Expresidente Eduardo Frei: “La relación con China ha sido crucial en el desarrollo comercial de nuestro país”

El ex presidente se refiere al gran crecimiento y diversificación que ha tenido Chile desde su primer Tratado de Libre Comercio en 1994. “Ya no hablamos solamente de guindas, paltas y cobre. Hoy tenemos mucho que ofrecer a los mercados asiáticos”, asegura.

En una intensa labor de promoción y fortalecimiento de la presencia chilena en el Asia-Pacífico se encuentra Eduardo Frei Ruiz-Tagle, expresidente de la República y actual embajador extraordinario y plenipotenciario para dicha región. A pocas semanas de la tercera versión de ChileWeek 2017, realizada en septiembre en China, Eduardo Frei nos entregó su visión en torno a cómo serán las futuras relaciones bilaterales entre ambas naciones.

A más de 10 años del Tratado de Libre Comercio China-Chile, ¿qué beneficios cree que ha proporcionado este acuerdo para nuestro país?

La relación con China ha sido crucial en el desarrollo comercial de nuestro país, ya que se trata de nuestro principal socio comercial hoy en día, lo que representa el 25 por ciento del intercambio que tenemos a nivel mundial.

En los últimos años, la canasta exportadora se ha diversificado mucho sumándose a las ya tradicionales industrias de la minería y celulosa, productos agrícolas y de la industria vitivinícola. Esto nos ha permitido mirar el mercado internacional de una manera mucho más tranquila y con menos temores respecto de lo que está pasando en el resto del mundo.

Lo más interesante es que en las últimas visitas a China hemos abierto la discusión de las temáticas tradicionales a una agenda mucho más extensa para trabajar. Ya no hablamos solamente de guindas, paltas y cobre; hoy tenemos mucho que ofrecer a los mercados asiáticos.

Por ejemplo, los chinos se dieron cuenta de que somos una potencia astronómica y que tenemos el 50 por ciento de todos los centros astronómicos mundiales. A partir de esto, se firmó un acuerdo de Chile con la Academia de Ciencias Chinas para un desarrollo conjunto en esta área.

Otro de los grandes temas que estamos trabajando es la fibra óptica. Hace tres años, después de varias reuniones con autoridades de telecomunicaciones de ambos países, comencé a ver que este tema ofrecía un potencial gigante para Chile. En la última visita de la presidenta Michelle Bachelet, quedó establecido en un acuerdo bilateral desarrollar este tema, a través de estudios de factibilidad en ambos países. Si Chile lograra aplicar esta conexión, no solo seríamos un líder mundial en esta materia, sino que llegaríamos a tener una conectividad a nivel país que hoy no tenemos.

Desafíos en la relación con China

¿En qué áreas es importante seguir profundizando las relaciones bilaterales comerciales con China?

Creo que es de gran importancia poner el acento en seguir atrayendo inversiones asiáticas a nuestro país, para que lleguen con la misma intensidad que en otros países y realicen inversiones en infraestructura, energía, minería y servicios. Para Chile es muy importante que China siga siendo su principal socio comercial, ya que nos permitirá seguir abriéndonos a nuevos mercados asiáticos.

En los últimos años y después de muchos esfuerzos, veo que han empezado a fluir las inversiones que estamos construyendo desde 1994. Por ejemplo, tenemos inversiones en bancos tan relevantes como la apertura del Banco Chino de la Construcción. Este es un hito clave para que Chile aspire a convertirse en plataforma comercial de la región.

¿Existe alguna debilidad en las relaciones con China que sea factible de mejorar?

La gran insistencia que he tenido en los últimos años siendo embajador especial es encontrar de qué manera incorporamos a las pymes en las negociaciones bilaterales. Esto es algo en lo que estamos trabajando, porque la parte negativa de los grandes acuerdos es que generalmente favorecen a las grandes empresas.

En ese contexto, lo que hemos hecho es ir abriendo espacios que faciliten la gestión de las pymes para negociar con China. Uno de ellos es la zona de libre comercio en Shanghái, que cuenta con un espacio para 200 pequeñas y medianas empresas chilenas, las cuales tendrán fácil acceso a las normas aduaneras internacionales, a los supermercados y a vender productos, no solo a China sino a terceros países de la región.

Otra oportunidad concreta para las pymes es el comercio electrónico. En 2014, en el marco de la primera versión de ChileWeek, nuestro país firmó un acuerdo con la empresa AliBaba para generar una plataforma que permita vender nuestros productos en China. Esto abrió las puertas del mercado asiático a cientos de empresas chilenas, generando en 2016 el envío de más de 14 millones de paquetes.

También estamos trabajando en la creación de un nuevo sistema que nos permita relacionar provincias asiáticas con regiones nacionales. Normalmente, estas conexiones se hacían a través de los alcaldes, con compromisos de buena crianza, donde no se llegaba a mucho más. Ahora hemos ido a buscar un acuerdo más profundo y global, con el apoyo de ambas embajadas. Un ejemplo concreto es la región del Biobío, que formó una corporación donde participan representantes del gobierno regional, las universidades, grandes, pequeñas y medianas empresas, así como agricultores y productores de celulosa, entre otros. Se logró un acuerdo con China que permite generar redes y conexiones con universidades y acceso directo a pymes chinas.

Finalmente, creo que todavía tenemos muchas oportunidades para generar intercambios comerciales con Asia, no solo con China. Es muy importante seguir trabajando para aprovechar estas oportunidades, tanto en materia de inversión extranjera como en inversiones chilenas en Asia.

¿Qué factores son los más difíciles de comprender a la hora de negociar con China?

Pienso que las grandes diferencias culturales que tenemos ambas naciones es el punto más difícil e importante de entender, tanto para los empresarios asiáticos como para los chilenos. La relación público-privada es algo que entendemos de manera muy distinta; aquí funciona de una manera, en Japón, en China y en Corea, de otra.

Los grandes grupos económicos en Corea tienen una relación directa con el Estado. En China, hay muchas empresas público-privadas, por lo que es difícil entender cuál sector toma las decisiones. En el caso de Chile, a los asiáticos les ha costado mucho entender cómo funcionan las licitaciones y concesiones.

Este es un punto difícil, al igual que el idioma y el tema cultural. Sin embargo, cada vez existen más herramientas para que los empresarios chilenos puedan explicarse con claridad. Ya hay más de 200 empresas chilenas instaladas con oficinas, al igual que más de 200 viñas que están exportando sin problema.

Chile sede de APEC 2019

Chile va a ser sede de APEC en 2019. ¿Qué impacto ha tenido para nuestro país este acuerdo y qué importancia tiene ser dueños de casa?

En 1994, Chile entró al APEC y el escenario comercial cambió, ya que hasta ese momento, comerciábamos con Europa, Estados Unidos y América Latina, mayoritariamente.

Hoy, no solo somos parte de APEC, sino que tenemos acuerdos bilaterales con más de 60 países. Tenemos tratados de libre comercio (TLC) con casi todos los países de APEC y con todos los países del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). Son acuerdos que muchas veces han sido difíciles y complejos de construir, pero una vez logrados han sido muy importantes.

En los últimos años, me he dedicado a construir una relación especial con los grandes países y con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), ya que a sus dirigentes, presidentes y primeros ministros, les interesaba un gran acuerdo con Chile. Después de que se formó la Alianza del Pacífico, Chile fue aceptado como socio observador de ASEAN, lo que se concretó el año pasado. Luego se firmó un acuerdo entre los países de ASEAN y Alianza del Pacífico en la sesión anual de Naciones Unidas, con un programa de trabajo entre éstos.

Todo lo anterior es de gran importancia para nuestro país porque es muy distinto llevar una relación comercial, política y cultural únicamente con China, que también con Malasia, Tailandia e Indonesia. Son otros volúmenes de venta, es otra realidad. Los países de ASEAN tienen un desarrollo medio, similar a los países de América Latina, lo cual es muy interesante para las relaciones comerciales.

Si hoy estuviéramos como estábamos en 1994, dependeríamos casi exclusivamente de Estados Unidos y Europa, lo que nos tendría preocupados. En cambio, al tener el 55 por ciento del comercio en mercados asiáticos, podemos enfrentar de mejor manera situaciones complejas.