Entrevista

«La gente quiere seguir haciendo cosas, quiere seguir sintiéndose útil»

En el marco de la Inauguración del Centro de Investigación en Gerontología Aplicada, CIGAP, Homero Gac Espínola, Médico Cirujano experto en medicina interna, geriatría y gerontología  visitó la ciudad para participar como expositor principal del evento.

Gac es miembro del directorio de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile desde el año 2011, actualmente ocupando el cargo de Vicepresidente de la sociedad, además,  es miembro de la mesa directiva de la Sociedad Médica de Santiago y cuenta con  publicaciones internacionales y nacionales en áreas de ortogeriatría y deterioro cognitivo.

Aprovechamos esta oportunidad para conversar con él respecto a la gran tarea que tendrá Chile para los próximos años en materia de políticas públicas enfocadas a lograr una mejor calidad de vida para la población de adultos mayores.

No siempre se habla sobre el envejecimiento, pero sabemos que es una temática que necesita ser abordada en Chile. Respecto a la esperanza de vida, ¿cuál es la esperanza de vida en Chile? y ¿cómo estamos en comparación a países de Latinoamérica?

Chile es uno de los países dentro de  Latinoamérica con expectativas de vida más alta,  estamos alrededor de los 81 años, esto en el fondo es un éxito desde el punto de vista social, el que la población logre envejecer. A diferencia de la gente que lo ve como un apocalipsis en la cual un grupo pequeño de jóvenes tendrá que mantener a muchos viejos, esa es la visión negativa, la visión positiva es que hemos logrado que personas que antes no podían sobrevivir hasta una edad avanzada hoy sí lo puedan hacer, lo cual significa que el país ha mejorado en lo económico, en lo social, en la salud y en una serie de aspectos que tienen que ver con calidad de vida.

En este minuto el único país que supera a Chile es Canadá, en estos momentos estamos encima de Uruguay, Argentina, de Cuba, de los países del cono sur que tenían los rangos de envejecimiento más altos.

¿Qué desafíos implica que nuestra sociedad envejezca?

Debemos repensar algunas políticas públicas para ver qué vamos a hacer con esta situación en la cual una población importante de personas van a tener necesidades muy distintas de las más jóvenes. Entonces, tendremos necesidades de salud, necesidades sociales, van a aparecer temas relacionados con lo laboral.

Si nos remontamos al origen de las jubilaciones actuales, esto data de la época de Bismark en el siglo XIX, por lo que aplicar connotaciones del siglo XIX para el XXI es difícil en términos de cómo ha cambiado la población.

Los padres de uno, muchos a los setenta años quieren seguir trabajando y estar en buenas condiciones para seguir haciéndolo, eso significa que deberían tener una jubilación voluntaria pero retirar personas, en especial mujeres a los sesenta años de forma obligatoria, parece algo bastante ilógico tomando en cuenta la expectativa de vida que tenemos por delante, las necesidades de carácter económico que vienen y por otra parte, los deseos de la población. La gente quiere seguir haciendo cosas, quiere seguir sintiéndose útil.

Claro, llega un momento en que la sociedad reproduce una especie de estereotipo negativo sobre la vejez…

Absolutamente. Yo tengo una clase que se llama “Arte y vejez”, en la cual hago un análisis desde el punto de vista histórico, y claro, la mayoría de las veces se ha asociado la vejez a la decadencia. Hay un cuadro  muy interesante de los pintores flamencos del siglo XVI que se llama “La Fuente de la Juventud”, en la que se muestra llegando en unas carretas a los ancianos que se meten a la fuente y que luego salen a disfrutar la vida, y los muestran haciendo su vida en pareja, jugando, cazando, entonces, siempre ha habido una percepción de que el placer es propio de la juventud y no del ser adulto mayor.

¿Se podría decir que las necesidades de los adultos mayores van cambiando?

Hoy  tú ves que los adultos mayores la están pasando cada vez mejor, por otra parte, hay todo un tema relacionado con ideas preconcebidas sobre lo que debe o no debe hacer una persona mayor, en cuanto a sus relaciones afectivas, vestimenta, en términos de trabajo, de esfuerzos que debe o no realizar, de cuáles son las cosas propias de un adulto mayor y eso también está cambiando y probablemente venga un cambio enorme porque el problema está  en que antes habían pocos viejos, hoy cada día hay más.

Hoy el 16% de la población chilena es adulto mayor, lo que da cuenta de que todas las expectativas que se hicieron desde los años 80 se quedaron cortas, se pensaba que el 2023 íbamos a tener un 16% de adultos mayores y nos adelantamos, esto quiere decir que vamos en un proceso de envejecimiento más rápido del que creíamos,  que sumado a la baja en la natalidad genera que el índice de envejecimiento sea mayor.

¿Qué se debe hacer como sociedad para enfrentar el panorama?

Lo que el país  debe hacer es crear grupos de estudios dedicados al fenómeno del adulto mayor en distintos ámbitos; económicos, urbanísticos, de arquitectura, o sea, en países  desarrollados hay arquitectos, hay urbanistas dedicados al trabajo para adultos mayores, donde no se permite que un edificio le quite la luz solar a una plaza donde pasean adultos mayores regularmente, porque en el fondo existe una preocupación por la vitamina D que necesitan para no tener problemas musculares, por ejemplo.

Tenemos también las ciencias sociales, todo lo relacionado con la psicología, con el estudio de deterioro cognitivo. Lo que se va a generar con el paso de los años es  un aumento general de las personas con deterioro cognitivo en distintos grados, por lo tanto, también significa una serie de desafíos en términos de cómo poder estudiar esto y en términos de recursos humanos, muchos hijos que antes tenían que cuidar a sus hijos, ahora van a empezar a cuidar a sus padres y eso genera desgaste, genera trabajadores más cansados.

¿Estamos preparados en este momento para hacer frente a lo que viene?

Absolutamente no. Si uno lo piensa, normalmente las universidades dentro de sus escuelas de salud, medicina, kinesiología, enfermería, solo el 50% de estas universidades en Chile tiene cursos formales de Geriatría para sus alumnos en carreras del área de salud, lo cual significa que en estos momentos ni siquiera estamos enseñando lo suficiente. Yo creo que el tema del envejecimiento debería ser un tema que se aprenda desde los colegios como parte del ciclo vital, tal como se enseña sexualidad, o cómo un embrión que se convierte en niño, debería enseñarse qué es envejecer, qué significa, qué pasa con eso, como convivir con personas mayores.

¿Hay que perderle un poco el miedo al envejecimiento?

Así es, si uno revisa, todo el mundo anda en la búsqueda de la eterna juventud, que los 50 son los nuevos 40, que te bombardean con todas estas terapias “anti-age”  en contra de un proceso que es natural, universal e irreversible. Entonces, la idea de parecer joven ha sido una dinámica que históricamente siempre se ha dado y hay mucho temor a envejecer porque claro, la discapacidad asociada al envejecimiento era mucho más alta, hoy día eso se va reduciendo.

Hay países como Estados Unidos que han disminuido la discapacidad en la tercera edad en un 25% con políticas públicas de envejecimiento saludable.

Hoy en día vemos a personas de tercera edad que hacen deporte, salen a trotar, hacen yoga…

Hay personas de la tercera edad que trabajan en el gobierno, que son consultores de organismos, personas que hacen una serie de actividades que antes eran impensables y esto no significa quitarle tiraje a la chimenea como piensan, significa seguir dándole espacio a la gente joven para que ocupen altos cargos directivos pero sin sacar de circulación a alguien que sigue vigente y donde se perdería toda esa experiencia.

En esta cultura un poco de lo desechable que tenemos actualmente, está este tema por ejemplo: la campaña del Hogar de Cristo donde se bota un sillón viejo, en alusión a un abuelo,  y donde también debemos cimentar el respeto a los adultos mayores, al igual que en otros países. Por ejemplo, hay países orientales donde el abuelo sigue criando al nieto, donde ellos son extremadamente importantes y en donde sigue existiendo un enorme respeto por la persona mayor.

Volviendo un poco a su visita a Antofagasta, ¿Qué le parece la creación  del Centro de Investigación en Gerontología Aplicada que inauguramos recientemente?

 Me parece fantástico pues de partida es un espacio en el que se podrán crear cosas y eso es muy importante para el país, y también,  es un tema prevalente en estos tiempos que vamos envejeciendo y necesitamos tener mucha más investigación al respecto, tercero porque está en una zona que va comenzar a envejecer rápidamente.

 El norte de Chile tradicionalmente  ha sido de trabajadores más bien jóvenes que se han dedicado a la minería, pero esos trabajadores jóvenes hoy en día van a tener que convivir con su familia, la cual envejece y a la que tendrán que cuidar, además de envejecer ellos también. Se dan todas las condiciones para que este sea un proyecto exitoso ya que es muy necesario.

 

Doctor, ¿puede hacer la diferencia entre la Gerontología y la Geriatría?

La gerontología es el estudio amplio del envejecimiento, yo puedo ser un sociólogo dedicado al envejecimiento, puedo ser un arquitecto que haga casas para adultos mayores, puedo ser un economista dedicado a ver qué pasará con las pensiones de los adultos mayores.  En cambio la geriatría es la parte médica, es la especialidad que se dedica a tratar los problemas y las enfermedades y la prevención de las mismas en  personas mayores.

 

¿Desde qué edad una persona podría pensar en consultar al geriatra?

Muchas veces converso con la gente y me dicen “oye, yo no estoy para geriatra”, esa es la típica frase que dan, imaginándose que estar para geriatra es estar en tan malas condiciones que o estoy demente o no me puedo levantar, o arrastro los pies, o estoy muy mal.

La geriatría es lo contrario, al igual que la pediatría, yo llevo a mi hijo al control del niño sano porque quiero que siga sano, la geriatría es lo mismo, si yo capto a un adulto mayor alrededor de los 60  o 65 años, yo voy a poder evitar problemas de manera mucho  más efectiva que si a esa persona la pesquiso a los 75 u 80 años, y si está esta reticencia es probablemente porque sentimos temor al envejecimiento o pensamos que efectivamente la geriatría es para aquellos que están muy mal y es todo lo contrario.

El tema central de la geriatría es cómo yo planteo una estrategia de trabajo en la cual a una persona mayor yo logro tenerla de la forma más funcional e independiente posible, que esa persona siga auto determinando su vida. Si yo quiero que esa persona siga comiendo sola, que siga tomando decisiones respecto a su dinero, tomando decisiones sobre lo que quiere hacer con su vida o con lo que no quiere que le hagan, eso es el tip central de la geriatría, y el punto central de eso es la funcionalidad.

Si analizamos como le va a un paciente que tiene 60 años y que está postrado porque tiene una enfermedad vascular y le da neumonía,  esa misma neumonía en un hombre de 90 años que sigue yendo a buscar a sus bisnietos en auto al colegio, es mucho más probable que salga a delante el hombre de 90 que el de 60 porque la funcionalidad es lo que marca el cambio del punto de vista del pronóstico.

O sea, lo que tenemos que hacer como sociedad es acomodarnos a los adultos mayores…

Claro, debemos adaptar las cosas para que seamos una sociedad age friendly, por ejemplo, que las tapas de las bebidas sean fáciles de abrir incluso para una persona que sufra de artrosis de manos, que tengamos baños adaptados con barandas  donde los adultos mayores se puedan bañar sentados, adaptar la vida a la situación actual, digamos.