Más allá del respeto y la inclusión

Producto de una enfermedad, Helen Keller (1880-1968) a sus 19 meses de vida perdió los sentidos de la audición y la vista. Sin embargo, logró superar las dificultades e ingresó a la universidad, transformándose en una reconocida escritora y activista que luchó por los derechos de las minorías.

“Al no tener visión, ella creció mucho por dentro y eso la hizo más sensible para detectar la dignidad de cada persona y esa presencia invisible de Dios”, señaló María Esther Gómez, Directora Nacional de Formación e Identidad de Santo Tomás, al dar la introducción a la charla de lanzamiento en sede Rancagua del Tema Sello 2020: Respeto e inclusión.

Esta actividad, que contó también con interpretación en lengua de señas, buscaba dar tres visiones distintas del personaje que este año inspira a los tomasinos. Este recorrido comenzó con una reseña biográfica de Helen Keller, a cargo del Director de Formación e Identidad de sede Rancagua, Víctor González.  Señalo que, quien fuera conocida como “el cerebro más inteligente de América” dio un profundo significado al descubrimiento del lenguaje, de la vida y del mundo: “Helen Keller vino a cumplir una gran misión de iluminación”.

El académico también se refirió a Anne Sullivan, profesora de Helen, como un héroe anónimo: “Es de las personas que menos recordamos en la vida, pero que hace una gran labor. En este contexto de pandemia, mencionamos al personal de salud, a veces olvidamos a los que recogen la basura, a quienes riegan las áreas verdes, a los ancianos que están solos (…) vaya para ellos un pequeño y sincero homenaje”.

Su rol social y sus relaciones personales

Una segunda visión de Helen Keller la entregó el docente de Historia, Víctor Zurita, quien analizó su rol como luchadora social: “Tenía una mirada de esperanzas en el siglo XIX, después de la revolución industrial, ella veía optimismo”, señaló. También fue un agente de cambio para las minorías: “Los invitó a reflexionar sobre el rol de la discapacidad en Chile, hay muchas personas que quieren insertarse, pero las puertas se les cierran. Yo los llamo a abrir esas puertas”, fue la invitación del docente a quienes asistieron a la reunión y conocieron más del papel social de Keller.

Finalmente, desde la psicología se abordó la historia familiar de Helen Keller y el impacto en su desarrollo, abordando las limitaciones puestas sobre ella y sus discapacidades sensoriales. La psicóloga Romina Guzmán explicó que debido a los modos de vinculación que tenía con sus padres, sus necesidades fueron postergadas: “No permiten a la niña obtener su independencia y la capacidad de generar seguridad en sí misma.  Para ellos, el papel de su hija era el de ‘pobrecita’, no dejaban que la niña hiciera tareas o se propusiera metas personales, generando en ella frustración por ser padres tan sobreprotectores”.

Para cerrar, se analizó la relación simbiótica que surge entre Helen y su maestra Anne Sullivan, quien también perdió su visión y perdió a su familia. Esta experiencia es la que ayudó a Helen a superar sus dificultades y obtener los grandes logros por los que es reconocida y que hacen que este 2020 sea el personaje que inspira el Tema Sello Santo Tomás: Respeto e Inclusión.