Nos estamos acercando ya a vivir la semana más importante del cristianismo como es Semana Santa, tiempo privilegiado en donde no tan solo recordamos, sino que conmemoramos la pasión, muerte y Resurrección de Jesús, el carpintero de Nazareth. Y me atrevo a decir conmemorar porque es el concepto preciso dado que tiene una particularidad que llena de posibilidades y caminos este tiempo. Conmemorar tiene estricta relación con recordar un hecho histórico con un acto solemne que además lo trae al presente, que nos lo hace vivir una vez más rompiendo el simple recuerdo, transformándolo en un panorama actual. En este caso no es otra cosa que traer al presente la inmensidad y grandeza del hecho histórico de la pasión, muerte y Resurrección de Jesús, en donde la vida triunfa sobre la muerte, en donde la vida tuvo la última palabra, en donde la vida llenó de colores la realidad. Es aquí donde nos podemos hacer la siguiente pregunta: ¿Con qué hechos concretos puedo contribuir hoy a que la vida siga triunfando sobre la muerte al estilo de Jesús?

Estamos atravesando un tiempo desafiante, pareciera ser que por todos lados vemos signos en donde la muerte se impone: una guerra cruenta sostenida en el egoísmo, cada vez más personas que viven en las calles desamparadas, la vida de tantos y tantas que no se valora siendo solo un número más propiciando el absoluto sin sentido,  y así podríamos seguir enumerando tantos elementos. No obstante, aquello nosotros y nosotras tenemos la posibilidad de mirar la experiencia de Jesús para que la vida una vez más se vuelva a imponer, tenemos en nuestras decisiones, en nuestros pensamientos, en nuestras manos la oportunidad de marcar la diferencia y hacer que la vida triunfe: con un gesto amoroso, con una palabra esperanzadora, con un criterio iluminador, con una decisión valiente, haciendo que aquellos que son los más empobrecidos, los más descartados, los más sufrientes y que están en el corazón del resucitado puedan gozar de la vida que Él mismo les quiere regalar.

Es por esto que junto a las celebraciones litúrgicas que acompañan este tiempo, que son un medio importante para poder prepararnos comunitaria y personalmente a vivir esta conmemoración, junto al valor que tiene asistir y participar en nuestros lugares de culto cercano, necesariamente debemos llevar a nuestra vida cotidiana tantas pequeñas y grandes acciones que darán testimonio de que la vida triunfa sobre la muerte, llenando de esperanza nuestros entornos personales, familiares y  laborales, dado que nada está perdido si ofrecemos nuestro corazón.

 

Christian Guzmán Verdugo

Subdirector Nacional de Formación e identidad Santo Tomás