Crisis Social, una oportunidad para reencontrarnos
Hoy nuestro país está viviendo una crisis social histórica, una crisis con una causal multifactorial, que ha puesto sobre la mesa las legítimas demandas de una sociedad civil que busca equidad a partir de un nuevo trato social. Lamentablemente, hemos visto grandes desmanes de grupos focalizados que no le hace bien a una sociedad que busca reconstruirse con una nueva mirada social, humana y justa. Si bien es cierto, el escenario actual ha provocado a nivel de la población, molestia e incertidumbre, debemos recordar que las crisis siempre llevan consigo la oportunidad de mejora y en nuestro caso de reconstruirnos como sociedad, ¿de qué forma? a través de la participación social, la cual en su esencia fortalece los procesos democráticos de los pueblos.
La acción de reunirse entre ciudadanos para discutir y analizar este proceso que estamos viviendo, es una oportunidad para volver a encontramos como comunidad y volver a descubrir el animal político o el ZOON POLITIKÓN que Aristóteles definió hace más de 2000 años, haciendo referencia que el hombre sólo puede alcanzar el bien común a través del dialogo con el otro. En este sentido, la participación social se vuelve protagonista de este proceso, ya que se establece a partir de la injerencia en la toma de decisiones y de la contribución que los ciudadanos pueden realizar frente a los hechos que les incumben, otorgando el espacio para recuperar una cultura participativa que se había perdido, para discutir los temas que las propias bases establezcan, sin dejar de lado el dialogo con la autoridad, estableciendo una red de colaboración entre ciudadanos y Estado.
La convocatoria de cabildos ciudadanos, reuniones vecinales, encuentros de jóvenes, etc, entrega a las antiguas y nuevas generaciones la posibilidad de vivenciar y reencontrarnos con una forma democrática de relacionarnos entre vecinos, reconociéndonos y llegando a acuerdos de forma respetuosa y colaborativa. Empoderándonos frente a este nuevo escenario social, pero no solos sino en comunidad.
Finalmente Cito a Arellano y Rivera, los cuales establecen que “la participación social es un componente indispensable para la nueva forma de relación entre gobernantes y gobernados sobre asuntos de interés público y bienestar social”.