Creador de Kappo Bike

“A mí no me gusta el fin de semana, porque no puedo seguir trabajando”

Ivan Páez Mora, innovador digital premiado internacionalmente, entrega algunos consejos a quienes quieren atreverse a emprender con sus ideas.

“Mi visión es un mundo donde mis hijos vayan al jardín andando en bicicleta”, explica el creador de Kappo Bike, aplicación chilena que busca motivar el uso de la bicicleta. Su trabajo fue destacado en China como Top 14 dentro de las tecnologías más innovadoras del mundo y reconocido por la UNESCO como Top 10 entre las tecnologías con más potencial de cambiar el mundo, entre otros premios.

Iván Páez Mora, Analista Programador, compartió con los estudiantes de Ingeniería en Informática de Santo Tomás Rancagua la charla «Conectando los puntos: ¡qué la suerte nos pille preparados!»

¿Cuáles son las claves de tu charla?

“Muchas veces, cuando nos hacen charlas, la persona que da la charla no toma en serio la responsabilidad que tiene, que se está poniendo en una posición en que puede afectar la vida de las personas que escuchan. A veces nos hace falta una charla donde nos digan: ¿sabes qué? Yo no soy tan bacan. Hay charlistas que parten con su currículum y generan una barrera de títulos donde el que está sentado nunca se puede ver reflejado en el que está hablando hasta que no consiga todos esos títulos.

La idea es decirles a los chicos que yo no soy tan bacan, que la gente que ellos ven como exitosa no es tan bacan. Todos se equivocan, entonces, equivocarse está bien, es bueno, háganlo, somos humanos, la perfección no existe, no nos sirve para nada, no vamos a ser todos tontos perfectos. Lo que sí, equivóquense en entornos donde uno se puede equivocar, controlados, hablando de tus ideas, en talleres de emprendimientos en charlas. No, tomando los ahorros de tus papás y haciendo un proyecto, sabiendo que no va a funcionar, eso es peligroso”.

¿Qué les aconsejas a los emprendedores?

“Hoy en día mucha gente quiere ser emprendedor. Quiero traspasar la información de que yo entiendo lo que es estar ahí. Es como un tipo que viene del futuro al pasado y les dice: chiquillos, en 10 años más, todo lo que ustedes hacen hoy día, sí funciona. No se cuestionen, háganlo, y si les da flojera, háganlo igual. Hay que creerse el cuento. Si alguien ve mis videos en conferencias, sin conocer la historia, inmediatamente te ponen en un pedestal, nunca se debe haber equivocado. Yo antes de subirme al escenario estuve a punto de decir que no, porque tenía miedo.

Cuando uno se decide a emprender uno necesita mucha energía, porque al final todos los días son problemas, hay gente que te dice que no, gente que te juega chueco. Entonces, la energía solamente se obtiene de la pasión. Mucha gente trabaja en cosas que no lo apasionan y viven soñando con el fin de semana. A mí no me gusta el fin de semana, porque no puedo seguir trabajando”.

Entonces, eres un trabajador incansable, ¿cómo has desarrollado esta aplicación tan exitosa?

“La meta final no existe, sí hay metas que te van ayudando a saber que vas bien, como un check point, para los que les gustan los juegos. Me dan energía, me reconocen un poco más. Pero uno debe distinguir las metas y la visión. Para una empresa o un emprendimiento, la visión tiene que ser algo super grande, casi imposible, que si tú lo logras, el mundo es otro, así de grande. Y tienes que visualizarlo, cómo se ve, qué es lo que pasa. Mi visión es un mundo donde mis hijos vayan al jardín andando en bicicleta, esa frase me costó años construirla. Tiene que ser simple, para que otros también puedan verlo.

Cómo lo estás haciendo, esas son las metas. La primera meta es decir que vamos a hacer algo que va a cambiar el comportamiento de la gente y que va a ser un referente en esa área, y eso fue la aplicación Kappo, que no está terminada porque las aplicaciones nunca se terminan.

Cruzo la meta y uno siempre tiene que preguntarse qué hago ahora. Cuando estoy cerca de la meta, tengo que pensar en cómo alejarla. Lo importante es el camino. Te puedes perder fácilmente, o ir para atrás que es peor. Mucha gente me ha preguntado por qué no he hecho cosas para los autos, si es un buen negocio. Pero no, porque no va con mi visión. Si la gente te pilla haciendo eso, se muere esto otro también. Si no, estarías picando en todos lados, sin avanzar”.

 

Ivan Paez recibe un reconocimiento de manos de Roberto Carrasco, DNA de Informática, y María de los Ángeles Horta, Directora de Ing. en Informática sede Rancagua.