Huerto Biointensivo Altué cumplió todos sus objetivos con los adultos mayores de Curepto

En una emotiva ceremonia marcada por la satisfacción de la meta cumplida, se puso término al proyecto de Innovación Social “Huerto Biointensivo Altué”, liderado por la alumna de Servicio Social del Instituto Profesional Santo Tomás Talca, Judith Irribarra, y que fue ejecutado en la comuna de Curepto para beneficiar a más de 30 adultos mayores pertenecientes al Programa de Atención Domiciliaria (PADAM) del Hogar de Cristo.

De acuerdo a lo señalado por la impulsora de la iniciativa, el día viernes 6 de diciembre se llevó a cabo una ceremonia donde se certificó a los participantes de los talleres agroecológicos y con ello se puso término al proyecto. En la ocasión estuvieron presentes el jefe de carrera de Servicio Social del IP Santo Tomás Talca, Jaime Pardo, el Director de Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Curepto, Carlos Henríquez, el Jefe del Programa PADAM de Curepto, Rodrigo Lazo y la Técnico Social del mismo programa, Jessenia Rojas.

“En estos talleres capacitamos a los adultos mayores en agroecología gracias al apoyo de Huertas a Deo y el asesor Raimundo Labbé, fueron talleres teórico-prácticos. Ellos pudieron aprender cosas muy útiles como por ejemplo utilizar las propias malezas como fertilizantes y cultivar hortalizas más sanas”, explicó.

Respecto a la evaluación después de más de un año de trabajo en esta idea, Judith aseguró que siente un especial orgullo por el impacto positivo que tuvo y por la capacidad de reunir a diferentes organismos y empresas en torno a un bien común.

“Recibimos mucha ayuda de parte de la municipalidad, de Santo Tomás, de Huertas a Deo, del propio alcalde de Curepto René Concha que nos ayudará con el riego en verano, Bear Berry de Linares que nos regalaron plantas de arándanos y la Viña San Pedro nos regaló mulch de roble para la decoración de los jardines del invernadero. Sacamos solo cuentas positivas”, comentó.

Pero sin duda quienes más se beneficiaron fueron los adultos mayores, ya que antes de que llegara este proyecto a su comuna ellos tenían muy poca socialización con la comunidad.

“Hoy ellos se sienten tomados en cuenta, se sienten un aporte. Todos los días se levantan para cuidar este espacio, su invernadero. Lo cuidan, lo riegan en las mañanas y es una actividad permanente para ellos. Es una actividad sustentable y sostenible que con el tiempo puede generar ingresos económicos para actividades extra programáticas para ellos mismos. Esperamos que a futuro además puedan ellos entregar sus conocimientos a las nuevas generaciones también”.

Iniciativas como el concurso de Innovación Social responden a los focos estratégicos institucionales de experiencia transformadora del estudiante y conexión e impacto en la comunidad, que ofrecen a los alumnos la oportunidad de convertirse en agentes de cambio para mejorar la sociedad en la que están inmersos.

“Para mí crear este proyecto, que fuera seleccionado y financiado fue una etapa importante en mi vida porque yo siendo alumna tuve la oportunidad de competir con docentes y profesionales de Santo Tomás. Entonces quedar entre los 10 finalistas y darme la oportunidad de mejorar la calidad de vida de los adultos mayores fue maravillosos. Ver los resultados solo me motiva a querer replicar esto en otras localidades rurales del país”, concluyó Judith Irribarra”.