Día de la concienciación del autismo

El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno permanente del neurodesarrollo de origen neurobiológico que afecta a la configuración y funcionamiento cerebral caracterizado por alteraciones en la comunicación social y la flexibilidad del pensamiento y la conducta con alta implicación genética en su origen.

Los criterios diagnósticos del TEA se dan a conocer en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-V). Dichas características se manifiestan de forma heterogénea a lo largo de todo el ciclo vital, pero con gran variabilidad entre las personas, pues las manifestaciones en cada etapa dependerán del desarrollo personal como también de factores psicosociales, entre ellos, el acceso a la detección e intervención temprana por un equipo interdisciplinario.

Cada 2 de abril se celebra el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, día propuesto por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución del 18 de diciembre del 2007. Esta preocupación nace de la necesidad de contribuir a la mejora en la calidad de vida de las personas con Trastorno del Espectro Autista, reconociendo sus derechos de participar de forma plena como integrantes de la sociedad, en condiciones que aseguren su dignidad, fomenten su autonomía y faciliten su participación activa en la comunidad.

Para el logro de ello es necesaria la detección temprana y así comenzar con una intervención integral desde la primera infancia bajo el apoyo de profesionales especialistas, cuyas terapias estén orientadas al trabajo de habilidades socio-comunicativas, cognitivas y/o conductuales en ambientes naturales según sea la necesidad que cada niño y niña con TEA y sus familias tengan.

El fonoaudiólogo forma parte fundamental del equipo de pesquisa e intervención, pues trabaja desde etapas prelingüísticas fomentando el desarrollo de dichas habilidades.

Es importante que familias y educadores estén alerta a hitos del desarrollo como la intención comunicativa, sonrisa social, atención conjunta, contacto visual, inicio de las primeras interacciones conversacionales, comprensión de mensajes verbales y aparición de la primera palabra en contextos comunicacionales, como también observar el tipo de juego, relación con sus pares y patrones de comportamiento e intereses de los niños y niñas, para que se oriente y derive al equipo profesional de forma temprana y oportuna, considerando la neuroplasticidad y favoreciendo un mejor pronóstico.

Esto es de real importancia como también lo es el desafío que tenemos como sociedad de ser más acogedora, que respeta y valora la diversidad, para que tanto niños y niñas como jóvenes y adultos con TEA y sus familias tengan un futuro más inclusivo en igualdad de oportunidades.