Amamantar o no amamantar… he ahí el dilema

Somos mamíferos. Lo natural sería alimentarnos, durante la primera etapa de nuestras vidas, con leche materna, sin embargo con el correr de los años y la aceleración de nuestro estilo de vida, amamantar se ha convertido en opción.

¿Qué beneficios trae amamantar? Bastantes, y son conocidos: la leche materna es rica en anticuerpos y aminoácidos, lo que permite niños más vigorosos, que se enferman menos y tienen mayor apego con la madre, quien también se ve beneficiada, ya que al amamantar el útero de la madre se retrae, se recuperan las mamas y hasta se favorece la recuperación del peso.

Aún con toda esta información hay lugares donde no se permite que las madres alimenten a sus bebés, ya que se incomoda al resto… Pero ¿Por qué un bebé debe almorzar en el baño? ¿No será mejor proteger la intimidad de la mujer con un paño discreto o quizá disponer de un lugar para que la madre esté cómoda? Quizá en eso estamos fallando, al no resguardar nuestro pudor como mujeres o quizá en eso está fallando el resto, al no ver este acto como algo natural y libre de prejuicios.

Es un tema que da para largo; hay que discutirlo, así como hay que fomentar la lactancia materna, que tal como reza en el lema de la Semana Mundial de la Lactancia puede ser clave para el desarrollo sostenible.

Hoy en día, los alumnos de Técnico en Enfermería Gineco-Obstétrica y Neonatal fomentan la lactancia a través de educación a las madres, donde se les enseña las posturas que facilitan la alimentación del bebé, se integra al padre y se busca que la madre esté libre de estrés, para que la recepción de este nuevo integrante de la familia sea un momento de regocijo.