Investigador principal del CiiCC de la Universidad Santo Tomás, fue parte de uno de los paneles que congregó la mayor cantidad de asistentes a la cita científica.

Explicar los alcances del cambio climático respecto a la vida en los océanos fue parte de la exposición realizada por el académico e investigador de la Universidad Santo Tomás, Fabio Labra, quien fue uno de los invitados al Congreso Futuro 2020 en Talca, denominado “Ideas para un Nuevo Mundo”.

Labra es Doctor en Ciencias Biológicas, mención Ecología y Profesor del área de Biología y Bioestadística de la Facultad de Ciencias de la UST. Su línea de investigación se relaciona con el estudio y modelamiento de sistemas complejos a distintos niveles de organización. En la última década se ha desempeñado como consultor en diversos equipos multidisciplinarios, aportando como experto en análisis y modelamiento de poblaciones y comunidades ecológicas, al igual que en la sistematización de información cartográfica ambiental. Es Profesor Titular y Coordinador de Postgrado de la Facultad de Ciencias, e Investigador Principal del Centro de Investigación e Innovación para el Cambio Climático (CiiCC) de la Universidad Santo Tomás. Es, además, Subdirector del Proyecto que Evalúa las respuestas biológicas de los invertebrados marinos a la acidificación del océano en los ecosistemas del Pacifico sur-oriental (Fondecyt 1090624 y ANILLO ACT 132).

¿A qué nos referimos cuando hablamos de cambio climático?

“Nos referimos a la variación sostenida y significativa en el tiempo de parámetros atmosféricos o meteorológicos como la temperatura, la lluvia, la humedad relativa o el viento. A eso nos referimos con cambio climático, no a la variación que uno pueda observar de un día a otro sino al cambio más allá de las estaciones o los años”.

¿Cuál es la realidad actual sobre este tema en Chile y el mundo?

“La realidad actual es que hemos enfrentado variaciones que no han sido observadas históricamente y cuando digo históricamente estamos hablando de los registros de varios cientos de miles de años. Nunca habíamos observado concentraciones de dióxido de carbono tales como las que hemos observado hoy en día y eso lleva asociados aumentos en temperatura y variaciones en los patrones atmosféricos y meteorológicos del planeta”.

¿Qué aspectos se verán más afectados por el cambio climático en el corto plazo?

“En el corto plazo hemos tenido aumento en las temperaturas extremas, es decir, tanto olas de calor como olas de frío. Normalmente hemos experimentado eventos cálidos o eventos fríos, pero ahora estamos observando temperaturas que no son habituales en varios lugares del planeta y en Chile también”.

¿Cuáles son los riesgos de no tomar las medidas que corresponden a tiempo?

“Uno de ellos es que el cambio en los patrones de precipitaciones y en los patrones de temperatura llevan consigo variaciones no solamente en el clima sino también en la composición de las comunidades y ecosistemas en los cuales nosotros vivimos, eso significa que hay zonas que experimentan aumento en la aridez y por lo tanto la vegetación tiene que ir reflejando eso, si pierde vegetación en nuestro país hemos enfrentado algo similar en menor escala a lo que se ha visto en Australia que es el aumento en la posibilidad de incendios donde la biomasa forestal pasa a perder digamos, el patrón de lluvias que la mantiene y se vuelve altamente combustible”.

¿Cómo pueden colaborar con este tema los gobiernos y las personas comunes y corrientes?

“Hay distintas escalas, una de ellas, la más global, básicamente tiene que ver con que tenemos que cambiar el patrón de emisiones de gases de efecto invernadero, eso significa que como economía global tenemos que hacer efectivos esos compromisos en los cuales los países se han obligado a sí mismos a disminuir cuánto CO2 se quema, es decir, cuánto combustible fósil quemamos. Eso significa un cambio a nivel de economía y un cambio a nivel de sociedad. A escala más pequeña, la gente puede pensar que uno no tiene ninguna incidencia, que lo que yo haga como individuo es muy poco, pero si todas las personas cambian sus patrones de consumo, eso lleva a un efecto acumulativo que no es menor, por lo tanto, a nivel local nosotros tenemos que informarnos y averiguar y conocer cuáles son las mejores estrategias para reducir nuestro aporte a estos gases de efecto invernadero”.

¿Hacia dónde apuntan las investigaciones en esta materia?

“Las investigaciones apuntan hacia dos direcciones. Una, hay un gran esfuerzo de investigación en documentar los cambios que están ocurriendo y en conocer cuáles son los escenarios más plausibles, es decir, por el lado de la geofísica y de las ciencias que estudian el comportamiento de la atmósfera, conocer cuáles son los climas que podríamos esperar. Por el lado de las ciencias biológicas viene la pregunta que es saber básicamente, bueno, cuáles son las consecuencias de estos cambios para las aves, para los polinizadores, para otros insectos, para los mamíferos y para el ser humano eventualmente. También desde el punto de la biología hay preguntas que surgen que tienen que ver con cómo va a responder la biósfera a este cambio si es que efectivamente estamos enfrentando una sexta extinción masiva”.

¿Y estamos enfrentando una sexta extinción masiva?

“Estamos enfrentando una tasa de pérdida, a ver, lo normal hablando entre comillas, si uno va al registro fósil tú observas una pérdida de especies que es de una especie de mamífero por cada mil especies registradas en mil años. Y nosotros estamos observando una tasa que va entre diez mil y se proyecta a un millón de especies que se pierden en cien años. Estamos multiplicando por cien o por mil la cantidad de especies que se pierden, entonces estamos en una tasa de extinción que también, nuevamente, no se ha registrado nunca en el registro fósil o en el registro geológico algo equivalente”.