Ovisnova

Investigadores UST buscan rescatar una de las lanas más finas y generar una ruta patrimonial en la VI región

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A través del mejoramiento genético de las ovejas de raza merino y de la capacitación a las tejedoras del sector en esta materia prima, se espera fomentar el turismo textil en la región, como también, potenciar la visibilidad que tienen los habitantes de esta zona ganadera. 

Fue en la década del 50’ cuando las cosas empezaron a cambiar. A un país reconocido por su agricultura y ganadería llegaban telas extranjeras de material sintético que fueron acogidas de buena manera, sobre todo, por su bajo precio. Si bien, los compradores entendieron los chalecos de poliéster y los abrigos de algodón como un gran paso hacia la modernidad, los productores vieron cómo bajaron rápidamente las ventas de sus confecciones. Entre ellas, la lana de ovejas de raza merino, considerada la más fina de todas, comenzó a desaparecer lentamente de la VI región, acotándola a un grupo reducido de ganaderos dedicados a la producción ovina.

Desde hace más de 10 años que la investigadora Marcela Gómez Ceruti, directora del Centro de Innovación y Desarrollo para los Ovinos del Secano (Ovisnova) de la Universidad Santo Tomás, trabaja junto a estos productores. Uno de sus objetivos, junto a los demás investigadores del Centro, es contribuir al desarrollo e inserción competitiva de la ganadería ovina del secano, involucrando a los diversos actores de la zona y logrando que esta lana vuelva a tener la relevancia de décadas atrás.

“En la VI región queda un rebaño de aproximadamente 24 mil ovejas de raza merino, que no es mucho si lo comparamos con Magallanes u otros países. Sin embargo, ahora el mundo está volviendo a las fibras naturales, estamos en un momento en que el mercado, en especial China, se está sofisticando. Hasta hace poco la lana merino se vendía puesta en el campo a menos de mil pesos el kilo y ahora, con adecuado manejo y acondicionamiento del vellón, puede llegar a precios más altos. Ovisnova trata de rescatar ese patrimonio y mejorar la calidad para que el sector productivo acceda a mercados de mayor valor ”, explica Marcela.

Líneas de investigación

Ovisnova ha trabajado durante dos años el proyecto FIC “Sello Merino para Ruta Textil” en donde se relacionan directamente con los productores de estas ovejas, buscando el mejoramiento genético y productivo de las líneas merino precoz francés y precoz alemán. Para ello, en 2017, el Centro contó con la visita de Tom Ashby, presidente mundial de la Federación de criadores de oveja raza merino, quien hizo la selección de sus mejores ejemplares, para que en base a esta selección el proyecto desarrollara un programa de mejoramiento genético a través de inseminación artificial con semen congelado proveniente de carneros de raza merino australiano fino.

“Es un proyecto que tiene un desarrollo técnico muy fuerte, pero que está orientado a la rentabilidad y mejoramiento comercial de los productores. Estamos aplicando un concepto de desarrollo tecnológico en investigación que además debe satisfacer un requerimiento del mundo productivo, que es un tema comercial”, comenta la directora de Ovisnova.

Por otro lado, el proyecto FIC “Capital Humano para la Ruta Textil” fue una iniciativa que se generó el 2015 y que busca capacitar en uso de lana merino a artesanas consideras patrimoniales en el sector, quienes actualmente trabajan con fibras más gruesas y de menor calidad. Asimismo, espera generar una ruta textil que otorgue visibilidad a estas tejedoras y que impulse un concepto turístico en la región, vinculado con el sector ganadero.

“Esta ruta textil surge para apoyar el trabajo con las ovejerías del sector de secano, nos dimos cuenta de que los productores lograban muy bajos ingresos por la venta de su lana y que muchas veces ni siquiera las vendían. También, estas artesanas estaban muy escondidas, ellas son muy talentosas, han recibido su acervo cultural de distintas generaciones, pero la gente no sabe dónde están, es difícil encontrarlas. Queríamos rescatar la lana, pero nos dimos cuenta de que había todo este tema artesanal vinculado”, explica.

Impacto social

Según Marcela, ambos proyectos se caracterizan por su relevancia regional ya que producen y rescatan un patrimonio que no ha sido explotado debidamente. Por un lado, mejorando la productividad y rentabilidad de productores ovinos de raza merino, y por otro, generando la ruta de las artesanas que usarán esta lana mejorada. “Nosotros trabajamos desde las necesidades del sector, en ese escenario estamos muy vinculados con el medio, invitamos a los productores a charlas, capacitamos a quienes están en el mundo rural y llevamos a nuestros alumnos a esos sectores”, añade.

En cuanto a la comunidad estudiantil, los alumnos de la Universidad han participado en el Centro a través de los proyectos de inserción en líneas de investigación, talleres, electivos, charlas y actividades en terreno, las cuales se realizan regularmente. Además, seis estudiantes han realizado tesis de pregrado y postgrado relacionadas a la importancia estratégica para los sectores de secano y el mundo agrícola.

“Queremos vincularnos de forma permanente con los sectores de secano, de modo de dar respuestas a las problemáticas que implican la investigación y desarrollo con estrategias prácticas de trabajo en terreno. Por eso nos interesa que las demandas vengan directamente del mundo productivo donde la oveja es un animal de gran potencial y que la Universidad puede hacer un trabajo muy fuerte en su desarrollo, en el cual vamos a lograr especializar a nuestros alumnos”.