Artrosis: que el frío no aumente el dolor

Con la llegada del invierno las personas mayores comienzan a preocuparse no solo por las enfermedades respiratorias, sino también por las dolencias articulares que se agudizan con el frío.

La artrosis es la enfermedad articular más prevalente a partir de los 50 años, siendo las personas mayores las más afectadas. El principal síntoma de esta enfermedad, es el dolor causado por la degeneración del cartílago y la deformidad de la articulación, que suele ser más intenso cuando se inicia el movimiento tras pasar por periodos de reposo. Sin embargo, el frío es un factor que agudiza los síntomas, sobre todo en la estación invernal.

Las personas que padecen esta enfermedad suelen ser especialmente sensibles a los cambios meteorológicos, no obstante, el descenso de las temperaturas no genera ni agrava la artrosis, pero sí la hace más sintomática. Lo que sucede es que la exposición al frío provoca una disminución del riego sanguíneo, sobre todo en las zonas más expuestas de nuestro cuerpo, como las manos, rodillas y cuello, favoreciendo la rigidez articular y la contractura muscular, esto hace que las articulaciones afectadas se compriman más, aumentando la fricción de sus cartílagos desgastados, el dolor y la pérdida de movilidad.

Sin embargo, quienes sigan los siguientes consejos podrán reducir el dolor articular durante el invierno:

  • Mantener las articulaciones activas, realizando actividad física de baja a moderada intensidad, pero de forma frecuente (3 o más veces por semana). El ejercicio ayuda a frenar el deterioro de las articulaciones y puede reducir de forma importante la sintomatología dolorosa de la artrosis. Se aconseja caminar en terreno plano al menos 800 metros, progresando paulatinamente hasta completar 2 a 3 kilómetros. También es recomendable realizar ejercicios de fuerza con pesos no superiores a 5 kilogramos o bien utilizar bandas elásticas. Otros ejercicios muy recomendados son el Acuagym y el Tai Chi.
  • Por las mañanas, cuando suele haber mayor rigidez y dolor, es conveniente tomar una ducha con agua caliente y dirigir el chorro a las articulaciones afectadas.
  • La aplicación de calor local es útil para mitigar el dolor articular, los guateros, bolsas de semillas o comprensas calientes puestos por 15 minutos, alivian notoriamente las molestias. Es importante estar seguros de que la temperatura no genere quemaduras.
  • El masaje también es efectivo para reducir el dolor. Este debe ser después de la aplicación de calor y de tipo circular, abarcando toda la articulación y sin emplear mucha presión.
  • Para salir fuera de casa en días fríos es necesario abrigar bien las zonas que usualmente duelen, utilizando más de una capa de ropa, como pantis o calzoncillos largos debajo de los pantalones.
  • Si los dolores son intensos y frecuentes, consulte a su médico sobre qué analgésico puede utilizar, pero evite auto medicarse.