Acreditación de Salud: caminando hacia la calidad
Nuestro país promueve la equidad en salud con el objetivo de garantizar a todos los usuarios del sistema una atención segura y de calidad, tanto a nivel de la red pública como privada.
En Chile, la acreditación de la calidad de las instituciones de salud es una política pública sanitaria relativamente reciente, ya que fue establecido como uno de los ejes de la reforma sanitaria del año 2005, surge así el Sistema Nacional de Acreditación en Salud para el cumplimiento de la Garantía de Calidad.
El proceso
El proceso de acreditación es una de las múltiples estrategias que, tanto los gobiernos como las instituciones usan para mejorar la calidad de las intervenciones, pudiendo entenderse como una estrategia de gestión y; a la vez, una política pública.
Esta acreditación constituye un proceso periódico y sistemático de evaluación, al cual deben someterse –en forma voluntaria- todos los prestadores institucionales que cuentan con su autorización sanitaria vigente: hospitales, clínicas, centros ambulatorios y laboratorios. Todos ellos, por lo tanto, deben dar cumplimiento a un conjunto de estándares de calidad fijados y normados por el Ministerio de Salud.
Calidad y cambio cultural
En el sistema de salud chileno, la puesta en marcha de la “Ley de Derechos y Deberes de los Pacientes”, en octubre del año 2012, ha requerido por parte de los profesionales y funcionarios en general un enorme esfuerzo para entender su contenido, y sobre todo su correcta implementación. Especialmente de los protocolos relacionados a las normas de seguridad, entre otros temas y procesos relevantes.
Este cambio en la gestión ha generado un proceso de mejora continua trasversal en todos los equipos de los hospitales y clínicas del país empujando un cambio cultural profundo en beneficio de los usuarios, pacientes y funcionarios. Justamente, este cambio cultural hacia la mejora continua es un desafío de nuestro sistema de salud.