Atención farmacéutica, una práctica inexistente en Chile

El uso de medicamentos ha llegado a convertirse actualmente en un elemento presente en la vida de muchas personas. La facilidad de su acceso y la comodidad de su ingestión hacen que los pacientes, y en muchas ocasiones también los médicos, olviden los riesgos asociados a su administración. En este sentido, la definición de la Organización Mundial de la Salud nos señala que los pacientes reciban fármacos oportunos según sus necesidades, a dosis correctas individualizadas, durante un período valido y al mínimo costo posible para ellos y la salud pública. Sin embargo, la misma OMS documenta que más de la mitad de los medicamentos se prescriben, dispensan o venden de forma inapropiada y que la mitad de los pacientes no los toman correctamente.

A partir de esto es que en los años 70 nace un nuevo concepto en farmacia denominado Atención Farmacéutica (AF) que se define como la necesidad de que el personal farmacéutico se responsabilizara del uso de los medicamentos y de los resultados del tratamiento en sus pacientes, identificando y resolviendo problemas relacionados con medicamentos. No obstante, a pesar del esfuerzo por consolidar el concepto de AF a nivel mundial e incorporar esta práctica en el quehacer Farmacéutico, aún no se logra el criterio profesional esperado, siendo en Chile una práctica casi inexistente.

Por ello, el supuesto rol social que hoy debiera cumplir el personal farmacéutico ha sido desplazado, habiendo un desaprovechamiento profesional que los mantiene alejados de la comunidad, donde la práctica farmacéutica en sí, no se esté llevando a cabo por aquellos cuya formación los coloca en el ámbito de expertos en materias relacionadas con medicamentos. Además, el personal farmacéutico constituye el primer y único contacto del paciente con el sistema sanitario en las automedicaciones. Por tanto, el despacho del medicamento no puede ser una mera transacción mercantil, sino que debe ser una labor clínica cuyo foco sea la salud del paciente y debe incluir la responsabilidad del personal farmacéutico en la Farmacoterapia de los Pacientes.