Con un modelo de formación centrado en sus estudiantes, enfocado en la integración de los cuidados de salud en las comunidades y con innovación en educación, la Facultad de Salud de la UST busca formar profesionales que sean agentes de cambio y futuros líderes en la construcción social de la salud en Chile.

Según UNESCO, la crisis causada por el SARS-CoV2 afectó a 57,8 millones de estudiantes de educación superior, cuestión que ha significado un enorme reto para las universidades que se han visto obligadas a transitar rápidamente desde modelos de enseñanza pensados para impartir docencia en formatos presenciales a uno que incorpora actividades remotas (sincrónicas y asincrónicas), en un contexto epidemiológico que restringe la movilidad de las personas y al mismo tiempo pone a prueba a todos los sistemas sanitarios del mundo.

En este escenario, la Facultad de Salud de la Universidad Santo Tomás (UST) — con presencia nacional en 13 sedes del país y con 7 carreras de pregrado — se hizo cargo de este desafío e implementó una serie de medidas, acordes con el modelo de formación y sus planes de estudio, que introdujeron tecnologías para el aprendizaje (TAC) inclusivo respaldadas en evidencia y que han tenido un efecto positivo en los procesos de enseñanza-aprendizaje, en el rendimiento académico de los estudiantes y en las comunidades en que se insertan.

Además, los aprendizajes adquiridos en este periodo están demostrando que, una vez superada la pandemia, el mayor uso de tecnologías en la atención sanitaria no retrocederá y los fututos profesionales deben estar preparados para desempeñarse en este nuevo contexto.

“Hoy la educación en salud y las innovaciones que de ella se desprenden son una oportunidad para la universalización de la educación y para reducir las inequidades sanitarias. Y con ello, avanzar hacia el desarrollo sostenible del país”, expresó la decana de la Facultad de Salud de la UST, Dra. Gisela Alarcón.

La innovación en la era de la salud digital

 Para la Facultad de Salud de la casa de estudios la innovación hoy es un imperativo ético que debe estar orientado a mejorar la forma en que se educa en las carreras de la salud y, al mismo tiempo, debe impactar en las condiciones de vida de las personas y sus comunidades, por lo que debe contar con sustento académico y sanitario, cuestión que confluye en la denominada “era de la salud digital” que trasciende a la crisis provocada por Covid-19.

Queremos que nuestros estudiantes egresen preparados para desempeñarse en la era de la salud digital que, en nuestro país representa, además, una estrategia para disminuir las barreras de acceso económicas, geográficas, sociales, desde la promoción y prevención en salud hasta la rehabilitación”, agregó la decana.

Tecnologías para el aprendizaje e intervención en salud

 La senda ya está iniciada. Actualmente la Facultad lleva adelante una serie de estrategias integradas a sus planes de estudios con el objetivo de fomentar espacios de aprendizaje significativo, innovadores, interdisciplinarios y, sobre todo, comunitarios, que estimulen nuevas áreas del quehacer, tanto para académicos como para estudiantes. Dichas iniciativas se implementan desde los primeros años de formación, hasta el egreso de sus alumnos.

Para avanzar en este camino, la Facultad de Salud reconoce a sus estudiantes como el centro de su quehacer y protagonistas de sus propios procesos de aprendizaje. Para ello ha fortalecido su cuerpo académico, sus procesos de gestión e infraestructura. Cabe destacar, entre estos, la puesta en marcha a inicios del 2019 de 13 centros de simulación clínica de alta tecnología que implementan escenarios basados en experiencias de la vida real, los que pueden adaptarse para ser impartidos virtualmente para el logro de aprendizajes y desarrollo de habilidades asociadas a resolución de problemas propios del quehacer en salud.

En 2020 el 45% y 70% de los escenarios clínicos del primer y segundo semestre, respectivamente, se impartieron en modalidad remota.

Además, durante este año se han adquirido una serie de tecnologías para el aprendizaje. Entre ellas el software de anatomía 3D Organon Anatomy que permite al estudiante interactuar con modelos anatómicos de forma sincrónica y asincrónica; IMAIOS que permite evaluar exámenes de imagenología reales; y v-SIM que facilita la interacción clínica con un paciente simulado (avatar). Estos recursos se caracterizan por estimular el aprendizaje continuo y adaptarse a las diferentes necesidades de los alumnos/as, aspecto que mejora el desempeño académico y que ya se ha evidenciado en las asignaturas que utilizaron estas herramientas el primer semestre.

3D Organon Anatomy tiene más de 80 mil inicios de sesión entre estudiantes y académicos UST, siendo récord en Sudamérica

En esta misma línea, se han ejecutado prácticas profesionales en forma remota que incluyen actividades de promoción y prevención, de asistencia a personas mayores y a niños/as en condiciones de vulnerabilidad, así como de rehabilitación en las 13 clínicas kinésicas. Esto último ha impactado positivamente en el sistema público de salud. Por ejemplo, sólo en la Clínica Kinésica de la UST Arica se han entregado más de 480 atenciones mensuales a todos los pacientes que son parte de las listas de espera del Hospital de esa ciudad.

Voces UST

“El proyecto nos permitió generar una maravillosa red con el SENAME con la que esperamos podamos seguir trabajando”

Romina Savareses, académica de planta de Enfermería UST, sede Iquique.

Lideró el proyecto de Teleenfermería a niñas, niños y adolescentes de Sename.

“Ha sido una experiencia nueva y una oportunidad para poder identificar mis fortalezas y debilidades en este nuevo escenario”

Javiera Barrios, estudiante interna de Nutrición y Dietética UST, sede La Serena.

Participó en los internados comunitarios intraescolares a distancia.

 “El aprendizaje de la teleasistencia ha sido tremendo, aprender una nueva herramienta es un beneficio para cualquier profesional”

Macarena Reveco, estudiante de Fonoaudiología UST, sede Talca.

Participó en Telerehabilitación con adultos mayores, niños y niñas.

«Uno está acostumbrado a los mismos sistemas de siempre y a lidiar con ciertas barreras de comunicación, con esta experiencia logramos atravesar estas barreras”

 Karolina Muñoz, estudiante de Enfermería UST, sede Temuco.

Realizó Teleenfermería a comunidades de adultos mayores en la comuna de Padre Las Casas.

 “Sin duda la mayor experiencia para mí y mis compañeras fue el poder aprender de otra cultura y de la interculturalidad en el ámbito de la salud”

Bárbara Téllez, estudiante de Enfermería UST, sede Puerto Montt.

Realizó Teleasistencia a la comunidad indígena Tronco Familiar Detif en Puqueldón, Isla Grande de Chiloé.