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Alexis Araya: “Los académicos debemos eliminar barreras e incluir a los estudiantes con discapacidad”
El docente, coordinador del Comité de Inclusión de la sede, comenta sobre sus motivaciones personales y profesionales para trabajar en pro de los jóvenes en situación de discapacidad de la sede, y además, detalla la implementación de un nuevo proyecto financiado por el “Programa de Apoyo a Instituciones para la Inclusión Educativa”.
Dando una nueva muestra de su compromiso con la inclusión de sus estudiantes, la Universidad Santo Tomás de La Serena, a través de su Comité de Inclusión, se adjudicó nuevamente fondos del Programa de Apoyo a Instituciones para la Inclusión Educativa de Estudiantes en Situación de Discapacidad – 2018, Región de Coquimbo; hecho que permitirá la implementación de un proyecto por $6.720.000.
Gracias a esta iniciativa, que aporta a la inclusión social de personas en situación de discapacidad mediante el financiamiento del Servicio Nacional de la Discapacidad, SENADIS, del Gobierno de Chile, la casa de estudios contratará a un/a docente especialista, un/a psicólogo/a y tutores, en coordinación con la Dirección de Asuntos Estudiantiles y el Centro de Aprendizajes, se apoyará a todos los jóvenes en situación de discapacidad que requieran ayuda durante sus años de estudio, tanto en la universidad, centro de formación técnica y universidad.
El académico de Educación Diferencial y Director de magíster en educación, Alexis Araya Cortés, es el coordinador del Comité de Inclusión de la institución (entidad que también desarrolló proyectos en los años 2014, 2015 y 2017); quien detalla en las siguientes líneas el trabajo en la materia que se desarrolla en la casa de estudios.
Comité de Inclusión
¿Cuál es la finalidad del Comité de Inclusión?
Está integrado por diversos académicos y directivos, y tiene la tarea de impulsar cambios en materia de inclusión en la casa de estudios, formulando y ejecutando proyectos, desarrollando actividades de capacitación y difusión, como seminarios; y por sobre todo, aplicar el protocolo para la admisión de estudiantes en situación de discapacidad.
Este último es un procedimiento que inclusive ha despertado el interés de otras instituciones, y consiste en una entrevista conjunta entre un miembro del comité de inclusión, un académico o Jefe de carrera de la carrera a postular, y el estudiante, a fin de determinar cuáles son los apoyos que el alumno requiere para cursar sus estudios.
Y con qué fin se postuló nuevamente a un fondo concursable en materia de inclusión educativa
Desde el año 2014, y también en 2015 y 2017, se viene trabajando en la línea de inclusión mediante la adjudicación de fondos para implementar proyectos en la línea de inclusión, principalmente para la compra de recursos educativos.
En el caso de este proyecto 2018 la finalidad es fortalecer a la institución en materia de inclusión, entregando apoyo a los estudiantes mediante recurso humano.
¿Qué se implementará en la sede con estos fondos?
Se contratará a un profesor especialista en educación especial e inclusión; y asimismo, se contratará también un psicólogo para que entregue apoyo en el ámbito socio-emocional de los estudiantes.
Igualmente, y para trabajar no sólo desde el ámbito profesional, se contratará a estudiantes de niveles más avanzados para que sean tutores de alumnos con discapacidad. De esta forma, estos jóvenes trabajarán en ayudantías, como pares, con aquellos jóvenes que necesiten de este tipo de acompañamiento académico.
¿Cuántos alumnos en situación de discapacidad tiene la sede?
Aproximadamente son 18 estudiantes, los cuales presentan, en distintos grados, discapacidad física, visual, intelectual o cognitiva, y auditiva.
Cabe mencionar que cada año aumenta el número de jóvenes en situación de discapacidad que postula e ingresa a la educación superior, por lo tanto, como región y como universidad no estamos ajenos a esta realidad. De hecho, este año 2018 se incorporaron 10 estudiantes en situación de discapacidad a carreras tanto técnicas como profesionales, a los cuales se pretende apoyar sin distinción.
Al respecto, cabe saber que la participación de los jóvenes es voluntaria, pues no se puede exigir a todos que participen sin su total convencimiento.
Motivación y cambio cultural
En lo personal, ¿qué lo motiva a trabajar en pro de jóvenes en situación de discapacidad?
Principalmente, por un tema de justicia social y equidad. Creo que como académicos debemos tomar conciencia y eliminar o minimizar estas barreras, las cuales muchas veces son tangibles o intangibles; donde estas últimas, que tienen que ver con actitudes, creencias y expectativas que se tienen respecto a los estudiantes, son más difíciles de quitar.
Igualmente, otro aspecto que me motiva a generar este tipo de proyectos es el generar cambios en las instituciones con respecto a la línea de la inclusión, y junto con esto, generar cambios en la cultura de la organización, en cuanto a que sea más abierta, flexible y con apertura a la inclusión y a la diversidad.
Y desde su experiencia, por qué cree que a la sociedad chilena le ha costado tanto incorporar, respetar y valorar a las personas en situación de discapacidad.
Las personas en situación de discapacidad siempre han constituido un grupo minoritario y excluido, sin considerar la creación de algunas políticas al respecto, pero que sin embargo no han sido suficientes.
Retomando lo anterior, esto pasa por un tema cultural y de pensamiento de nuestra sociedad, donde discriminar, excluir, competir, el individualismo, etc., son parte de nosotros. Debemos crecer y ser una sociedad más cooperativa y colaboradora, lo cual requiere de mucho tiempo y esfuerzo, pues a pesar de que esto viene hace bastante tiempo atrás, recién estamos comenzando.
¿Existe algún ejemplo internacional en esta materia digno de mencionar e imitar?
Nosotros participamos de una red latinoamericana de educación superior inclusiva donde se comparten experiencias e innovaciones que se practican en algunos países.
Al respecto, se aprecian las principales diferencias en materia de políticas; por ejemplo, existen universidades en otros países que tienen un departamento que impulsa al interior de las instituciones la atención a la diversidad y la inclusión.
Igualmente, en otros países son los propios estudiantes discapacitados quienes generan y construyen colectivos que impulsan iniciativas, sin esperar que las instituciones o las políticas realicen esto por ellos, es decir, son jóvenes empoderados que conocen sus derechos; una materia de liderazgo juvenil en la que estamos al debe como país.
Y en materia educativa, ¿vamos bien encaminados o es mucho lo que hay que hacer aún en inclusión?
En educación superior falta mucho, porque no todos los profesores tienen formación académica al respecto, a pesar de que se realizan capacitaciones; por tanto, es difícil realizar adecuaciones curriculares a las mallas o a las asignaturas; hecho distinto a lo que pasa en la educación inicial y en la educación básica.
Además de este tema curricular, donde se piensa sólo en un tipo de alumno o alumna estándar, falta modificar las prácticas dentro de la sala de clases, es decir, incorporar metodologías innovadoras donde los estudiantes sean participantes activos de su aprendizaje e impulsen, por ejemplo, el aprendizaje cooperativo, proyectos, aprendizaje basado en problemas y la incorporación de la tecnología como una práctica inclusiva.
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