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“Hacer ciencia no es quedarse en el laboratorio, sino dar a conocer el trabajo y demostrar que eso sirve y tiene una finalidad”Alfredo Sfeir: “Entender que estamos en un mundo colectivo es la esencia de la educación del siglo XXI”
El economista y excandidato presidencial visitó Santo Tomás Viña del Mar para ofrecer una charla sobre la sustentabilidad humanista del desarrollo.
“¿Por qué no tomamos acciones para proteger nuestro medio ambiente? ¿Por qué tengo que volver a proponer el tema de la sustentabilidad del desarrollo?”. Así comenzó Alfredo Sfeir su charla en Santo Tomás Viña del Mar, evento organizado por la Escuela de Psicología y la Federación de Estudiantes en el cual el excandidato presidencial y actual candidato a senador por la Región del Maule analizó la importancia de este tema, incluyendo la relación de Santo Tomás de Aquino con la preocupación medioambiental.
“Desgraciadamente hoy vivimos en un mundo donde priman valores de independencia, competencia, exclusión y del individualismo materialista. No cultivamos todavía los valores de la interdependencia entre los seres humanos, entre ellos y la naturaleza y entre ellos y el espíritu”, es el diagnóstico inicial de quien es conocido como “el primer economista ambiental del mundo”.
Sostiene además que los valores actuales se encuentran en la vereda contraria de la sustentabilidad humanista del desarrollo porque “su base es la autorrealización de la interdependencia. Tú no eres una isla, no puedes actuar como una isla y esto no es un tema sentimental, como para que digan ‘oh, qué romántico es Sfeir’”.
El rol de la educación en el siglo XXI
Sin embargo, Sfeir asegura que a pesar de este escenario, él es optimista. “La juventud está reflexionando y quiere hacer de esta reflexión una realidad. No hay personas independientes, no hay países independientes, no hay un mundo independiente. Entender que no estamos en un mundo individual, sino en un mundo colectivo, es la esencia de la educación del Siglo XXI”, dice.
Por lo mismo, sostiene que las universidades deben asumir ese cambio. “Hoy la educación es para lo individual. Cuando voy a una universidad los alumnos me dicen que estudian para tener trabajo, no para realizarse como personas o para servir al mundo que los rodea. Las mallas académicas apuntan a acelerar al individuo para que salga de la universidad, pero ese es un sistema del siglo XIV, del siglo XVI; no estamos preparando a la gente para el siglo XXI, que es el siglo del colectivo”.
Santo Tomás de Aquino y el medio ambiente
El economista se refirió también al pensamiento expresado por Santo Tomás de Aquino en relación al medio ambiente, señalando que se encuentra plenamente vigente y concuerda con lo que él mismo postula.
“Santo Tomás dice que el debate se da entre la creación, lo creado y la ley natural, que es un interesante punto de partida. Además, tiene una frase que dice que la sociedad humana nace de forma espontánea de la naturaleza. Si estás de acuerdo con eso, entonces ¿cómo se nos ocurre destruir nuestro origen?? Ahí el tema entra en lo religioso, porque si amas al creador, estás obligado a amar su creación, que tiene lógica y una unidad. Esa unidad no la podemos destruir”.
“Santo Tomás dice que esta ley natural tiene como atributo fundamental la divinidad. El respeto a Dios y a la naturaleza es un respeto mutuo a la existencia de la divinidad”, añade.
El ser global y el cambio que viene
Luego se enfocó en la encíclica Laudato Si, del Papa Francisco, que también alude directamente al medio ambiente “y le pega un golpe duro al neoliberalismo, a los empresarios y a nosotros mismos por no preservar lo que él llama ‘nuestra casa común’. Aunque yo no soy católico, soy un gran promotor del Papa y su encíclica porque habla de conceptos como gobernabilidad global, responsabilidad global, términos impresionantes. Hoy no hay ninguna organización mundial que sea global, ni siquiera Naciones Unidas porque ahí cada país defiende sus propios intereses. Lo que se necesita es crear seres globales, que tengan la habilidad de transformarse en el otro, pero sin perder su propia identidad”.
Finalmente, señala que el impulso de este cambio “no es un debate político, económico o social; es profundamente interno, en tu propia conciencia. Da lo mismo la ideología política, hay que luchar por una visión de la humanidad, en eso tenemos que estar de acuerdo”.
Sfeir postula que existen cinco posibilidades frente a este cambio: “primero, puedes no verlo; segundo, verlo, pero negarlo; tercero, estar en contra del cambio; cuarto, sentirte víctima del cambio; y quinto, podemos ser arquitectos del cambio. Y por esa opción vine hoy”.
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