Enrique Azua, experto del Instituto Nacional de Derechos Humanos

“En educación cívica, tenemos que esforzarnos para abrir espacios de participación que sean cotidianos y permanentes, no ocasionales”

El profesional fue uno de los panelistas del seminario ”Educación cívica, una deuda social”, organizado por la Escuela de Derecho de la UST La Serena, en pro de la formación ciudadana del estudiantado.

Proceso constituyente. Encuentros locales. Cabildos provinciales. En el último tiempo estos y otros conceptos relacionados han estado en la pauta de los medios de comunicación; pero ¿qué sabemos al respecto? ¿Es suficiente con esa información o la comunidad tiene una base insuficiente de conocimientos?

”Educación cívica, una deuda social”, fue el nombre del seminario con que la Escuela de Derecho de la Universidad Santo Tomás de La Serena intentó aportar sobre esta temática, convocando para ello a tres expertos: Vicente Hormazábal, Presidente de la Corte de Apelaciones de La Serena; Bernardo Salinas, Seremi de Gobierno; y Enrique Azua, Jefe de la Unidad de Educación y Promoción del Instituto Nacional de Derechos Humanos, INDH.

Los expositores entregaron sus argumentos y puntos de vista en una mesa que fue moderada por el Director de la Escuela de Derecho de la UST La Serena, Jaime Camus; y que fue atentamente oída por una audiencia conformada por docentes y estudiantes, y que fue encabezada por el Rector de Sede, Dr. Ramiro Trucco.

Formación y participación cívica

Enrique Azua, representante del Instituto Nacional de Derechos Humanos, sostuvo que la sociedad chilena no es en absoluto analfabeta en materia cívica, “pues prefiero hablar, más que de educación cívica, de educación en derechos humanos y en ese sentido nos falta bastante por avanzar aunque se han dado algunos pasos en ese sentido, incorporándose paulatinamente en el currículum; pero nos falta investigación académica, información inicial docente, formación de funcionarios públicos y elaboración de material didáctico”.

Sobre la ausencia actual de la educación cívica en las asignaturas de los colegios, el experto relató que durante el siglo XX la incorporación de la educación cívica tuvo distintos signos, “algunas veces más democráticos y en otros más autoritarios; hasta el año 96 en que estaba la educación cívica hereditaria de la dictadura y que tenía tintes autoritarios. En ese sentido, no me parece que haya sido un error. Lo que es un error y una deuda es la educación en derechos humanos, que es el marco en el cual se debe abordar los temas de educación cívica y formación ciudadana”.

¿Y cómo trasladamos las masivas opiniones y manifestaciones en redes sociales a una  efectiva participación ciudadana? El representante del INDH hizo hincapié en un trabajo asociado, “pues se debe participar e informarse más, pero en ello todas las instituciones tenemos responsabilidades: el Estado, organismos autónomos, universidades y escuelas. Tenemos que hacer el esfuerzo de abrir espacios de participación que sean cotidianos y permanentes, no ocasionales; pues en todo lo que se hace es importante la opinión de las personas”, recalcó.

“No basta con manifestar la educación cívica o la democracia en las urnas, pues hay que hacer procesos participativos en cada organización. Eso es básicamente el fundamento de un ejercicio de ciudadanía que también es un ejercicio de educación en ciudadanía”, subrayó finalmente.