¿Cómo viven Fiestas Patrias los inmigrantes? Académica de UST Viña del Mar propone aprovechar estas fechas para fomentar el intercambio cultural

Mariola Vargas, docente de la Escuela de Trabajo Social, sostiene que esta festividad es un buen momento para que los extranjeros – especialmente los niños- puedan dar a conocer las tradiciones de sus países.

¿Cómo se integran los extranjeros a Fiestas Patrias? La pregunta cobra relevancia considerando que en los últimos años ha llegado a Chile una gran cantidad de inmigrantes, quienes han dejado sus países buscando, en su mayoría, una mejor calidad de vida en un territorio totalmente ajeno para ellos. ¿Qué sentirán en medio del “ambiente dieciochero”? Mariola Vargas, académica de la Escuela de Trabajo Social de Universidad Santo Tomás Viña del Mar, aventura algunas respuestas.

Para la docente, hay una imagen que grafica a la perfección este fenómeno: ver a niños extranjeros vestidos de huasos y bailando cueca como parte de las actividades que organizan sus colegios. ¿Será correcto imponerles las tradiciones chilenas? “Si los niños disfrutan y quieren vestirse de huasos, bien, pero la verdad es que uno no sabe si están convencidos o presionados. Uno piensa si estarán contentos vestidos así, bailando así”, responde, aunque al mismo tiempo le resta dramatismo al asunto porque “en general los niños son súper ingenuos y seguramente toman esto como un juego más”.

Intercambio cultural en Fiestas Patrias

Aclarado ese punto, Mariola Vargas sostiene que las actividades escolares en torno a Fiestas Patrias son una buena oportunidad no solo para que los niños extranjeros conozcan las tradiciones chilenas, sino también para que los chilenos conozcan otras culturas. “Sería muy interesante que nosotros pudiéramos hacer que ellos mostraran su cultura, que bailaran sus bailes, con sus vestimentas típicas. Eso aumentaría la diversidad cultural. Sería bastante interesante escuchar sus cantos, ver las danzas de los venezolanos, de los peruanos, de los haitianos, etcétera. Nos ampliaría el universo, podríamos ver en vivo y en directo algo que para muchos solo está disponible en youtube”, propone.

“Ojalá pudiéramos dar un espacio en los actos para que ellos muestren su cultura y que nuestros niños aprendan. Ojalá los mismos profesores fomentaran eso. Además, es una fecha en la que estamos muy receptivos tanto a nuestras tradiciones como a las expresiones culturales de otros países”, añade.

Según señala Mariola Vargas, este intercambio facilitaría el proceso de integración de los niños extranjeros. “Todo se relaciona con ver y aceptar que hay distintas maneras de vivir, que en otros países usan otro lenguaje, que la alimentación es distinta. Entonces, imagínate que un niño haitiano pudiera mostrar sus comidas, sus bailes, eso generaría un tema de mayor aceptación porque los niños chilenos se preguntarán porqué hablan así, porqué comen eso. Y lo harán desde la ingenuidad, desde la curiosidad, no desde la discriminación. Sería una forma de acercarlos, no por obligación, sino por aceptar al otro”.

Adultos inmigrantes en Chile

En el caso de los adultos, la académica de Trabajo Social cree que probablemente ellos vivan las Fiestas Patrias con curiosidad, descubriendo cómo se divierte el chileno, pero también con algo de nostalgia. “Muchos abandonan sus países en busca de mejores oportunidades, no lo hacen voluntariamente ni tampoco es una experiencia fácil, entonces hay que respetar eso también”, piensa.

De todos modos, no cree que en estas fechas se acentúe el nacionalismo y, por ende, la discriminación hacia los extranjeros. “Es una época de diversión, no es momento para racionalizar mucho el tema de los inmigrantes. Los problemas aparecen en otras instancias, cuando se compite por el trabajo, por ejemplo, ese momento debe ser tensionante, pero Fiestas Patrias tiene otro ambiente, aunque igual es un fenómeno que hay que observar”, dice.

¿Es un buen momento para fomentar la integración? La docente sostiene que sí, y de paso advierte que en Chile la ola discriminatoria no ha llegado a su peak. “En general somos tradicionalistas, conservadores, entonces todos los cambios nos cuestan. Además, la discriminación hacia los inmigrantes no se ha sentido tanto porque los índices de cesantía están bajos, pero si fueran altos, los reclamos serían mayores. Hay condiciones que permiten la entrada, pero no hemos visto problemas mayores pensando en todo lo que nos falta para la aceptación de los extranjeros”, resume.

Mariola Vargas

Mariola Vargas, académica de la Escuela de Trabajo Social UST Viña del Mar.