Educación e Inteligencia Artificial: sin miedo a Chat GPT
No cabe duda de que la Inteligencia Artificial (IA) ha sido uno de los temas que ha copado la agenda nacional e internacional este 2023. Fue precisamente uno de los tópicos más comentados durante la más reciente edición del Congreso de Innovación Educativa organizado por el Centro Interdisciplinario de Innovación Educativa (CIED), en el que tanto asistentes como expositores lo mencionaron repetidas veces como un nuevo escalón en la escalera de la transformación digital y manifestaron un creciente interés por acceder a más información y formación.
Parafraseando la definición de la profesora Margaret Boden, autora del libro “Inteligencia Artificial”, el objetivo de la IA es “que los computadores hagan la misma clase de cosas que puede hacer la mente), lo que, naturalmente, eleva las inquietudes éticas en todo ámbito, pero principalmente entre docentes y académicos alrededor del mundo, especialmente por el reciente auge de ChatGPT, una IA tan poderosa que es capaz de entregar respuestas complejas y con expresiones muy naturales, lo que dificulta enormemente la distinción entre un texto escrito por una persona de uno generado por el sistema de IA.
Sin embargo, la IA en el ámbito educativo puede ser una herramienta de enorme utilidad pues entrega la oportunidad de innovar en las prácticas de formación y aprendizaje para así avanzar con mayor rapidez en el camino hacia el cuarto objetivo de desarrollo sostenible fijado por Naciones Unidas: la educación de calidad.
Así, docentes y académicos pueden utilizar diversos sistemas de IA para diseñar programas de estudio, crear ejercicios y preguntas respecto de los contenidos de las asignaturas, elaborar materiales de aprendizaje basados en diferentes ritmos y estilos de los educandos, o crear sistemas de tutorías para mejorar el proceso de enseñanza y de aprendizaje, entre otras. Asimismo, la IA puede ayudar en los procesos formativos y de actualización de conocimientos de los propios educadores para actualizar sus conocimientos, así como también acceder a nuevas herramientas digitales que faciliten la inclusión social.
Sabemos que la Inteligencia Artificial genera controversias en el sentido ético, pero, como toda herramienta, ésta puede ser utilizada para producir cambios significativos que permitan avances en la calidad educativa y en el desempeño de los docentes en sus labores de enseñanza. También puede ser un elemento de apoyo en la transformación de la visión educativa por parte de las y los estudiantes, ayudándolos a alcanzar una mayor autonomía y a que asuman una mayor responsabilidad en su proceso formativo.
En ese sentido, UNESCO ha tomado la firme iniciativa de ayudar a los Estados Miembros para que aprovechen las ventajas que entregan las tecnologías de IA, en orden a cumplir con las metas de la Agenda de Educación 2030. Para alcanzar tal meta, la innovación educativa es un pilar fundamental pues, a través del uso de nuevas técnicas y tecnologías, lleva a un aumento en la eficiencia y un mejoramiento general del sistema educativo. Todo lo anterior debe realizarse garantizando que el uso de ésta y todas las herramientas se rija por los principios fundamentales de inclusión y equidad, pues la educación es, sin lugar a duda, uno de los motores más poderosos y probados para garantizar el desarrollo sostenible.