El impacto positivo de la terapia ocupacional en las aulas

Muchas veces los cuidadores y profesores se preguntan de cómo hacer para que los niños y/o jóvenes con necesidades educativas especiales mejoren su participación social con pares en el contexto escolar, una situación tan significativa y que marca para siempre la vida de las personas.

Independiente de los tipos de personalidad y de los caracteres de todas las personas, en el mundo actual  los niños y jóvenes se han convertido en receptores sensibles al medio construyendo y recibiendo mucha información, tendencias, formas diversas de relacionarse y el cómo actuar para perseguir el tan ansioso éxito.

A pesar de que el nivel de comprensión y los intereses de los niños de diversas edades han ido cambiando de forma veloz en el tiempo.

Observo en ocasiones que el respeto a la diversidad,  los conceptos de aceptación y tolerancia,  son aún muy débiles, situación que es observable ya en los primeros años de la educación básica. La valiosa ventaja que podemos rescatar en los estudiantes, está en la permeabilidad al cambio y la voluntad para internalizar nuevos aprendizajes.

El enfrentarse a un grupo social diverso y complejo como es la sala de clases, compartir el mismo espacio físico y de actividades gran parte del día, muchas veces es difícil de manejar por parte de los entes educadores en relación a que todos se acepten con todas sus diferencias y semejanzas.

Y cuando digo todos, me detengo en los estudiantes con necesidades educativas especiales, en los cuales es frecuente detectar dentro del diagnóstico ocupacional dificultades de desempeño en la participación social y de educación.

El aceptar y manejar ciertas conductas o formas relacionales que no corresponden al comportamiento típico descrito dentro de los parámetros esperados,  muchas veces se torna casi imposible dentro del aula para los compañeros de los niños con capacidades “diferentes”, todo esto omitiendo que no solo los niños con NEE tienen capacidades diferentes, sino que todos las tenemos.

Desde mi experiencia en el quehacer de la Terapia Ocupacional actuando en los contextos educativos, visualizo que de formas tan simples como usar la estrategia de la lectura de un cuento infantil en torno a la temática del respeto y la tolerancia, puede iniciar cambios increíbles que promueven el inicio de la verdadera mirada inclusiva en el contexto escolar.

En el aula se pueden favorecer cambios importantes tanto en la participación de un niño en particular así como también en el resto de sus pares, docentes y familiares,  generando niños que son capaces de empoderarse de roles potentes, que hacen fluir con fuerza la construcción del auto concepto, y otras habilidades que mejoran el aprendizaje escolar.

Sin la intención de extenderme más en estrategias puntuales para percibir logros de esta índole, dejo la puerta abierta a reflexionar cómo impactaría la intervención del terapeuta ocupacional construyendo programas de sensibilización hacia la aceptación y tolerancia en todos los contextos escolares desde temprana edad, apuntando no sólo a los usuarios con necesidades educativas especiales.

Creo que es una faceta en bruto que podría formar parte potencial en el construir de la educación inclusiva.