Viñamarina protagonista de la “Marcha por la paz” se reúne con estudiantes de Santo Tomás para compartir su historia

Giannina Simonetti es parte de un grupo de personas que hace dos años inició la ruta que pretende unir Santiago de Compostela, Roma y Jerusalén.

Dos años lleva la viñamarina Giannina Simonetti realizando la “Marcha por la paz” en la que junto a un grupo de personas pretende unir caminando Santiago de Compostela, Roma y Jerusalén. Aventura que le significó despojarse de su vida anterior en la que figuraba con un cómodo pasar como ejecutiva de un banco para iniciar un viaje en el que nada está muy planificado y donde el azar se encarga de tomar muchas decisiones. Por primera vez de regreso a la Ciudad Jardín tras cinco años de ausencia, fue invitada a contar su historia a Santo Tomás Viña del Mar, específicamente a los alumnos de la asignatura Persona y Sentido.

“Yo vivía dentro de una burbuja, venía de una familia muy bien constituida, estudié en un colegio privado y después no sabía que estudiar, pero me decidí por Relaciones Públicas. Luego trabajé cuatro años en un banco, era independiente, tenía pareja, pero la verdad es que no me proyectaba en ese trabajo ni en esa vida. No sabía qué quería hacer, sólo sabía que quería viajar”, comienza.

Fue así como el 2015 viajó rumbo a Nueva Zelanda, pero aún pensando en que retomaría su rutina en Chile. “El problema es que seguía pensando que me faltaba algo. Viajé a España, conocí a un francés llamado Moisés y a una brasileña llamada Pamela y ahí surgió la idea de la ‘Marcha por la Paz’. Como yo en Chile vivía en una burbuja, no entendía por qué había que marchar por la paz, me preguntaba ‘¿tan mal estamos’?… pero bueno, lo dejé todo, decidí que ese iba a ser mi camino”, recuerda.

«Marcha por la paz»

La “Marcha por la Paz” se inició el 15 de marzo de 2017 con 12 personas que iniciaron la ruta Santiago de Compostela-Roma-Jerusalén.  “Primero teníamos un auto de apoyo, lo que no nos parecía muy lógico si la idea era estar en contacto con la naturaleza, así que en Pamplona lo cambiamos por dos burros de carga que después se transformaron en animales de compañía, así que ahora caminamos a su ritmo”, explica.

Giannina cuenta que el grupo avanza si mayor planificación: “vamos buscando caminos rurales para estar en contacto con la naturaleza, así que todo lo decidimos día a día. Cuando llegamos a un pueblo montamos un stand informativo, hacemos espectáculos de arte y música, nos reunimos con las municipalidades y la comunidad, visitamos colegios y hacemos limpieza de espacios públicos. Es una marcha abierta, no identificada con ninguna religión, cada uno le da el sentido que quiere. Hay gente que se suma por un día, una semana o un mes”.

“Siento que nací para esto. Cuando empecé a hacer el camino de la marcha me di cuenta que podía vivir de esa manera. Me divorcié del dinero, me enemisté con el dinero, ya no lo quería tener. Fue un cambio radical, empecé a sentir que mi vida cambió, dejé mi vida entregada a este camino”, sostiene.

Regreso a Chile

Por primera vez en cinco años, Giannina regresó a Chile para reencontrarse con su familia en Viña del Mar. “Cuando me fui sentí el rechazo de algunos familiares, pero entendí que no debo intentar validarme frente al mundo. Me daba pena que no me aceptaran, que no comprendieran que me hacía feliz una vida diferente, pero nunca me hicieron dudar”, asegura.

“Es un reencuentro hermoso, voy a estar con mi papá, que antes no me quería ver… me he juntado con todos los que antes no comprendían nada y ahora me ven bien y aceptan mi decisión”, añade.

La próxima semana, Giannina volverá a Europa a sumarse al grupo que se encuentra en Italia, viviendo en una comunidad en la costa adriática. “Nos quedaremos algunas semanas más y luego queremos tomar un marco a Albania. Ni idea cómo vamos a llevar los burros, pero lo resolveremos. Después de Albania nos espera Grecia, Macedonia, Turquía, Siria, Jordania e Israel. No sabemos cuándo llegaremos a Jerusalén, pero lo importante no es el destino, sino el camino”.

Charla en Santo Tomás Viña del Mar

María Loreto Von Chrismar, académica de la asignatura Persona y Sentido, explicó cómo surgió la idea de invitar a Giannina para ofrecer esta charla a los alumnos de Tecnología Médica y Fonoaudiología. “El objetivo de esta asignatura es reflexionar respecto a la persona humana desde un punto de vista más ligado a la filosofía. A partir de la pregunta ‘¿quién soy yo?’ aparecen los proyectos de vida y nos pareció interesante que ella nos contara su experiencia y por qué eligió un proyecto de vida tan distinto al habitual”, dijo.

“La idea es que a partir de su relato se pudiera generar un cuestionamiento desde las respectivas disciplinas de los alumnos, que pensaran en cómo encontrar su esencia para entregar a los otros algo que es propio”, añadió.