¿Cómo cuidar tus pies para una Maratón?

Algunos se preparan durante meses y los más entusiastas se inscriben a última hora, pero lo cierto es que todo corredor debe cuidar sus pies para una maratón, sobre todo si se trata de grandes distancias, como las que se vivirán el próximo 07 de abril en la Maratón de Santiago.

Hemos recibido recomendaciones para quienes vivirán esta aventura por primera vez, pero no debemos olvidar que gran parte del protagonismo de esta jornada se la llevarán nuestros pies, por lo que debemos prepararlos y cuidarlos antes y después de la carrera.

A la recomendación de no estrenar calzado el día de la carrera, se suma la de utilizar calcetines, idealmente aquellos que han sido diseñados para deportistas y que cuentan con características antibacteriales y antitranspirantes.

Bajo ninguna circunstancia se recomienda utilizar las zapatillas sin calcetín, dado que se expondrá a un mayor roce que provocaría  ampollas y callosidades.

El corte de uñas debe ser el mismo que se recomienda para toda la población, hecho por un Técnico en Podología Clínica, que lo realice de acuerdo a la forma de la uña y el dedo, de lo contrario, debe realizarse de manera recta.

La hidratación de la piel debe ser diaria, idealmente dos veces al día. También se recomienda aplicar vaselina sólida, esparciéndola de manera uniforme para luego ponerse el calcetín. Esto generará una capa protectora para la piel del pie.

Tras finalizar la carrera, se recomienda reposar descalzo, elevando 20 centímetros los pies.

Y para descansar, se pueden sumergir en agua tibia, que favorecerá el flujo sanguíneo. El agua no debe ser helada, ya que se produciría una vaso-contricción de venas y arterias.

Enfermedades podales frecuentes

A pesar del desarrollo de tecnología para el calzado, los deportistas se ven expuestos a ciertas patologías o afecciones como son los callos, durezas en zona plantar y de talones e inflamaciones.

Gran parte de los deportistas sufren de fascitis plantar, que es una inflamación de la fascia o cojinete de la planta del pie, que al verse sometida al estrés, se contrae y produce inflamación.

Además, pueden sufrir de espolón calcáneo y juanetes o desviaciones del primer dedo del pie o de los denominados «dedos de garra», que producen una retracción y flexión de los dedos del pie, que podría ocasionar callos o queratomas por el roce de las articulaciones con el calzado.

La recomendación es prepararse, teniendo en cuenta todos los aspectos necesarios para vivir esta experiencia y por supuesto, sin dejar de lado los pies, visitando un Técnico en Podología Clínica regularmente, para cuidar la salud de sus pies.