Telerehabilitación en Chile: un nuevo desafío en la formación de futuros kinesiólogos

En marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente el covid-19 como una pandemia e instó a los países afectados a tomar medidas urgentes frente a esta emergencia sanitaria mundial. 

Siendo este el principal acelerador de la transformación digital de las prestaciones en salud a nivel mundial, muchos países se vieron obligados a desarrollar estrategias para satisfacer las necesidades sanitarias en un escenario adverso en el que el contacto físico está limitado. Si bien muchos ya contaban desde antes con más desarrollo y avances en la implementación de la telemedicina y telerehabilitación, otros tuvieron que ingeniárselas para adaptarse e innovar.

Frente a este escenario, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció como herramienta esencial la telerehabilitación, no solo para garantizar una mayor protección a los grupos en situación de vulnerabilidad sino para contrarrestar el colapso en los servicios de salud, y poder dar continuidad en la atención de pacientes que presentan limitaciones en su funcionamiento diario.

A esto, María Pilar Fajardo, Directora de carrera de Kinesiología UST Concepción, respondió que “Chile debe adaptarse a la forma en que enfrenta su permanente demanda en salud y la Telerehabilitación es una excelente herramienta que viene a responder a estas necesidades que existen en nuestro sistema. Si bien la telerehabilitación es un concepto más específico dentro de lo que es la Telemedicina, también involucra el ámbito asistencial a distancia, de manera remota usando tecnología de comunicación con objetivos de rehabilitación, educación, promoción y prevención de manera sincrónica o asincrónica”.

Aunque los servicios clínicos de rehabilitación como fisioterapia, terapia ocupacional, terapia del habla y del lenguaje, terapia psicológica y servicios de prótesis y órtesis se han podido desarrollar sin interrupciones mediante este innovador recurso, el impacto del Covid-19 trajo a la vez nuevos desafíos para el personal de salud. Al respecto, la académica comentó que “estamos sobrellevando el momento más crudo de la emergencia sanitaria, por ello, se requieren estrategias que ayuden a descomprimir el sistema de salud. En este sentido, la alfabetización digital de los usuarios y el personal de salud cobra importancia a la hora de llevar a cabo todos estos procesos nuevos que nos brinda la telemedicina y la telerehabilitación a nuestros pacientes”.

Salud pública

En marzo de 2020, FONASA liberó algunas prestaciones en fonoaudiología, psicología y nutrición y dietética, reconocidas como válidas para   ser   realizadas   a   través de esta tecnología digital. En este escenario, el Colegio de Kinesiólogos presentó a FONASA una propuesta indicando que cinco prestaciones susceptibles podrían ser virtualizadas, aportando a la evidencia mundial de que algunos servicios kinésicos también podían desarrollarse de manera remota.

Fue así como después de un arduo trabajo, el 29 de abril de ese mismo año se publicó en el Diario Oficial la Resolución del MINSAL, a través de la Subsecretaría de Salud Pública, en la que se autoriza realizar a través de las tecnologías de la información y telecomunicaciones entre un paciente y un profesional kinesiólogo, las prestaciones presentadas por el gremio kinésico, siendo consideradas en los mismos términos a que si fuesen realizadas de manera presencial.

Evaluación kinesiológica: muscular, articular, postural, neurológica y funcional; Reeducación motriz: ejercicios terapéuticos para recuperación muscular, capacidad de trabajo, coordinación, gimnasia ortopédica, reeducación funcional y de marcha; Técnicas de relajación: entrenamiento autógeno Schultz – Jacobson o similar; Entrenamiento cardiorrespiratorio funcional; y por último atención kinesiológica integral fueron las prestaciones reconocidas por FONASA.

“Estamos dando pasos agigantados hacia una mayor digitalización, por lo cual esto marca un hito formal en el país y nuestro desafío como profesionales kinesiólogos es seguir avanzando en la prestación de servicios, asumiendo con toda responsabilidad que tenemos que capacitarnos para atender a los pacientes con calidad, confianza y credibilidad ante esta nueva modalidad de acceso a la rehabilitación”, señaló la Directora de carrera Kinesiología UST Concepción, María Pilar Fajardo.

Cambio de paradigma

Reconociendo que la Telerehabilitación no puede reemplazar del todo el acto clínico presencial, el rol que juega el kinesiólogo actualmente es vital, dado los cuidados respiratorios, el soporte ventilatorio y en la rehabilitación funcional que entrega a los pacientes críticos, tanto en el periodo agudo como también en los cuidados posteriores a su egreso hospitalario.

En ese sentido, la académica se refirió al cambio de paradigma que debe hacerse respecto de las metodologías de enseñanza y cómo se mira la educación en kinesiología, “tenemos el desafío de educar a futuros profesionales capaces de adaptarse a distintos escenarios clínicos y con los conocimientos propios que requiere el área. Por esta razón resulta esencial que nuestros alumnos se sigan preparando a través de ambientes simulados y creados con el apoyo de tecnología, lo que significa un mayor desarrollo al razonamiento clínico, toma de decisiones, priorización, trabajo en equipo y comunicación efectiva entre los estudiantes, aprendizaje integral clave especialmente para aquellos estudiantes que están próximos a insertarse en el mundo laboral.”

Finalmente, la kinesióloga declaró que los esfuerzos se han centrado en llevar a la virtualidad aquellos procesos formativos que se suelen desarrollar en la presencialidad y la práctica, “los alumnos han reconocido con respeto y gratitud pues evidencian el esfuerzo que sus profesores hemos puesto por sacar adelante su sueño de ser profesional. Por lo tanto, las generaciones de kinesiólogos que se están forjando actualmente en nuestra Universidad están ya bastante avanzados en esta metodología digital, resultándoles más cercana y aplicable que a quienes actualmente nos encontramos en una etapa de transición de lo clásico-tradicional a lo digital-virtual”.