Dr. Rodrigo Estévez: “El ‘estallido social’ es una respuesta a la crisis del sistema democrático”

En el marco de la conmemoración del Día de la Democracia, el sociólogo Dr. Rodrigo Estévez analizó el delicado presente del sistema político en Chile y entregó las claves de rescate, en base a la construcción de consensos.

 

El pasado 15 de septiembre, la Facultad de Ciencias de la UST conmemoró el Día Internacional de la Democracia realizando la conferencia denominada “Avanzando hacia una Democracia Deliberativa”, que fue presentada por el sociólogo e investigador del Centro de Investigación e Innovación para el Cambio Climático (CiiCC), doctor Rodrigo Estévez.

En la instancia, el sociólogo expuso la profunda crisis democrática que vive Chile, donde entre los años 2008 y 2018, se vino abajo la confianza en las instituciones: “Salvo los partidos políticos, que ya estaban en el suelo y no podían bajar más (menos de un 10%), prácticamente todos los elementos evaluados fueron perdiendo la confianza y su legitimidad”, identificó el académico. “El ‘estallido social’ del 18 de octubre es una respuesta a la crisis del sistema democrático”, aseveró el sociólogo.

Si bien la definición de democracia se sustenta en tres características principales, como son que toda la población tenga derecho a participar en las elecciones, que exista una regla de procedimiento, es decir, que haya una forma de resolver una elección, y que existan alternativas en las elecciones, éstas resultan en una visión bastante procedimental. “El derecho a voto no asegura mantener un sistema democrático. De hecho, hoy en Chile tenemos una crisis democrática, pero el derecho a voto se mantiene”, afirma Estévez.

“La democracia es liberación de los individuos y los grupos dominados por la lógica del poder; es una rotura de cadenas individual frente al dogmatismo. Entonces nos vamos alejando de la simple definición procedimental de la democracia, que es el derecho a voto”, apuntó el investigador.

Y esta crisis de la democracia en nuestro país se refleja en las tres dimensiones fundamentales que plantea Alain Touraine: Representatividad, ciudadanía y distribución del poder. En cuanto a la representatividad de los gobernantes, se plantea que las sociedades modernas son plurales y que la democracia debe ser pluralista para ser representativa. Luego, los electores son y se consideran ciudadanos, son parte vital del Estado, son el contrapeso al gobierno y no existe democracia sin ciudadanos ni una “colectividad política”. Y finalmente, es fundamental que el poder de los gobernantes debe estar limitado y la separación de los poderes del Estado debe ser clara.

Entonces, ¿cómo avanzamos hacia una democracia deliberativa?

La democracia deliberativa se entiende como una forma de gobierno donde las decisiones se toman a través de la deliberación pública de sus miembros en busca del bien común, y el “deliberar” en este contexto lo entendemos como un acto racional y argumentativo en el que se debe considerar atenta y detenidamente los pro y los contra de los motivos de una decisión.

“En la democracia moderna, las decisiones se toman a través de los votos; no de los argumentos. Y ese es uno de los grandes problemas que tenemos. Yo no quiero decir acá que tengamos que eliminar el sistema de votos, pero hoy las campañas políticas se basan en estrategias de marketing y no en la argumentación”, criticó Estévez, agregando que -entonces- la democracia deliberativa lo que busca es la capacidad de construir consensos, reconociendo en el otro la validez de puntos de vista distintos, utilizando argumentos racionales.

La persona racional no es aquella que entrega argumentos lógicos, sino aquella que es capaz de responder a una crítica de un modo argumentativo”, aseguró el sociólogo. Para ello cobra vital importancia la acción comunicativa, la cual permite al sujeto racional proveer de argumentos para justificar sus acciones u opiniones, a partir de la presentación lógica de expectativas legítimas.

“En la acción comunicativa, yo interactúo con el otro para entenderlo y buscar un punto de encuentro y construir una relación por el bien común. Esto, en contraposición a la acción estratégica, donde yo interactúo con el otro para imponer mi punto de vista y mis intereses, utilizando distintos medios como la persuasión o la mentira”, concluyó el doctor.