En Congreso Católicos y Vida Pública

Analizan rol del católico frente al servicio público, inmigración, cultura y política

Rector Nacional de UST, Jaime Vatter, destacó los más de 12 años de trayectoria que tiene este encuentro y el orgullo que significa para nuestra institución llevarlo a cabo año a año.

Hace más de 12 años que la Universidad Santo Tomás inició los Congresos Iberoamericanos “Católicos y Vida Pública”, encuentros que nacieron con el apoyo del Arzobispado de Santiago y con la bendición especial del entonces Cardenal Joseph Ratzinger. Hoy, a más de una década de su inicio, cientos de personas vuelven a reunirse una vez más para formar parte de este encuentro, buscando reflexionar en torno a la voz de los católicos en la sociedad actual.

La XII versión del Congreso Católicos y Vida Pública comenzó con una misa presidida por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Ricardo Ezzati, para luego dar paso a la visualización de un emotivo video que recorrió toda la trayectoria del encuentro, tanto sus invitados como las principales temáticas.

Tras las palabras de bienvenida de Esther Gómez, directora nacional de Formación e Identidad UST, y el Rector Nacional de la Universidad Santo Tomás, Jaime Vatter, quien destacó el orgullo que significa para nuestra institución organizar este evento, ya que “sabemos que muchas personas se han visto beneficiadas por el Congreso de Católicos y Vida Pública y han contribuido a dar un paso adelante en su compromiso con su fe en la vida pública”, fue el turno de Jack Valero, coordinador y cofundador de Voces Católicas en el Reino Unido.

Jack Valero en el Congreso Católicos y Vida Pública

El invitado español que lleva más de 40 años viviendo en Inglaterra, ya había formado parte de este congreso el año 2011, pero en esta oportunidad quiso participar en una modalidad de entrevista, llevada a cabo por la presidenta del directorio de Voces Católicas Chile, María Paz Lagos.

«Fue como una bendición, pensamos ‘vamos a tener aquí un debate sobre la posición de la Iglesia Católica en el Reino Unido, donde somos una minoría’, y es entonces cuando nos dimos cuenta que lo que realmente faltaba era tener gente preparada para dar un mensaje muy interesante»

La periodista comenzó preguntando a Jack Valero cómo había surgido la idea de crear el proyecto de Voces Católicas en el Reino Unido, a lo que él explicó que fue al anunciarse la visita del Papa Benedicto XVI al Reino Unido.

“Hubo una reacción de un grupo de gente que no quería que viniera, y digo que fue suerte porque pienso que si no hubieran estado ellos, la visita se habría anunciado, la gente se habría olvidado y hubiera sido un evento con poca importancia, pero el hecho de que hubiera una protesta mantuvo la noticia en titulares durante seis meses y se enteró todo el país, todos querían participar en este debate»,

Además agregó que «fue como una bendición, pensamos ‘vamos a tener aquí un debate sobre la posición de la Iglesia Católica en el Reino Unido, donde somos una minoría’, y es entonces cuando nos dimos cuenta que lo que realmente faltaba era tener gente preparada para dar un mensaje muy interesante, que la gente quisiera escuchar”, explicó.

Finalmente, al ser consultado sobre cuál de los 10 principios de la comunicación que plantea Voces Católicas es el que considera más relevante, Jack Valero señaló que al comunicar lo primordial es no salir a ganar una batalla, sino dar testimonio.

«Tengo que contar lo mío, no defender mis principios, sino que contar mi posición, contar lo que hace la Iglesia de manera muy convincente, muy buena, de manera que la gente diga ‘¡Wow! Yo quiero eso’. Eso es comunicación, dar testimonio, no ganar batallas”, comentó.

Rol del católico frente al servicio público, cultura y política

Más tarde fue el turno de una mesa redonda conformada por Carolina dell’ Oro, filósofa y emprendedora; Claudio Orrego, Intendente de la Región Metropolitana; Ricardo Soto, deportista olímpico de tiro con arco; y Jorge Acosta, concejal por Santiago, quienes abordaron el tema del congreso desde la perspectiva del servicio público, cultura y política.

La mesa fue moderada por la directora ejecutiva de Voces Católicas, Paula Pinedo, quien proyectó la carta encíclica Deus caritas est, del Papa emérito Benedicto XVI, donde se leía: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. Respecto a la misma, pidió a los invitados que contaran cuál fue el acontecimiento que los marcó en su vida como cristianos, a lo que el Intendente de la Región Metropolitana respondió que para él ese momento fue en el año 1981.

“Había mucha desnutrición en Chile, los niños se me desmayaban en los brazos, y yo siempre digo que esa fue mi epifanía. Cuando vi que no solamente le rezaba a un Dios que no veía, sino que en el compartir con esos niños en la población yo descubrí que ese era el amor cristiano del cual yo leía. Yo lo sentí ahí, compartiendo con niños en Conchalí”.

La mesa concluyó con la entrega de un reconocimiento a los invitados, instancia en la que el deportista olímpico, Ricardo Soto, aprovechó para obsequiar al Rector Nacional de la UST, Jaime Vatter, una flecha característica del deporte que practica: tiro con arco.

Director de la Última Cima

“No quiero ser un teórico de la fe. Quiero colocar la cámara y captar eso que la gente vive, su paz, su sufrimiento, esa belleza a corazón abierto, y en algún momento va pasar a través de la imagen y te va a llegar, vas a querer lo mismo”.

Con estas palabras, y un adelanto de su próximo largometraje, el reconocido cineasta español Juan Manuel Cotelo compartió con más de 200 personas lo que considera que es la fuente de inspiración de sus obras.

Conocido por sus películas inspiradas en los valores de la fe católica, el director de filmes como El sudor de los ruiseñores, La última cima, Tierra de María y Footprints aseguró en el Congreso Católicos y Vida Pública que no buscaba historias que fueran éxito de taquilla o que dieran cuenta de números impresionantes de audiencia.

“A todos les preocupa la cifra, que cuántas personas vieron la película. A mí me interesa llegar a uno solo, eso me mueve. Si me ven masas pero no he llegado a ninguno de ellos, no me ha visto nadie”, comentó el cineasta.

El 3D cinematográfico

Una de las invitaciones que realizó Juan Manuel Cotelo a los cientos de personas que asistieron al Congreso fue pasar del 1D al 3D: “El 1D es cuando ves el filme pero no te llega, el 2D es cuando logra gustarte, pero el 3D es el momento en que Dios se cuela en el espectador y logra tirar la diana a su corazón. Dios no viene a conquistar las salas de cine, sino que a encontrarte a ti”.

En este contexto, el periodista español presentó el adelanto de su última obra “El mayor regalo”, el cual documenta las historias de distintas familias colombianas que sufrieron la pérdida de sus seres queridos, al arrepentimiento de sus asesinos y el camino que recorrieron para reunirse y solicitar y dar el perdón.

Entre los protagonistas del filme, hay personas mundialmente como el boxeador francés Tim Guenard, la periodista española Irene Villa, el panameño General Noriega, o algunos responsables de miles de asesinatos en Colombia que, arrepentidos por su pasado, contactaron con el director de cine español para manifestarle sus deseos de pedir perdón al mundo entero a través de las cámaras.

Inmigración

Concluida la intervención del cineasta español en el congreso, se abordó la inmigración desde una perspectiva más juvenil. En la última mesa redonda intervinieron el gran promotor de acciones de inclusión para inmigrantes haitianos, el P. Juan Carlos Cortez, y tres jóvenes: Oscar Meneses, alumnos Santo Tomás de Iquique con experiencia en Etiopía y en voluntariado, Jean Lovely, alumna Santo Tomás proveniente de Haití y Beatriz Ramos, joven que vive con fuerza su amor a Dios y lo plasma en la ayuda a los demás en misiones, desde su vinculación al movimiento de Militantes de Santa María. El cierre cultural también tuvo sabor juvenil, con la orquesta de Puente Alto, con más de 50 jóvenes que interpretaron bellísimas piezas, que hicieron salir a los asistentes con el corazón henchido no sólo de la alegría de la fe sino de la belleza de la música. El desafío de ser la voz de Cristo en nuestros ambientes quedó así, presente en los asistentes.