El político debatió con académicos y estudiantes sobre distintas visiones del Chile actual y algunas de sus propuestas como candidato presidencial.

En el marco de los Diálogos Públicos que organiza la carrera de Derecho de la Universidad Santo Tomás Talca, el día viernes 6 de septiembre visitó la sede Carlos Schorr el político y eventual candidato presidencial, José Antonio Kast.

Previamente participaron de la actividad el ex fiscal Carlos Gajardo y el ex presidente del Senado, Camilo Escalona.

Kast es abogado y político, fue Diputado de la República entre 2002 y 2018 representando a los distritos 30 y 24 correspondientes a las comunas de La Reina y Peñalolén. También se desempeñó como concejal en la comuna de Buin.

Fue militante histórico de la Unión Demócrata Independiente (UDI) hasta el anuncio de su renuncia el 31 de mayo de 2016. En 2017 se presentó como candidato presidencial independiente y actualmente lidera el Partido Republicano, el Think Tank Ideas Republicanas y el movimiento Acción Republicana.

¿Cuál es su análisis del Chile actual?

“Que es un Chile que está en vías de desarrollo, hoy día estancado, sujeto a una crisis de seguridad, una crisis económica y sobretodo una crisis de confianza. Y aquí al menos lo que yo sostengo es que el modelo funciona, pero las personas que están liderando el modelo han descuidado el camino e parte por ideología y en otra parte por carencia de carácter para decir las cosas por su nombre”.

¿Por qué decidió dedicarse a la política?

“Esto parte en la época universitaria, pero yo creo que es un reflejo de la acción pública que desarrollaban mis padres que a todos nos inculcaron un amor y una cercanía hacia las cosas sociales y de ahí un paso más en el servicio público y concretado en mi caso en la política contingente”.

¿Qué lo motivó a fundar su propio partido político y cuáles son las características de este?

“La idea de formar el partido nace después de haber sido candidato presidencial donde obtuvimos cerca de un 8% de los votos y nos dimos cuenta que había una cantidad de chilenos que esperaban algo distinto de los líderes políticos y básicamente eso era hablar desde el sentido común y con convicción. El partido lo que busca es tener como plataforma el sentido común, analizar las urgencias sociales y llevarlas a políticas públicas a través de propuestas que puedan ir solucionando los problemas del día a día de las personas. ¿Que nos diferencia de otros partidos?, que tenemos una línea muy clara en la defensa de ciertos principios y no nos interesa que los que participen en este partido se rindan a lo que hoy es la epidemia de la ‘encuestitis’, nosotros queremos políticos que sean coherentes y que sean capaces de sostener en el tiempo los principios y los valores que nosotros sustentamos en nuestra declaración de principios que básicamente son la defensa de la libertad en el amplio sentido de la palabra, libertad de educación, libertad de culto, defendemos el concepto de la familia como núcleo fundamental del desarrollo de la sociedad, ahí está considerado el concepto de familia que nosotros plateamos como una proyección y lo que tenemos que fomentar y también el compromiso con el Estado de Derecho y el respeto a las instituciones de la República”.

¿Considera que tiene opciones reales de llegar a ser Presidente de la República?

“De todas maneras. El sentido común es mayoritario en Chile y lo que necesitamos es que las personas se vayan dando cuenta que aquí no existen fórmulas mágicas para enfrentar los problemas que hoy día nos atañen, que tenemos que alejarnos de los populismos y la demagogia y de la ideología y a nivel mundial esto está tomando fuerza porque podemos ver lo que pasa en Hungría, Polonia, situaciones que ocurren en Inglaterra, en Estados Unidos y Brasil donde las personas se han cansado de la ideología y se han cansado del populismo y ven cómo las promesas de sectores políticos ligados a esas tendencias han llevado al fracaso a esas naciones”.

¿Qué le diría a quienes lo acusan de tener un discurso que incita al odio?

“Lo primero que me muestren qué parte de mi discurso les genera tanto odio que pueden llegar a usar la violencia verbal y física para agredir a otro. Lo que yo digo es que nosotros usamos argumentos basados en la razón, en el sentido común y en la naturaleza humana y que son tan incontrarrestables que los contrarios se quedan sin argumentos y por eso caen en descalificaciones porque yo puedo pensar distinto en temas de la defensa de la vida a alguien que es partidario del aborto o la eutanasia, pero yo defiendo mis ideas con argumentos y razonamientos no tengo por qué caer en el insulto o en la agresión al otro por pensar distinto a mí y hasta ahora son muy pocas las personas que me pueden decir por qué, dónde o cuándo yo he dicho algo que a ellos les provoque ese grado de odiosidad”.

¿Qué lo diferencia de otros posibles candidatos de su sector?

“En general yo actúo con mucha convicción, no busco la respuesta políticamente correcta y en general para tomar una decisión no miro las encuestas y creo que eso ya es una gran diferencia porque mi motivación es influir. Me encantaría ser presidente, pero como digo siempre, no entregaría mi vida o mi familia por la presidencia y eso las personas lo van reconociendo. Yo soy un candidato bastante simple que piensa A, dice A y hace A y hay otros candidatos que piensa A, dicen B y hacen Z”.

¿Cuáles son sus propuestas en torno a la educación superior?

“Para llegar a la educación superior uno primero tiene que enfrentar lo que es la educación pre escolar, básica y media y hoy día estamos muy débiles en esas áreas en la formación de nuestros jóvenes. A veces el que mucho abarca poco aprieta, entonces lo primero es reformular en las cosas más esenciales, la enseñanza pre escolar, básica y media para que los jóvenes lleguen preparados al mundo universitario. Ya una vez que se supera esa etapa y donde la selección universitaria es en igualdad de condiciones que hoy día no lo es porque muchos llegan a cuarto medio ilusionados de que van a ser profesionales en la educación superior y se encuentran con una prueba de admisión que muestra el fracaso de la educación escolar. Y si ya se cruza esa etapa la educación superior a mi juicio lo primero que deberíamos hacer es entender que este es un proceso continuo que no necesariamente tienen que ser 5 años de carrera para obtener un título, hay otros países que han demostrado que con tres años de carrera universitaria y después profundización en un área específica es más que suficiente. Hoy tenemos carreras de cinco años financiadas con recursos públicos en gran medida y se dice que vamos a tener educación gratuita y de calidad y las dos cosas juntas en Chile en las condiciones que tenemos, no marchan juntas. Se requiere también una mayor responsabilidad y asumir el esfuerzo y el trabajo por parte de alumnos y también de profesores, son cosas bastante evidentes. Todas esas cosas van perjudicando el desarrollo de un país porque no les exigimos lo que pueden dar, sino que les ponemos un mínimo muy bajo y esos profesionales al final no llegan al mismo nivel que profesionales de otros países que sí han entendido que en base al esfuerzo y al mérito uno sale adelante”.