Seminario organizado por carrera de Trabajo Social de UST Viña del Mar analiza los desafíos actuales del feminismo en Latinoamérica

  • La doctora argentina Sara Perrig señala que se deben identificar las demandas transversales que congreguen al “feminismo diversificado” de la actualidad.

“La gran pregunta de hoy es qué otra demanda puede seguir articulando a los feminismos”, fue el desafío planteado por la doctora Sara Perrig, investigadora CONICET de la Universidad Nacional de Villa María, Argentina, en el seminario “Pensar los feminismos en Argentina y Latinoamérica ante los nuevos desafíos de la agenda de género” organizado por la carrera de Trabajo Social de Universidad Santo Tomás sede Viña del Mar. El evento se realizó bajo el alero de la Red de incidencia pública en género, inclusión y diversidades, iniciativa de Vinculación con el Medio generada por la misma carrera.

Junto con repasar la historia del feminismo en Argentina, la académica trasandina cuestionó si es posible hablar de un feminismo latinoamericano, recordando el grito de “América Latina será toda feminista” utilizado en los movimientos de los últimos años. Agregó que la crisis política del año 2001, la lucha en torno a la legalización del aborto y el movimiento “Ni una menos” se constituyeron en los ejes del feminismo en su país en las últimas décadas, advirtiendo que ahora es necesario revisar si hay nuevos elementos unificadores.

En ese sentido, señala que hay demandas transversales, como las tareas del cuidado (pensado desde un ámbito más amplio que el cuidado familiar) y la violencia de género, que pueden ser esos nuevos elementos que congreguen a los “feminismos diversificados” de la actualidad.

“Hay que tener cuidado con que el movimiento se enfoque sólo en lo normativo, no hay que olvidarse de la aplicabilidad. Tenemos una necesidad de políticas públicas integrales, no sólo de leyes”, sentenció.

Sara Perrig advirtió también que el feminismo “no se reduce a izquierda o derecha”, porque “los feminismos son movimientos políticos y culturales, ahí está su potencia revolucionaria”. También aclaró que “no todas las mujeres son feministas”, apuntando al avance de las corrientes más conservadoras en Latinoamérica durante los últimos años. “Lo que el feminismo requiere es una articulación generacional y una apertura hacia los movimientos populares”, finalizó.