ACADÉMICOS DE SANTO TOMÁS LOS ÁNGELES ENTREGAN CONSEJOS

¿Cómo prevenir las consecuencias de una exposición prolongada al sol?

Además, brindaron recomendaciones para no sufrir las secuelas que puede ocasionar la exposición permanente al sol.

Con la llegada del verano, el sol comienza a pegar más fuerte y una exposición prolongada a esta fuente de calor puede traer consigo consecuencias en la vida de las personas.

Ante ello, académicos de Santo Tomás Los Ángeles entregaron algunas recomendaciones para paliar los efectos que el sol puede traer consigo y disfrutar de caminatas, piscinas o la playa sin tener que lamentar.

“Con la llegada de las altas temperaturas, la gente comienza a utilizar ropa más ligera como poleras y short. Así como en el invierno usamos bufandas, en el verano debemos llevar en nuestro bolso un protector solar; de factor 30 hacia arriba es recomendable cualquier tipo de protector solar que nos ayude a amortiguar la radiación UV”, relató el jefe de carrera de Prevención de Riesgos de Santo Tomás Los Ángeles, Claudio Aguilera.

En este contexto, explicó que la importancia de cuidarse de los efectos del sol es que éste emite una radiación hacia la tierra que llega con diferentes gamas o tipos (UVB y UVA). Los rayos UVB y UVA “son los que traspasan la atmósfera y llegan a la tierra; Los UVB llegan con mayor intensidad producto de que, año a año, la capa de ozono está adelgazando, por lo que entra más directo y afecta más a nuestra piel”, relató el académico.

Asimismo, explicó que la radiación UV es acumulativa en el cuerpo, desde que somos pequeños hasta que las personas se van transformando en adultas, trayendo consigo, a largo plazo, problemas como envejecimiento temprano; cataratas y cáncer a la piel.

Sin embargo, dentro de los efectos inmediatos, una exposición prolongada al sol puede causar enrojecimiento de la piel, además de colocar los ojos amarillos y cuando es demasiado prolongada, se formarán ampollas en el cuerpo de las personas.

Por lo mismo, el experto de Santo Tomás Los Ángeles recomendó evitar la exposición directa del sol entre las 10:00 y las 17:00, horas en las que el sol es más dañino para el organismo de las personas; utilizar protector solar de forma constante, 20 minutos antes de exponerme a la radiación directa, repitiendo el paso cada dos o tres horas.

Cabe hacer presente que, por ley, aquellas empresas cuyo personal debe trabajar expuesto a los rayos del sol de manera constante están obligadas a entregarles todos los elementos de protección personal a sus trabajadores, pudiendo incluir gorros, cubre nunca, ropa manga larga, idealmente con filtro UV y protector solar.

PRODUCTOR DE VITAMINA D

La docente de la carrera de Enfermería de la Universidad Santo Tomás Los Ángeles, María José Espinoza, explicó que el verano es una de las estaciones del año que, por sus características, permite permanecer un mayor tiempo al aire libre, además de utilizar ropa ligera.

A consecuencia de ello, las personas se exponen en mayor porcentaje al sol; “además de brindarnos calor, éste es el responsable de la producción de vitamina D, la cual se encarga de fijar el calcio y fósforo, entre otros. Sin embargo, la radiación producida por el sol a través de los rayos UVA, UVB y UVC es responsable de alteraciones mayoritariamente oculares y dérmicas, contribuyendo a la disminución de la visión, producción de manchas y arrugas en la piel, como también el aumento de las probabilidades de desarrollar cáncer cutáneo. Es por lo anterior que debemos estar preparados y protegernos a nosotros mismos y nuestra familia”, expresó la académica de Santo Tomás Los Ángeles.

Es importante que las personas tengan presente que existe un indicador de radiación UV; se trata de un letrero rectangular que trae consigo cinco colores: verde, amarillo, naranjo, rojo y violeta, que indica el nivel de radiación existente.

Dentro de las medidas de cuidado a adoptar, Espinoza expresó que es importante conocer el índice UV diario, debido a que es indispensable el uso de protector solar con índices sobre 3. Esta información es posible encontrarla en los establecimientos de salud, en el lugar de trabajo, en el caso de que realice actividades al aire libre, en la página de internet www.meteochile.cl y en algunos establecimientos públicos.

La docente de Enfermería recomendó, además, utilizar ropa que protejan a las personas del sol, además de accesorios como sombreros, idealmente de ala ancha, y lentes de sol con un índice de protección UV sobre el 99%.

En el caso de las cremas con filtro solar, lo ideal es que sean con factor de protección igual o superior a 30; en este caso, “extiéndala generosamente sobre la piel expuesta y repita la aplicación cada dos horas o después de trabajar, nadar, jugar o hacer ejercicios al aire libre”.

Es cierto que muchas personas quieren lucir un bronceado durante el verano y, para ello, recurren a centros donde pueden adquirirlo; si es su caso, la profesional de Santo Tomás Los Ángeles llamó a evitar las lámparas y camas bronceadores ya que aumentan los perjuicios del sol.

Es importante “proteger a los niños ya que son más vulnerables a los riesgos ambientales que los adultos; en el caso de los menores de seis meses, no deben ser expuestos al sol y los bebés sobre esa edad, deben permanecer siempre a la sombra”, explicó Espinoza.

Un dato importante: durante los días de verano, especialmente cuando se exponga al sol, no olvide consumir abundante agua. Idealmente, ocho vasos diarios.

“Si una persona estuvo expuesta al sol sin mantener un adecuado autocuidado y, posterior a esto, presenta coloración roja en la piel, dolor al contacto, mareo, temperatura corporal elevada aun después a la exposición solar, piel caliente y seca o pérdida de conocimiento, diríjase al centro de salud de atención primaria más cercano para controlar los síntomas de insolación”, finalizó Espinoza.