Fabiola Haro, coordinadora Centro de Atención Psicológica UST Temuco:

“En el mundo, el 50 % de las causas de muertes violentas de las mujeres son provocadas por sus parejas”

La violencia contra las mujeres o violencia de género, según el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, es uno de los principales problemas sociales del país. Su origen cultural le da un carácter de invisible y afecta a mujeres de cualquier edad, condición económica y social, y puede ocurrir en el interior de las familias, en las relaciones de pareja, pero también se da en el trabajo, en los lugares de estudio e incluso en espacios públicos.

La violencia contra las mujeres somete a la víctima a procesos intensamente destructivos de los que cuesta salir y para lo que requieren apoyo. La psicóloga Fabiola Haro, magíster en Psicología Jurídica y Forense, docente de la carrera de Psicología y coordinadora del Centro de Atención Psicológica de la Universidad Santo Tomás Temuco, explica en esta entrevista características de este tipo de violencia, del agresor, la víctima y su entorno, y hace recomendaciones para superar y prevenir este flagelo tan extendido.

¿Cómo es situación de la violencia de género nivel mundial y local?

En el mundo el 50 % de las causas de muerte violentas de las mujeres se deben a su pareja o ex conyugue.

Según la encuesta de victimización del año 2012, en Chile el 35,1 % de las mujeres declaró haber tenido uno o varios hechos de violencia a lo largo de su vida a causa de su pareja o expareja. Este año a la fecha, las causas de muerte asociadas al femicidio ascienden a 38 casos, según lo informa la página de Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres.

Características del agresor  en la Violencia de Género

Siendo los hombres los que ejercen este tipo de violencia ¿Qué características tiene este agresor?

El agresor tiene creencias arraigadas y rígidas respecto de la figura de la mujer, una perspectiva que se sustenta en el machismo, visibilizando a la mujer como un sujeto de menor valor, con menor validez respecto a sus necesidades. Claramente hay un fondo sociocultural en el tema.

Algunos autores explican que el hombre agresor tiene una estructura poco flexible, le cuesta abrirse a otro tipo de formas de la realidad. Tiene dificultades con el manejo de las emociones, en el control de los impulsos, dificultades para resolver las situaciones que generan esta tensión: desplazando sus miedos, frustraciones, las hostilidades de su trabajo al plano relacional. Tampoco tienen las competencias para canalizar correctamente las tensiones, en el contexto que corresponde y de la forma que corresponde, y esto hace que desencadenen todas sus emociones en el contexto del hogar.

Los agresores tienen un problema de aprendizaje, dado por un pensamiento concreto y rígido, algunos estudios también muestran baja escolaridad en ellos. Un hombre violento tiene más dificultades en recibir un tratamiento y escasa adherencia a la intervención, por lo que no es fácil tratarlos, ya que no incorporan nuevas formas de entender el mundo y se aferran muy firmemente a sus convicciones. Junto con esto evidencian estructuras paranoides de personalidad.

Se tiende a pensar que un agresor es un sujeto agresivo en todos sus planos, pero también hay sujetos en los que no se observa esta violencia en su vida cotidiana, pero sí dentro de su hogar.

¿El agresor nace o se hace?

La conducta del ser humano tiene factores biológicos y ambientales. Hay pautas que van a sustentar la violencia de género, pero también hay ciertos factores ligados  al temperamento, ejemplo de esto es la tendencia a la respuesta impulsiva o la tendencia reprimirse para luego explotar. Otros factores muy importantes son la crianza, hasta el desarrollo prenatal; por ejemplo, un niño que ha sido sometido a altas situaciones de estrés, tiene más probabilidades de no tolerar la frustración, y con esto, presentar mayores predisposiciones agresivas. Pueden aparecer otras variables también como el maltrato físico o psicológico vivido en la infancia, ya sea como víctima o testigo, lo que permite incorporar en el sujeto una normalización de las pautas de relación violenta.

¿Cómo influye la familia en el comportamiento de una persona agresiva?

La familia influye de una manera determinante, con la familia uno aprende a cómo regularse en el entorno. Si tengo un entorno familiar en donde me enseñan a expresar mis emociones, a resolver mis dificultades y conflictos, probablemente puedo ser impulsivo o tener ciertos rasgos o estar predispuesto a tener acciones de tipo agresivas, pero me voy a poder adaptar al entorno, ya que me entregaron las herramientas para poder controlar esta situación y resolver esas circunstancias internas. Asimismo, en la familia se reciben los valores y se integran los principales repertorios de creencias.

Si en mi entorno el vínculo es inseguro y he incorporado pautas violentas, o ideas sobre el género que sustenta la supremacía del hombre por sobre la mujer, va a ser más fácil normalizar ciertos comportamientos del victimario, así estas pautas van a formar parte de su rutina cotidiana. Por ejemplo, si un sujeto que tiene historia de violencia intrafamiliar probablemente va a tener un aprendizaje por modelaje de esta conducta, de esta práctica, por esto el rol de la familia es sumamente importante.

Ante esto ¿Cómo educar?

Se debiese poder transmitir a través de los discursos familiares la relevancia de la equidad dentro del grupo familiar, con los diferentes roles que se toman, pero con la misma importancia y relevancia, sin menospreciar un rol por sobre el otro. Formar en un clima de respeto y de valoración mutua.

¿Es determinante que una persona que ha vivido violencia durante su formación y desarrollo sea a la larga una persona agresora?

No, no es determinante, ya que, si ha tenido un adecuado tratamiento, un adecuado apoyo psicosocial, de todas las redes de apoyo, probablemente sepa canalizar correctamente esas emociones. Pero esto debe ser trabajado.

Denuncia

¿Cuánto tiempo pasa para que una persona denuncie estos actos de violencia? 

Los estudios indican que una mujer que ha sufrido actos de violencia puede pasar hasta siete años aguantando sin develar estos hechos.

¿Tienen algo que ver el desarrollo de los países con el aumento de las agresiones hacia las mujeres?

Mientras más desarrollada económicamente, industrialmente, se encuentre una sociedad, las situaciones de violencia aumentan; en cambio, en comunidades menos desarrollados se producen o aparecen menos casos en esa línea. Esto se debe a que el aumento de las comunicaciones no se traduce en un establecimiento real de redes de apoyo, muchas veces el aumento de la información hace que la comunidad se vuelva más individualizada y menos humanizada. A menor red social de apoyo aumenta el riesgo del desarrollo de sociedades violentas.