Día internacional de las Niñas
Las niñeces no son homogéneas, aunque desde una mirada adultocréntrica y edadista se las haya podido observar como un grupo uniforme, sin matices. Sin embargo, hay una cuestión que sí es universal, el declararlas como sujetas de derechos. Avance histórico que se logra recién con la Declaración Universal de los derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, consagrada hace unas pocas décadas atrás a nivel internacional. Principio tan básico en el presente, pero que fue por tan largo tiempo invisibilizado.
Las niñas en Chile, como en el resto del mundo, son diversas y heterogéneas. Niñas rurales, niñas indígenas, niñas migrantes, niñas pobladoras, entre otras, que habitan a lo largo y ancho de nuestro territorio, de cordillera a mar. Considerando las pertinencias territoriales, los desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad son a promover su empoderamiento sostenible y a garantizar la igualdad de oportunidades para que las niñas puedan desplegar todo su potencial en materia de educación y a trazar vocaciones sin límites ni estereotipos. A los/as adultos/as nos corresponde ser vigilantes para el cumplimiento del ejercicio del derecho de las niñas a una educación integral, a una salud de calidad y oportuna y a vivir en ambientes libres de violencia y abuso sexual infantil, entre otros.
Los derechos a jugar, estudiar, recibir contención familiar o hacer deporte, en ambientes seguros y saludables no siempre son compatibles con prácticas sociales que implican por ejemplo una sobre responsabilización de tareas domésticas y de cuidado, especialmente a cargo de las niñas de los hogares más pobres.
Finalmente, en un contexto globalizado, en este día llamamos la atención sobre las niñas víctimas de conflictos armados que lamentablemente estamos observando en los noticieros, agudizados este fin de semana, que tanto nos duele como humanidad y que por ningún motivo podemos normalizar.