Diabetes: Innovar en los cuidados y no quedar atrás

Cada 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes, enfermedad que sigue manteniendo un gran impacto en la salud, en el bienestar de las personas y “sobre todo en la economía de muchos países”. Con esta frase no pretendemos deshumanizar la atención, pero sí dar a conocer que es una de las enfermedades que mayores gastos en salud produce, en relación con la gran cantidad de personas que llegan a presentar complicaciones crónicas de esta enfermedad. Si lo contamos desde el lado positivo, es una enfermedad que generaría grandes ahorros, si los pacientes controlaran de manera adecuada su patología.

Según datos del MINSAL, hoy en Chile 1 de cada 10 personas tiene esta enfermedad. En la última encuesta de salud se demostró un aumento de los principales factores de riesgo: exceso de peso subió a 67% y el sedentarismo 89%, por lo tanto, hay mayores probabilidades de que la comunidad siga presentándola. Es importante agregar que en esta pandemia y según los informes semanales emitidos por el ministerio, es la segunda enfermedad más frecuente, después de la hipertensión arterial, en pacientes que se han complicado por COVID-19. Para Diabetes Chile es una preocupación el aumento de la obesidad infantil; de los niños y jóvenes con diabetes tipo 1 que ellos atienden, un 40% presenta sobrepeso a los 3 meses de ser diagnosticados.

La frecuencia de las complicaciones crónicas de la Diabetes Mellitus se desarrolla en relación al control irregular de la glicemia. Mientras más elevada se mantenga (hiperglicemia mantenida), mayor daño existirá principalmente a nivel microvascular, produciendo deterioro irreparable de los órganos afectados. Según algunos estudios, el tiempo que puede pasar o periodo de latencia entre el diagnóstico de la enfermedad y la complicación va de 3 a 13 años y más. Las complicaciones más frecuentes que se presentan en estos pacientes por un control inadecuado son: insuficiencia cardiaca, infarto agudo al miocardio, neuropatía (perdida de la sensibilidad de las extremidades inferiores), pie diabético (lesión ulcerosa que en algunos casos puede evolucionar a necrosis del tejido, con posterior pérdida de la extremidad o amputación), retinopatía con posterior pérdida de visión, enfermedad renal que lleva a la diálisis y accidente cerebrovascular.

Rubén Rojas, economista en salud, ha investigado con detalle este tema. En sus estudios – realizados con pacientes diagnosticados de alto riesgo – incorpora una combinación de telemedicina, intervención farmacológica, cuidado proactivo (una idea innovadora para detectar y anticipar las necesidades, antes de que los pacientes se vean obligados a hacer uso de recursos escasos y caros, entre otras acciones), mediciones previas y seguimientos por seis meses a través de un modelo económico predictivo. Tras estos estudios, calcula que se podría generar hasta un costo evitado por cada 100.000 pacientes diabéticos de alto riesgo, a un poco más de dos mil millones de pesos, teniendo pacientes con un mejor control de la glicemia. Podemos pensar que este monto pudiera ser traspasado a áreas de la salud con mayores carencias, como la salud mental o los cuidados de la persona mayor.

La OPS/OMS conmemoran este Día Mundial de la Diabetes 2020 para llamar la atención sobre la importancia de mantener los servicios de salud esenciales para las personas con diabetes. Su lema este año es «Diabetes: El personal de enfermería marca la diferencia», para destacar el papel fundamental que desempeñan las enfermeras y enfermeros junto con los Técnicos de Enfermería en el apoyo a las personas que viven con diabetes. Hoy también cumple un rol fundamental en la prevención de estas complicaciones el nivel primario de atención que, como vimos, se presentarán con menor intensidad y a más largo plazo en la medida que se logre un control adecuado de la glicemia.

Una nueva mirada

La innovación en las estrategias eficaces que pueden utilizarse para prevenir y controlar la Diabetes hoy se hace más importante y necesaria, debido a los muchos desafíos que la pandemia ha colocado para las personas con esta enfermedad y para quienes entregan sus cuidados o atención médica directa. Lamentablemente, nuestro país no ha innovado en nuevos avances tecnológicos para mejorar el control de esta enfermedad, que hoy se hace esencial.

Poco miramos los hemoglucotest como un dispositivo de utilidad, no solo para el paciente, sino también para el personal que realiza su control. Muchos de estos dispositivos se pueden conectar a un computador, donde es posible transferir los datos a un portal logrando que alguien pueda retroalimentar el proceso educativo del paciente; así como la creación de aplicaciones con un mismo objetivo: sabemos que un 79% de la población posee un teléfono inteligente.

Otro desafío es lograr que mayor cantidad de pacientes insulinodependientes tengan una bomba de insulina, como un proceso que los lleva a realizar menos punciones en el día a día, menos cálculos para elegir la dosis correcta y menos preocupación; a la espera de que creen nuevos medicamentos para el control de la glicemia o su monitorización durante el día u otro que retrase la diabetes, hasta lograr un sistema artificial de reemplazo de páncreas.

Debemos insistir en educar de manera permanente, que el paciente logre comprender su enfermedad y lo dañino que podrá ser si no es abordada de manera integral. No solo con sus medicamentos o insulina, hay que promover un cambio cultural, de los hábitos de vida, disminución de peso, dieta balanceada con restricción de hidratos de carbono y cómo evitar el sedentarismo con actividad física integrada a su rutina. Nadie mejora con un control cada tres meses si no tenemos una guía constante. Hoy se pueden elaborar programas educativos innovadores con el uso de nuevas tecnologías, sólo hay que recordar individualizar la terapia y considerar condiciones particulares de cada persona con diabetes. Así, aportaremos a dar una mejora significativa en su calidad de vida.