Monseñor Manuel Rebolledo

“Debemos convocar a los jóvenes a ser parte de actividades solidarias”

El Arzobispo de La Serena fue uno de los expositores centrales del seminario “Fraternidad: amor en acción”, organizado por la Dirección de Formación General de Santo Tomás La Serena.

En el marco del Tema Cultural 2016, cuyo lema es: “Madre Teresa de Calcuta. Fraternidad, amor en acción” la Dirección de Formación General de Santo Tomás La Serena organizó el seminario “Fraternidad: amor en acción”.

La actividad contó con la asistencia de estudiantes y docentes, conjuntamente con el Rector de sede, Dr. Ramiro Trucco; la Directora académica de la UST, Dra. Marcela Damke; y la Directora de Formación General, María Antonieta Fuentes; quienes presenciaron la participación de los invitados de la jornada: el Arzobispo de La Serena, Monseñor Manuel Rebolledo; el hermano franciscano, Isauro Covili; y estudiantes del voluntariado “Manos que ayudan” de la sede.

Al respecto, Monseñor Manuel Rebolledo, profundizó algunas de las temáticas presentes en su exposición, especialmente a lo que concierne a llevar a la práctica el valor de la fraternidad.

«(…) cuando los jóvenes tienen contacto con la realidad, cuando ven familias carenciadas, gente que sufre y sin techo, o cuando reparten un plato de sopa a la gente que vive en la calle, pueden  acrecentar su corazón solidario».

¿Usted considera que somos un país fraterno?

Estimo que hay muchas expresiones solidarias a lo largo y ancho de nuestra patria, así como también hay otras como la acogida, la cordialidad, la atención por los demás; especialmente se ven actitudes esperanzadoras de jóvenes en este sentido. Sin embargo debiese existir un esfuerzo más puntual, creo, en casos especiales, como lo es la acogida para los inmigrantes que han llegado a nuestra patria; y además, se debiese incentivar la participación de los jóvenes en pro de ayudar a familias carenciadas de campamentos.

Familia, hijos y jóvenes

Y en cuanto a la familia chilena, cómo cree que se puede potenciar en este núcleo social el valor de la fraternidad.

Creo que es ante todo una mutua corresponsabilidad. Por una parte es importante que los padres, que tienen la responsabilidad de sus hijos hasta su muerte, incentiven a los hijos con su ejemplo, palabras y enseñanzas; y también los hijos, que pueden compartirles experiencias nuevas que sus padres quizá no conocieron, como lo son los voluntariados juveniles.

Hoy los jóvenes, en su mayoría, son más individualistas y parecen tener el foco en prioridades materiales. ¿Es posible despertar en ellos una chispa fraterna que se lleve a la acción?

Sobre todo convocándolos a ser parte de actividades solidarias, porque cuando ellos tienen contacto con la realidad, cuando ven familias carenciadas, gente que sufre y sin techo, o cuando reparten un plato de sopa a la gente que vive en la calle, pueden  acrecentar su corazón solidario.

¿Y qué mensaje espiritual puede entregar que potencie la fraternidad en la ciudadanía?

En primer lugar felicito a esta institución por haber escogido este tema, que creo que nos convoca, entusiasma y nos puede ayudar a conocer a Jesucristo, quien demostró un amor tan grande por su padre, el padre eterno, y demostrando por todos nosotros un amor de predilección que nos ayuda en su ejemplo como nosotros podemos ser hermanos en él, hijos de un mismo padre y llamados a una misma esperanza]; convocatoria que si tomamos muy en serio obviamente que vamos a ser hermanos y solidarios con los de camino, con lo que nos corresponde vivir nuestra fe en él.