Definir donde pasar la noche buena es una de las tantas preocupaciones que tienen las familias en Noche Buena, ya que no siempre se logran acuerdos. Sin embargo, aunque el objetivo principal sea cenar todos juntos, este deseo no siempre puede cumplirse.

La Navidad es una época de recogimiento, reencuentro, reconciliación y unidad familiar, por eso, ya en los primeros días de diciembre todos comienzan a ponerse de acuerdo para definir dónde pasar la Noche Buena. Y aunque cenar en familia se convierte en el objetivo, este deseo no siempre logra ser complacido, ya que la ausencia de un ser querido, ya sea por alejamiento, enfermedad, fallecimiento, o en el caso de familias con padres separados, deben turnarse para esta fecha, puede evocar en las personas nostalgia, tristeza y soledad.

Para la académica de la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás, Gabriela Capurro, experimentar estos sentimientos es algo esperado y normal, lo importante es saber cómo sobrellevar el dolor durante ese momento. Para eso, nos entrega las siguientes recomendaciones:

  1. Recordar es necesario y hace bien: no temas tocar el tema, todos los que extrañan a esa persona están experimentando lo mismo, verbaliza tu emoción, transfórmala en narración. Recuerda los momentos vividos juntos, las anécdotas, los gustos y dialoga con los otros sobre estos recuerdos, verás cómo de la nostalgia se pasa a momentos de unión y reencuentro, y aparecerán las risas al recordar experiencias alegres. Poco a poco sentirás que están todos conectados y compartiendo un espacio relacional.
  2. Si tienes la necesidad de poner un puesto en la mesa en memoria de quien no está, o poner una foto en su recuerdo, hazlo: lo peor que puedes hacer es reprimir la necesidad. Si ésta surge, busca satisfacerla, así te sentirás más aliviado, contento y conectado con tu interior.
  3. Si estás con niños y ellos te ven triste o llorando, explícales que lo(a) extrañas: no hay nada más sano para un niño que saber la verdad sobre lo que sucede y más aún ver cómo la pena pasa y se convierte en otra emoción más positiva. Esconder el dolor o el llanto, por no hacer sufrir o preocupar, se transforma en el peor escenario para un niño, porque el dolor no pasa, se reprime, mientras que expresar y descargar abre las puertas a la tranquilidad y al recuerdo en paz. Además, los niños también pueden estar tristes y esta apertura les permite dialogar sobre sus emociones.
  4. Expresa clara y directamente qué necesitas en términos relacionales en estas fiestas: no esperes que otros adivinen, se pueden equivocar. Pide lo que quieras, explica tu necesidad. Cuando alguien es claro y directo en el mensaje, se vuelve una persona predecible y estructurada, que orienta y permite un acercamiento coherente. Si necesitas un momento de “soledad para recordar”, solicítalo claramente, no te escondas o distraigas. Si tu necesidad no es cubierta se puede transformar en emociones adversas difíciles de entender. Muchas veces la tristeza es expresada como rabia.
  5. Todos unidos: la ausencia de un ser querido puede movilizar a que el sistema se una en torno a un recuerdo y con ello re-signifiquen el momento, alcanzando una nueva vivencia que en vez de ser triste, como se lo imaginaron, puede ser un espacio relacional rico en recuerdos, anécdotas y momentos alegres. Recuerda, la ausencia es solo física, de ti depende que se incorpore simbólicamente.