Chile y los corredores bioceánicos
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) los “corredores bioceánicos” en América del Sur constituyen una gran oportunidad para mejorar la competitividad de los territorios involucrados y potenciar así el desarrollo económico local.
Aunque conceptualmente los “corredores bioceánicos” son bidireccionales, en América del Sur sin lugar a dudas es Brasil la nación más interesada estratégicamente en transportar oferta exportable de diferente naturaleza desde el océano Atlántico hacia los puertos localizados en el océano Pacífico. Es así que Brasil desea salir por puertos del Pacífico a través de distintos países, tales como Chile, Perú y Ecuador.
En Chile los “corredores bioceánicos” están vinculados, en general, geográficamente al Norte Chico y al Norte Grande, y son fundamentalmente tres: en el norte chico tenemos el Corredor Bioceánico “Central Latitud 30” que nace en Porto Alegre (estado de Rio Grande do Sul) y se vincula con las provincias argentinas de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y San Juan, terminando en la ciudad – puerto de Coquimbo; también en el norte chico se ha trabajado el Corredor Bioceánico “ATACALAR” que se inicia en el sur de Brasil y se proyecta hasta la región de Atacama en vinculación con los puertos de Caldera, Chañaral y Tal Tal. En relación a las provincias argentinas relacionadas e interconectadas se pueden mencionar las siguientes: Catamarca; La Rioja; Tucumán; Córdoba.
Por su parte, en el norte grande se tiene el Corredor Bioceánico “Capricornio” que nace conceptualmente en el puerto de Santos y, en especial, en el estado de Mato Grosso do Sul, y se proyecta por la zona del Chaco en el norte de Paraguay y por las provincias de Salta y Jujuy en Argentina. Su vinculación con Chile corresponde, en especial, a las regiones de Antofagasta y Tarapacá, y a los puertos de Antofagasta, Mejillones, Tocopilla e Iquique.
A fines de 2015 los presidentes de Argentina (M. Macri), Brasil (D. Rousseff), Chile (M. Bachelet) y Paraguay (H. Cartes), suscribieron la denominada “Declaración de Asunción sobre Corredores Bioceánicos”, comprometiéndose a concretar el corredor vial que conecta el puerto de Santos en Brasil con los puertos del Norte Grande de Chile.
Esta ruta bioceánica física e integracionista es de carácter multidimensional y tiene impacto político, económico, social, cultural y medioambiental, y viene siendo un eje vial estratégico de integración a nivel de la región de Tarapacá.
Es la proyección de la región de Tarapacá hacia el Mercado Común del Cono Sur (MERCOSUR) y hacia los países de la cuenca del Asia – Pacífico (naciones del APEC). Este corredor conocido también como Corredor Bioceánico Vial atraviesa siete pasos fronterizos y permitirá ahorros de tiempo y kilómetros en relación a los viajes de buques con cargas de exportación que en la actualidad tienen que realizarse por el océano Atlántico y por el Cabo de Hornos para así llegar a los mercados asiáticos y a los puertos del océano Pacífico (Perú, Ecuador, Estados Unidos).
Sin lugar a dudas, esta ruta de integración (“Ruta Bioceánica”) es una extraordinaria oportunidad para la región de Tarapacá en materia de crecimiento, desarrollo humano y empleo. Además, esta temática multidisciplinaria estratégica resulta fundamental para la Universidad Santo Tomás en los ámbitos de investigación y vinculación con el medio, y redundará en un positivo impacto sobre los académicos y los estudiantes en general