Carta de los rectores:

Tres pilares para el diálogo en La Araucanía

Como universidades de La Araucanía nos preocupan profundamente las situaciones de
conflicto que afectan a nuestra región. Es por tal motivo que realizamos un llamado a un
proceso de diálogo, para reparar y reconstruir las relaciones entre el pueblo mapuche, la
sociedad chilena y sus instituciones. Entendemos el diálogo como un proceso en que los
participantes, con respeto mutuo, comunican pensamientos, sentimientos y deseos.
Se necesitan tres pilares para transformar situaciones de alta complejidad de convivencia
social que se han visto con sus confianzas trizadas: capacidades, conocimientos y
voluntades políticas. ¿Cuál de estos pilares tomará más tiempo construir?

Creemos que en este momento lo más lejano y que tomará más tiempo es movilizar las
voluntades políticas. Lo más cercano es trabajar con las capacidades y los conocimientos.
En nuestro llamado invitamos al Centro Nansen para la Paz y el Diálogo, de Noruega, para
colaborar con los primeros pasos. El centro utiliza la pedagogía del diálogo como una
metodología para crear espacios donde se construya confianza entre actores diversos.
En atención a lo anterior, en conjunto con el Centro Nansen, hemos organizado los primeros
talleres de aprendizaje al diálogo en el que participaron cerca de 140 personas que
trabajaron con ejemplos y aprendieron de experiencias recogidas en múltiples situaciones
de similares características a las nuestras e incluso más complejas.

Uno de los aprendizajes de estos talleres es que dialogar no es lo mismo que negociar, ni
tampoco es lo mismo que justificar o perdonar. Dialogar consiste en tratar de entender la
dimensión de lo que nos divide, cuáles son las oportunidades perdidas y las promesas
incumplidas.

Sabemos que un ciclo de talleres para mejorar habilidades del diálogo no aborda
necesariamente los problemas de fondo, pero quienes han participado nos han contado
que en su entorno y en sus realidades, estas habilidades para dialogar son útiles para
generar espacios de confianza y mejor comprensión del otro.

Un proceso de diálogo puede significar sentarse a escuchar a aquellos que tienen posturas
muy distintas a las nuestras. Ese camino es para valientes, pero es una ruta que, aunque
demore, nos permite calar más profundo y encontrar las raíces de nuestros problemas. Una
sociedad dialogante es también una sociedad más incluyente, diversa y solidaria.
Como sociedad tenemos problemas que en su esencia y forma son políticos. La
confrontación con violencia nos aparta y hace más difícil encontrar soluciones.

Como rectores de espacios donde confluyen distintas realidades, vemos con suma
preocupación el dolor humano causado por la injusticia, la pobreza, el abandono y la
violencia. Es momento de detenernos, levantar la mirada sobre nuestra región y distinguir
entre lo inmediato y lo que queda más distante. Hay cosas que podemos hacer ahora mismo
y desafíos que necesitan más esfuerzos. Lo que sí es seguro es que podemos trabajar juntos
por el küme mongen que todos los habitantes de la región se merecen.

Firman: Aliro Bórquez Ramírez, rector U. Católica de Temuco; Emilio Guerra, vicerrector U.
Autónoma, Temuco; Eduardo Hebel Weiss, rector U. de La Frontera; Rosemarie Junge Raby,
rectora U. Santo Tomás, Temuco; Juan Pablo López, director U. Arturo Prat de Victoria;
Gonzalo Valdivieso, director Campus Villarrica UC; Gonzalo Verdugo, vicerrector regional,
Universidad Mayor.