años ganados sean vividos de forma saludable tanto física, cognitiva e incluso mentalmente para así poder disfrutar a pleno y no en una cama, solos y sin autonomía.
Para ello no solo debemos preocuparnos de nuestra salud cuando alcancemos la adultes mayor, sino que es nuestro deber prepararnos desde la juventud; si somos activos mental y físicamente, si controlamos nuestra alimentación y salud, estaremos mejor preparados para enfrentar los cambios biológicos que nos depara el proceso de envejecimiento, permitiéndonos disfrutar dicha etapa.
Uno de los cambios más evidentes del proceso de envejecimiento es la pérdida progresiva de la masa muscular, esto se conoce como Sarcopenia, la cual inicia a partir de los 40 años; y se relaciona con la perdida de fibras rápidas, lo que sumado a la perdida de flexibilidad articular y al enlentecimiento de los reflejos neurológicos nos hace más propensos a perdidas de equilibrio y caídas. Como dato relevante, 1 de cada 3 personas mayores se cae al año, y el 25% de ellos termina dismovilizado en cama o silla de ruedas de forma permanente. La sarcopenia se asocia a fragilidad, disminución de la velocidad de la marcha, discapacidad, disnea y sedentarismo, lo que se convierte en un círculo vicioso mortal, que solo se rompe moviéndonos.
Si bien no podemos frenar el proceso fisiológico del envejecimiento, si podemos retrasar sus consecuencias, realizando actividad física de manera diaria, y con ello disminuiremos la pérdida de masa muscular, mejoraremos la flexibilidad y el equilibrio, además de mejorar nuestro rendimiento cardiovascular y la tolerancia al esfuerzo, estimular la producción de endorfinas y hormona del crecimiento, potenciar nuestro sistema inmune, reutilizar la glucosa circulante, asegurar la irrigación de tejidos, mejorando nuestro bienestar físico y psicológico.
Existen miles de posibilidades para mantenernos activos, la OMS recomienda realizar 150 minutos de actividad física moderada a la semana, teniendo efectos positivos desde los 10 minutos en adelante; es así como puedes salir a caminar a un paso más apresurado que el habitual, integrarte a algún grupo de ejercicios ya establecido, utilizar las maquinas de ejercicios que encontramos en muchas plazas de nuestra región o incluso utilizar elementos simples que tenemos en nuestras casas como: sillas, kilos de arroz como mancuernas, medias o toallas como bandas elásticas, botellas con agua, etc.; lo importante es realizar actividades que sean de tu interés y mucho mejor si es acompañado, ya que esta demostrado que la participación social es un factor preventivo para el cuidado de nuestra salud mental y cognitiva.
¿Y TÚ, TE ANIMAS?