Oriundo de Perú, llegó a Chile a los 8 años. Su motivación por la computación lo llevó a matricularse en Ingeniería en Informática, pese a que cuenta con una discapacidad visual que alcanza solo el 30 por ciento.

Mientras se prepara la entrevista, Jean Carlos Soles Gavidia muestra con orgulloso su proyecto que acaba de presentar en el marco de Feria de Proyectos Tecnológicos organizada por el Área de Informática de la Sede Santiago Centro.

Actualmente cursa el segundo año de Ingeniería en Informática. Carrera que le ha permitido a este tomasino, aprender sobre su pasión que son los computadores, así como también lo relacionado con hardware y software.

Con solo ocho años, llegó a Chile junto a sus padres desde Perú en búsqueda de una mejor calidad de vida. Fue en ese lapso de tiempo que comenzó a interesarse por el tema computacional y que tras finalizar la enseñanza media lo llevó a dar el paso de ligarse al mundo de la tecnología.

Su discapacidad visual -condición de nacimiento- no ha sido impedimento para desenvolverse y trabajar a la par con sus compañeros, pese a que solo cuenta con un 30 por ciento de visión en el ojo derecho, mientras que en el izquierdo tiene una prótesis.

Es más, recientemente participó en la Feria de Proyectos Tecnológicos realizada y en la que se desenvolvió sin inconvenientes. Oportunidad en la que exhibió “Otto Robot”, su primer proyecto en el que según comentó que se demoró alrededor de dos meses en pero que “me dejó bastante contento y satisfecho con el resultado”.

Respecto a cómo optó por Santo Tomás, y en especial por la sede para estudiar Ingeniería en Informática, -carrera que actualmente cursa en el segundo año- enfatizó que “me llamó la atención el hecho de que sea una institución preocupada por la inclusión, haciendo desde un principio que se sientas uno más, sin diferencias”.

Aclara que Santo Tomás ha sido vital no solo en su proceso formativo, sino que además en su forma de enfrentar la realidad. “Desde que ingresé, me han ayudado a mejorar mi personalidad y en base a esto, abordar el mundo a diario”.

“Hasta ahora me he sentido bien. Los primeros días me costó pero poco a poco he ido adaptándome al lugar. Todos me han tratado bien, en especial los profesores y la directora (Viviana Álvarez) con quien tengo bastante confianza”, explicó.

Agregó: “Santo Tomás es un hogar para mí. Me gusta su infraestructura y la calidez de sus docentes por lo que sin duda es mi segunda casa”.

Con solo 19 años, Jean sueña en grande y se proyecta una vez finalizada su carrera. “Me gustaría viajar, tener una empresa donde pueda desarrollarme y aplicar lo aprendido, realizando proyectos”.