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Carolina Molina, jefa carrera TENS: “Mi objetivo es fortalecer lo humano de mis estudiantes”
Luego de recibir un reconocimiento a nivel nacional, por su desempeño docente, la profesional se ha puesto como meta humanizar la atención de los pacientes a través de sus alumnos.
Cada año las instituciones Santo Tomás entregan un reconocimiento a nivel nacional, a un grupo de sus docentes, quienes se han destacado por su desempeño y por obtener buenos indicadores en las carreras en las que cumplen con su labor de formar profesionales.
Este año, Carolina Molina Vega, Enfermera titulada en la Universidad de Antofagasta, jefa de la carrera Técnico en Enfermería de Nivel Superior desde el año 2007 en el IP-CFT Santo Tomás sede Ovalle, recibió por segunda vez, en sus once años de servicio, una distinción que da cuenta de su destacado desempeño académico así como también de su compromiso con los valores institucionales.
Luego de recibir esta importante condecoración de manos del Rector Nacional del IP-CFT Santo Tomás, Juan Pablo Guzmán, y que se entrega a tan solo 10 docentes de las 23 sedes que tiene Santo Tomás desde Arica a Punta Arenas, Carolina Molina se tomó un tiempo para reflexionar sobre cuáles son sus siguientes metas.
¿Qué significa para usted recibir este reconocimiento como docente?
Por una parte es bonito, porque es un reconocimiento de los 11 años trabajando aquí, por otra, es un tremendo desafío, porque cada vez que tú vas llegando a una meta y te van reconociendo esas metas, eso te obliga a ir subiendo otro escalón y subir otro peldaño, Debes tener desafíos mayores, hay que innovar, hay que mejorar aún más los indicadores, la evaluación de desempeño, si tienes un 3,5, ojalá llegar a un 4. De todas maneras hay desafíos que cumplir.
En el año 2010 usted recibió el mismo reconocimiento que este año, ¿cómo fue recibirlo en esa época?
Yo llegué a la carrera en el año 2007, en el año 2009 hice el Primer Congreso de Técnico en Enfermería, estaba recién empezando, con muy poca experiencia como docente, era más enfermera que docente y me llegó en el año 2010 ese reconocimiento porque contaba con diplomados, porque había realizado el congreso, por los indicadores que teníamos como carrera y por mí evaluación docente.
¿Cuál es su mirada, luego de 11 años trabajando en la institución, sobre su desempeño?
Cuando estás recién ingresando todo es nuevo, todo es innovación, pero a medida que van pasando los años, los desafíos, por lo menos en mi plano personal, son de otro tipo. Mis desafíos ahora son más humanos que en lo técnico. No digo que ya he tocado techo, porque cada año uno aprende algo más, pero en lo técnico ya tengo la destreza en el manejo académico, de cómo pesquisar los alumnos, cómo mejorar el rendimiento, cómo mantenerlos, cómo hacer las rotaciones, realizar convenios. Todo lo que es técnico ya llevo 11 años haciéndolo y ya me manejo, pero obviamente aún tengo desafíos y hay proyectos que estoy gestionando.
¿Por qué dice que ahora sus desafíos son en el plano “humano”?
Porque siento que los jóvenes en este momento necesitan tanta contención, tanta atención, desde lo humano, para darle un valor diferente a la atención de enfermería. Entonces en este momento mi meta es hacer investigaciones o proyecto que me permitan ayudar desde la parte emocional a mis estudiantes.
En 11 años me he dado cuenta que el perfil de los estudiantes ha ido cambiando, que las patologías de salud mental como la angustia, la depresión, la violencia intrafamiliar han ido in crescendo, siento que los jóvenes del año 2007, cuando yo llegué, son muy diferentes a los que están estudiando ahora, y esa carencia me ha hecho decir: ‘acá me tengo que enfocar, fortalecer su autoestima, hacer que se sientan seguros, que bajen el nivel de revoluciones, de violencia que se apoyen más, hacer florecer valores que, a lo mejor están, pero están dormidos’.
¿Y en ese sentido cuál es su meta?
Ojalá contribuir a cambiar el mundo desde mis estudiantes, desde los jóvenes, que sean más humanos, que la atención sea más humanizada en el hospital, que no reclamen que los jóvenes son fríos, que sólo les interesa la inmediatez, que atienden mal a las personas, que andan todo el día apurados. A lo mejor va a ser difícil cambiarlo, porque el sistema está así, pero yo creo que uno no puede quedarse sin hacer el esfuerzo.
En lo técnico es mantenerme con los indicadores, ojalá mejorarlos, pero para mí, la innovación que quiero hacer y mi objetivo, es fortalecer lo humano de mis estudiantes. Para mí, el mayor premio será cuando afuera me digan ‘tus alumnos son diferentes, atienden mejor a las personas’. Eso para mí, vale más que mil galvanos.