Cambios con respeto, inteligencia e innovación
Varios hechos importantes en la historia marcan la conmemoración del Día Internacional de la Mujer trabajadora, empezando por los ocurridos en 1857 con la marcha masiva de mujeres protestando por mejores condiciones de trabajo. 51 años después, en 1908, ocurre una huelga masiva. Luego, el siglo XIX es testigo del movimiento internacional de mujeres que tuvo como bandera de lucha el derecho al voto femenino. Así, junto a otros acontecimientos que fueron marcando el camino en busca de la igualdad, la Asamblea de las Naciones Unidas reconoció en 1975, el 8 de marzo como día oficial para su conmemoración.
A lo largo de todos esos años, las cosas han cambiado. Hoy, al menos desde el discurso de lo social, incluso desde algunas políticas públicas, no es un tema ver a la mujer en escenarios tan diversos como cargos gerenciales, directivos y políticos, haciendo ciencia o siendo deportistas destacadas. Nos hemos acostumbrado a vernos y sentirnos con todos los derechos propios de los seres humanos, que viven en la sociedad moderna del siglo XXI.
El viernes 8 pasado celebramos un año más del Día de la Mujer, una jornada marcada por llamados de reivindicación, pero también de celebración por los avances que las mujeres hemos ido consiguiendo. Es cierto, hoy todavía hay muchos motivos para sentirnos indignadas, en algunos temas se ha avanzado más que en otros, y algunos de ellos, ni siquiera han entrado en el debate.
Los cambios de los que hoy somos testigo han ido permeando la cultura lentamente, nunca habíamos presenciado la participación de hombres, mujeres y niños, en la búsqueda del término de la violencia contra la mujer y por la igualdad de oportunidades. Esto es lo que ha pasado en casi todos los rincones del mundo, las mismas necesidades, las mismas demandas son generalizadas en todas las sociedades.
Hoy es tiempo de cambios y somos todos responsables de que estos ocurran en un marco de respeto y educación, y por qué no decirlo, con innovación e inteligencia. Actores importantes en este proceso son los líderes políticos y sociales, ellos son los responsables de escuchar y apoyar con hechos concretos lo que hoy, más que una demanda, es una necesidad social.