La institución impulsó diversos talleres a fin de crear conciencia de la importancia de cuidar el medioambiente, a través de la creación de huertos urbanos, el reciclaje y un ladrillo ecológico.

El Festival por la Acción Climática, iniciativa enmarcada dentro de las actividades de la COP25, convocó a distintas instituciones público-privadas en pleno centro de la ciudad de Los Ángeles.

Esta jornada fue impulsada como una forma de descentralizar las actividades de la COP25, luego de que ya se realizara en las provincias de Arauco y la de Concepción-Talcahuano. En este contexto, hasta la plaza de armas de la capital provincial de Biobío, llegaron cientos de personas y familias para ser parte de esta iniciativa, como una forma de hacerse parte del cuidado y protección del planeta.

Santo Tomás Los Ángeles fue una de las tantas instituciones de educación superior que no quiso quedarse fuera de esta actividad por dos razones importantes.

“A través de distintas instancias, unidades académicas, carreras y Centros de Investigación, intentamos ser un aporte en cuanto a apoyar las acciones en torno al cambio climático, tratando de generar conciencia y estudios o acciones que vayan en beneficio del planeta”, relató el director académico del IP/CFT de Santo Tomás Los Ángeles, Rodrigo Mosquera.

Un stand de la institución albergó distintas iniciativas que van en directo beneficio del planeta, como una forma de mostrar algunas experiencias de aprendizaje destinadas a ello. Una de éstas fue la presentación de un prototipo de ladrillo ecológico por parte de un exalumno de la carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos del Centro de Formación Técnica de Santo Tomás Los Ángeles.

Francisco Javier Cárcamo es el responsable de este emprendimiento, tras reciclar productos de desecho común, como una alternativa viable constructivamente hablando. Así se trata de un ladrillo reciclado, que permite sacar de circulación los plásticos excedentes, desde vertederos y centros de acopio.

“El ladrillo se logra unificar con otras materias primas como la arena y el cemento, logrando un producto de alta calidad y con muchos beneficios; entre ellos, que es térmico, sismo resistente, termo acústico, ecológico y completamente reciclable”, relató el joven prevencionista.

De igual forma, mencionó que su emprendimiento nació a partir de la necesidad de cuidar el planeta; “como responsables, en cierta parte, estamos llamados a descontaminar. Por ello, la idea consideró harto trabajo y estudio, para lograr las dosificaciones exactas que permitiera conseguir un producto de mayor calidad”, expresó Cárcamo.

De igual forma, sostuvo que la idea principal es llevar la menor cantidad de plástico a un reciclado y transformarlo en un producto para edificación que sea altamente seguro y confiable para las personas.

La importancia de reciclar

La jornada contempló también talleres de reciclaje, a través de la participación del área Ciencias Básicas de la Universidad Santo Tomás. Ello, con la idea de enseñarle a los asistentes cómo fabricar otros productos con distintos desechos que se encuentran en el hogar.

“El stand tenía que ver con enseñar a la comunidad a reutilizar, reciclar y darle un valor a lo que nosotros en estos momentos estamos botando, como grandes cantidades de plástico, latas, bandejas de huevos y corchos de vino, entre otras.”, relató la docente del área de Biología de Ciencias Básicas de la Universidad de Santo Tomás Los Ángeles, Soledad Chamorro.

Huertos urbanos

Las carreras del área Recursos Naturales del Instituto Profesional de Santo Tomás Los Ángeles, también participaron enseñando cómo crear huertos urbanos. A través de talleres prácticos se propusieron concientizar a la comunidad, respecto de la importancia y los beneficios que tienen en la vida de las personas.

“Motivamos a nuestra comunidad a tener especies en la casa, que permitan brindar bienestar. Asimismo, acostumbrar a los pequeños a manejar plantas, a conocerlas y cultivarlas”, relató la directora de carreras del área de Recursos Naturales, Karina Pinilla.

En este contexto, sostuvo que lo primero que hay que definir para implementar un huerto urbano es el espacio.

“Lo primordial es definir espacios que van a quedar para ello y utilizar envases o recipientes que uno no vaya a estar moviendo con posterioridad, ya que las especies necesitan tener una posición, un lugar definido para ello”, agregó Pinilla.

Luego, expresó que será necesario elegir la especie que se desea cultivar; lo ideal es mantener siempre hierbas aromáticas, que las personas puedan consumir en sus hogares, como el tomate cherry y lechugas.

De esta manera, en la actividad mostraron diferentes variedades de plantas que pueden colgar o mantener en espacios pequeños; a modo de ejemplo, Pinilla relató que el tomate cherry puede dar hasta 50 tomates por planta y ocupa poco espacio porque crece en altura, siendo factible ubicarlo en una esquina.

La directora de las carreras del área de Recurso Naturales explicó que dentro de los beneficios de los huertos urbanos es que entregan felicidad; esto, porque “generan un ambiente de bienestar. Por otra parte, si cultivas plantas que den frutos comestibles, las personas sabrán su origen y lo que están comiendo, que fueron especies cultivadas con nada más que agua y lo que entregó la tierra”.