27 de septiembre: Día del Odontólogo
A 104 años de la promulgación de la ley 3.301 que estableció la existencia legal del título universitario de Cirujano Dentista, los odontólogos celebramos ser parte de una disciplina de servicio vocacional, tremendamente relevante para la salud de todos nuestros conciudadanos, más aún en el contexto actual, en el que los sectores más vulnerables han sido especialmente golpeados por la pandemia y necesitan de nuestras manos solidarias para volver a sonreír.
Una de las tareas importantes que nos invoca con urgencia es la atención dental de nuestros niños que por más de un año fue postergada debido a la contingencia sanitaria en pandemia
Con mayor relevancia se alza esta problemática si consideramos que las caries dentales son la enfermedad con mayor tasa de incidencia en niños de edad escolar, siendo, además, de carácter irreversible. La última Encuesta Nacional de Salud, arrojó que el 62% de los menores que superan los 12 años tiene caries y 2 de cada 10 presenta caries a los dos años, cifra que aumenta a 5 de cada 10 a los cuatro años. Incluso en los países desarrollados, de acuerdo con datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 60% y el 90% de los niños en edad escolar tiene caries.
Los especialistas recomiendan que los niños deben ir al odontólogo dentro de los primeros seis meses después de la aparición de los primeros dientes, comenzando estos a erupcionar alrededor de los 6 meses de edad.
Según los especialistas, es muy importante conservar los dientes temporales, o también llamados “de leche”, hasta su recambio de forma natural. Esta dentición primaria ayuda a los niños a masticar de manera correcta para mantener una buena alimentación, participa en el proceso y desarrollo del habla, ayuda a mantener el espacio para los dientes y, por último, una sonrisa saludable en los niños les fortalece la autoestima y su relación con los demás
Debido al confinamiento por el COVID-19, la visita odontológica fue menos recurrente, por ende, los problemas dentales fueron pospuestos, con el consecuente aumento de caries e infecciones bucales especialmente en la dentadura de los niños. Sumado a esta falta de atención, el sedentarismo trae consigo desórdenes alimenticios que en los niños también han jugado un rol importante en el deterioro de su salud bucal, y lamentablemente los tratamientos no tienen la misma eficacia cuando son abordados en edades más avanzadas.
Frente a este complejo escenario y ya superada la barrera del confinamiento, el área odontológica del CFT Santo Tomás ha retomado acciones tanto en clínica como en terreno, interviniendo y promoviendo hábitos para la salud bucal de los menores y de quienes están a su cuidado.
En esta línea, también nos hemos integrado al proyecto no gubernamental de operativos odontológicos infantil más grande del país: “Ruta Sonrisas”, gestado e impulsado por Fundación Sonrisas y que está recorriendo el país con el objetivo de entregar atención dental gratuita a 5 mil niños y niñas, educando además a la población en temas relativos a la prevención y cuidados en salud bucal para las comunidades más vulnerables golpeadas por la pandemia.
El equipo odontológico conformado por odontólogos, técnicos en odontología, higienistas, paramédicos y estudiantes de las áreas odontológica, salud y educación de Santo Tomás, han facilitado el desarrollo de un trabajo integral y multidisciplinario, desarrollando acciones de promoción, prevención y rehabilitación en salud bucal.
El despliegue de este proyecto contempla las ciudades de Santiago, Alto Hospicio, Antofagasta, La Serena, Los Andes, Concepción, Coronel y se proyecta sumar nuevas localidades durante el año mediante el aporte de empresas y la ciudadanía a través de campañas masivas.
Tal como menciona Gabriela Mistral, “muchas de las cosas que nosotros necesitamos pueden esperar, los niños no pueden, ahora es el momento, sus huesos están en formación, su sangre también lo está y sus sentidos se están desarrollando, a él nosotros no podemos contestarle mañana, su nombre es hoy”.
No nos definen las palabras ni lo que nosotros mismos escribimos o posteamos, sino nuestros actos y un odontólogo de vocación lidia permanentemente con el dolor, desesperanza y miedos ajenos para transformarlos en sonrisa. Mis saludos y felicitaciones a todos quienes abrazamos esta hermosa profesión.