Derribando mitos: Coronavirus en China y murciélagos en Chile

Los murciélagos son un diverso grupo de mamíferos, con más de 1400 especies a nivel mundial, de las cuales solo 14 habitan en Chile. Su amplio espectro alimenticio, desde especies que se alimentan de insectos, hasta los que se alimentan de frutas, polen y néctar, brinda importantes aportes ecológicos, muchas veces ignorados.

Las especies insectívoras son eficientes depredadores de plagas agrícolas, convirtiéndolos en excelentes aliados de agricultores. Por otro lado, las especies frugívoras y nectarívoras, contribuyen a la dispersión de semillas y regeneración de bosques, así como también a la polinización de numerosas especies de plantas, de ahí la importancia de su conservación.

Sin embargo, su gran valor ecológico y económico se ha visto opacado por falsas creencias, incluido su asociación con diversas enfermedades, como es el caso del brote de coronavirus (nCoV-2019) de Wuhan, China.

No existe ninguna evidencia científica que vincule directamente este nuevo coronavirus con murciélagos. Se desconoce cómo se transmitió de animales a humanos, y tampoco está claro si el contagio involucró otro animal silvestre como hospedero intermediario entre murciélagos y humanos.

Un análisis de la secuencia genómica del nCoV-2019 muestra una similitud del 88% con dos coronavirus derivados de murciélagos, similares al SARS, siendo éste el único hecho que lo relaciona con los murciélagos. Dicho porcentaje, sin bien podría suponer una alta homología, no resulta suficiente para establecer con total certeza el origen en los murciélagos y confirmar su papel como reservorio primario.

El sistema inmune de los murciélagos es muy potente, pudiendo albergar muchos virus sin enfermarse, pero no son responsables de epidemias.

Los humanos somos parte del ecosistema y hemos invadido el territorio de muchas otras especies, destruyendo sus refugios y fragmentando hábitats. Muchos de estos brotes infecciosos serán más frecuentes si seguimos destruyendo los ecosistemas. Encontrar el origen y el modo de transmisión del virus Wuhan a los humanos es clave. Sin embargo, una especulación prematura presentada como un hecho no contribuye a evitar que estos eventos sigan ocurriendo.

La alta longevidad de los murciélagos, sus bajas tasas de reproducción y lento crecimiento de sus poblaciones limita su capacidad de recuperarse de eventuales declines poblacionales y mantener poblaciones viables. Esta reiterada costumbre de señalar a los murciélagos como transmisores de enfermedades, que en la mayoría de los casos no está demostrado con evidencia sólida, está causando serios daños y representa una importante amenaza a este grupo de mamíferos con fuertes implicancias para su conservación.

Ver nota en El Mostrador