Gonzalo Chávez, jefe de carrera de Medicina Veterinaria en UST Viña del Mar, habla sobre las motivaciones que lo llevaron a editar “Etología clínica veterinaria del gato. Guía práctica de abordaje para médicos veterinarios”.

“Con este libro quería hacer justicia con los gatos”. Gonzalo Chávez, jefe de carrera de Medicina Veterinaria en UST Viña del Mar y gatófilo declarado, explica así una de las motivaciones que lo llevaron a editar “Etología clínica veterinaria del gato. Guía práctica de abordaje para médicos veterinarios”, publicación que acaba de lanzar en la Ciudad Jardín y que asoma como sucesora natural de la obra que presentó hace dos años, dedicada a los perros.

Obviamente, hay motivaciones más profundas para embarcarse en este desafío, pero el académico disfruta reivindicando el rol y las características de un felino que, según cuenta, en los últimos años ha ganado terreno como mascota preferida a nivel mundial, desplazando a los canes. “Esa es la gran virtud del gato como mascota, su independencia. A la gente hoy en día le acomoda mucho eso porque estás poco en casa y tienes menos tiempo para dedicarle a una mascota, entonces es muy atractivo tener un animal que no necesita que estén 24 horas pendiente de él, al que le puedes dejar el alimento servido, que se puede subir al techo sin que nadie se preocupe. Es como la mascota ideal para los tiempos actuales”, señala.

Mitos y errores

Sabiendo que la creencia popular habla del gato como un animal casi altanero y que goza despreciando a los humanos, Chávez sostiene que efectivamente hay algo de cierto en eso, pero advierte que con el paso de los años este felino se ha vuelto mucho más sociable, aunque no para considerarlo como “un perro chico”.

“El gran error es que las personas tienden a pensar que el gato se puede tratar como un perro, pero son especies muy distintas, tienen necesidades conductuales distintas. Aunque si bien no son tan sociales como el perro, hay gente que piensa que los gatos son incapaces de generar vínculos con sus propietarios y la verdad es que sí establecen vínculos muy estrechos. De hecho, pueden desarrollar patologías atribuibles a la ansiedad por separación”, señala.

El jefe de carrera de Medicina Veterinaria de UST Viña del Mar añade que son los hombres quienes han ido “construyendo” un gato más sociable. “Uno quiere que el gato lo reciba cuando llega a la casa, que lo acompañe viendo televisión, entonces uno elige el gato más cariñoso, el menos arisco y eso lo hemos ido logrando mediante selección artificial. Por eso ahora los gatos son mucho más manejables”.

Otro error que surge como efecto de esta “independencia” señala que “creemos que el gato se entretiene solo y entonces le dedicamos menos tiempo, pero como ahora es un animal más sociable, sí necesita que se le dedique tiempo para interactuar con ellos. El mejor ejemplo es que al llegar a la casa el gato exige atención, pide comida, va al baño, maúlla, se activa y corre de un lado para el otro. Y cuando uno no está, sencillamente duerme”.

Un segundo libro

Hablando sobre este segundo libro de etología clínica, Chávez señala que la motivación original fue la misma de su primera publicación: entregar una guía acorde a la realidad local de Latinoamérica. “La mayoría de la literatura científica ha sido formulada en universidades norteamericanas o europeas y el solo hecho de que nosotros contemos con versiones traducidas y que hablan sobre la experiencia de otros países, muchas veces hace que sea poco aplicable en lugares tan distintos como los países latinoamericanos”, explica.

“El libro sobre los perros (“Etología clínica veterinaria del perro. Guía práctica de abordaje para médicos veterinarios”) fue muy exitoso porque los médicos veterinarios se sentían mucho mejor reflejados por las experiencias que están plasmadas en ese libro, porque surgían a partir de estudios realizados en Chile, Argentina, Perú, etcétera, donde las realidades son mucho más similares”, recalca.

Un efecto quizás inesperado de ese primer libro es que su buena recepción no se circunscribió solo al mundo veterinario, sino que los propietarios de las mascotas también disfrutaron de sus contenidos. El académico de UST Viña del Mar aspira a que esta situación se repita y las primeras señales indican que así será.

Hemos recibido tan buena retroalimentación que nos hemos dado cuenta que el lenguaje, aunque es técnico, es lo suficientemente claro para que una persona sin formación médico-biológica pueda sacar un buen provecho. Hay capítulos dedicados al bienestar, a las necesidades conductuales, al manejo de los animales en el domicilio, al cuidado de los gatos viejos, etcétera, entonces eso es muy útil para los propietarios”, ejemplifica.