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Jair Bertoni: “Si mantiene esa misma intensidad, Chile puede aspirar a ganar la Copa Confederaciones”“Me molesta mucho la liviandad con que se dice que cualquier persona es Asperger”
La doctora Amanda Céspedes estuvo en Santo Tomás Viña del Mar para dictar el seminario “El espectro del Asperger en el aula: identificación y abordaje”.
Si creyéramos todo lo que dicen las redes sociales y los medios de comunicación, Bill Gates, Mark Zuckerberg y Lionel Messi serían Asperger. De hecho, mucha gente lo cree aunque no exista una confirmación oficial en estos casos ni en muchos otros. “Pero de pronto, es como si todos quisieran ser Asperger”, acusa la doctora Amanda Céspedes, quien visitó Santo Tomás Viña del Mar para ofrecer el seminario “El espectro del Asperger en el aula: identificación y abordaje”, organizado por la Escuela de Educación y la carrera de Psicología.
¿Por qué se tilda de Asperger a las personas que, a pesar de destacar en su ámbito laboral, manifiestan problemas para desenvolverse socialmente? La representante del instituto de capacitación AGL piensa que hay dos factores que explican esta tendencia acentuada en los últimos años: “uno es que efectivamente en el último tiempo ha ocurrido cierto deterioro de las habilidades comunicativas en las personas, que tiene que ver posiblemente con que tenemos nuestra mente demasiado ocupada, no somos cordiales en la relación con el otro, contestamos sin mirar, interrumpimos, etcétera”
“Por otro lado, tengo la impresión que la gente hoy día siempre está buscando ser distinto de alguna manera que resalte. Y como se ha dicho mucho que hay personas famosas que son Asperger, como Gates, Zuckerberg o Messi, creo que la gente tiende a identificarse con ellas y quiere serlo también para ser distinto o destacado”, señala.
La neuropsiquiatra infanto-juvenil se inclina por la primera alternativa, señalando que “el deterioro de las capacidades comunicativas, de la empatía, del interés por el otro, del uso de las reglas interaccionales ha aumentado y eso se lee en clave Asperger. Entonces cuando se ve que una persona tiene un deterioro de la habilidad comunicativa, inmediatamente se le pone un nombre y eso no debe ser así. Estamos hablando de condiciones del desarrollo que se presentan en los niños desde muy pequeños y que exigen atención; no es tener una peculiaridad, es una condición del desarrollo”.
Demasiada liviandad frente a la angustia
Como especialista en la materia, Céspedes reconoce que “me molesta mucho la liviandad con que se dice que cualquier persona es Asperger. Hoy sabemos mucho más del cerebro que hace unas décadas, pero lamentablemente se utilizan los términos con una liviandad extraordinaria. Creo que eso no es bueno y por eso estos seminarios apuntan a la rigurosidad, a que las cosas se manejen como debe ser”.
Esta superficialidad con la que se habla de Asperger como si fuera sinónimo de genialidad, oculta otra realidad: para el entorno más cercano de un niño Asperger no es fácil aceptar esta condición y asumirla como parte de la vida diaria. La directora general del instituto AGL sostiene que “es un proceso muy doloroso. De partida, es muy doloroso para la familia aceptar cuando se diagnostica una condición que va a acompañar al niño toda la vida. Y efectivamente, mientras más pequeño es el niño, más difícil es la interacción con él, y por lo tanto, los errores que se cometen son numerosos y pueden ser muy dañinos para la familia. Por ejemplo, a más de alguien le han dicho ‘yo creo que tu hijo tiene un retardo mental y no te has dado cuenta’”.
“Yo creo que los padres nunca superan esta angustia. Al principio está la angustia de no entender al niño, después viene la angustia frente al periodo escolar, y después viene la peor angustia, cuando los padres se preguntan qué pasa si nos morimos, con quién va a quedar, quién lo va a cuidar. Ese temor nunca desaparece… es muy dramático”, dice.
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