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Expertos conversaron sobre la realidad de la industria de los videojuegos en el mercado chileno y argentino

Conversar sobre esta tendencia desde una mirada cultural y empresarial de si los videojuegos como modelo de negocio son considerados rentables o no, fue el objetivo de este encuentro.

Para nadie es un secreto que la industria del videojuego mueve fabulosas cantidades de dinero y que son muchos los actores que, en consecuencia, participan en este gran mercado que viene trascendiendo desde hace varios años. Dado que es una industria con gran futuro en Chile, al punto de que ha dado de qué hablar a nivel internacional fue que se desarrolló el conversatorio: Videojuegos y mercado: ¿industrial cultural o negocio rentable?

El encuentro organizado por el área de Diseño del Instituto Profesional Santo Tomás junto a El Último Arte, contó con la participación especial del productor y coordinador de Videojuegos del Ministerio de Cultura de la Nación Argentina, Alejandro Iparraguirre, quién, además, es docente de diseño y producción de videojuegos de la Universidad de San Andrés y la Universidad de Buenos Aires.

Con más de 13 años de trayectoria en el área, Iparraguirre, explicó que en el caso de Argentina la producción de videojuegos es muy amplia, pero que todavía falta potenciar a la comunidad y a los distintos modelos de negocio que se generan para construir una cultura empresarial mucho más potente que permita diversificar esta industria.

“Nadie nace siendo un empresario y tampoco es una obligación, pero está bueno que quien quiera hacer videojuegos sepa que por lo pronto tiene que solventarse, pero sin ver como obligación que por desarrollar un videojuego va a tener una ganancia o un negocio rentable”, afirmó.

Además, señaló que hacer videojuegos es muy difícil y frustrante, y que por ello resulta clave desarrollar la empatía y las relaciones interpersonales, dado que todas las tareas en el desarrollo de un videojuego están interrelacionadas. “La frustración en el desarrollo de videojuegos es constante sobretodo porque uno trabaja en proyectos reiterativos, por eso es tan importante el testeo en la disciplina. Hay una cuota de perfeccionismo porque se está diseñando experiencia, por otra parte, el foco de la comunicación y lo comercial todavía estamos andando en el camino, es una industria nueva todavía, explicó el productor argentino.

El valor de la industria en Chile

A sus palabras se sumó el ingeniero chileno y especialista en el desarrollo de motores de videojuegos, Vicente Conejero, quien añadió que “el equipo de trabajo que desarrolla videojuegos debe ser multidisciplinario, en la universidad no nos enseñan a hacer negocios con esto de los videojuegos y los estudiantes tampoco lo van a demandar, el alumno que se mete a estudiar no es por algo de que se quiere hacer millonario, la mayoría lo hace por una pasión artística”.

Así, los chilenos han pasado de jugar videojuegos a interesarse en producirlos, algo que para Conejero se debe a que la gente está más expuesta a estos medios que las generaciones anteriores.

En este sentido, agregó que la producción de un videojuego requiere de la colaboración de un equipo compuesto por diversos profesionales (programadores, artistas, músicos, diseñadores, guionistas, productores y otros) que, siguiendo las pautas que marque el director del proyecto, unen sus diversas perspectivas profesionales para la consecución de un mismo fin: la confección de un videojuego, una obra cultural, susceptible de lograr éxito comercial.

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“En Chile hace falta generar instancias de acompañamiento que apoyen a las incubadoras y los inversionistas que pueden ser ángeles o Venture capital para desarrollar mucho más esta industria. La política de Estado que tenemos aquí es que el videojuego se ve como algo cultural y narrativo y es desde allí donde se inyectan fondos, pero todo el resto queda sin cobertura de fondos”, aseguró Conejero.

 Pero, de qué manera es posible recaudar fondos para desarrollar un videojuego o cómo se puede monetizar, al respecto, el ingeniero aclaró que en el país la mayoría de las empresas chilenas postulan a fondos culturales para llevar a cabo distintos proyectos, sin embargo, apuntó que existen otras instancias como Sercotec o capitales semillas que también inyectan recursos en la industria. “Considero que esto puede avanzar con inversionistas ángeles, personas o entidades con experiencia en los negocios que están interesadas en promover la iniciativa empresarial y participar en un buen negocio”, explicó el desarrollador de videojuegos, Vicente Conejeros.

 En tanto, Guillermo Sepúlveda, fundador del Último Arte y game manager en Badgeheroes, finalizó el evento recalcando la importancia y el desafío actual de educar a las nuevas generaciones en esta materia para que no sean capaces solo producir videojuegos sino de también comercializarlos con el apoyo del Estado y los inversionistas que se necesitan para seguir creciendo.

También, Luis Tiznado, director de carrera del área de diseño Santo Tomás, destacó la importancia de contar con espacios de dialogo y reflexión en la industria de videojuegos pues al ser parte de la industria creativa esta va mutando y adaptándose a las tendencias y focos que el mercado va demandando por lo que “para nuestra carrera de Diseño de Videojuegos es sumamente necesario que los estudiantes tengan acercamiento tempranamente a conocer detalles y optar a información de primera fuente de lo que se piensa y proyecta desde personajes activos de la industria de videojuegos a nivel nacional y el extranjero, esperamos pronto contar con nuevos eventos y actividades que vayan sumando a nuestro desarrollo”.