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Nuevas formas de adquirir experiencias internacionales: Programa COILAcadémica de Terapia Ocupacional entregó recomendaciones para que personas mayores tengan un buen sueño y descanso
Carolina León es Académica del Área Psiquiatría y Salud Mental Adultos y Jefa de Carrera de Terapia Ocupacional de la Universidad Santo Tomás Santiago. Durante el primer semestre realizó el Taller sobre Higiene del Sueño para personas mayores, junto a estudiantes de cuarto año.
Luego de llevar a cabo exitosamente el Taller sobre Higiene del Sueño para personas mayores, junto a estudiantes de cuarto año, Carolina León, Jefa de Carrera de Terapia Ocupacional de la Universidad Santo Tomás Santiago, entregó recomendaciones para que los adultos mayores puedan lograr un buen descanso.
La Académica del Área Psiquiatría y Salud Mental Adultos destacó que la higiene del sueño es vital en las personas mayores, ya que “durante la pandemia los más afectados en calidad de descanso y sueño han sido ellos«.
«Antes de la pandemia, el porcentaje de personas mayores con alteraciones del sueño era aproximadamente de un 50%, hoy esa cifra ha aumentado a cerca de 75%. Es decir, 3 de cada 4 personas mayores presentan alteraciones en esta área”.
¿Cómo mejorar la calidad del descanso y sueño en personas mayores?
Para lograr este objetivo es fundamental incorporar en su rutina hábitos que favorezcan una adecuada higiene del sueño, entendiendo ésta como el conjunto de comportamientos y recomendaciones destinadas a promover el sueño saludable. Adquirir estos hábitos provee de una importante herramienta para mejorar la calidad del sueño.
¿Qué se recomienda para tener una buena higiene del sueño?
Aquí se consideran 3 elementos claves: el ambiente, la rutina y la alimentación.
Es muy importante que el ambiente en donde se realice la actividad de descanso y sueño sea el adecuado. Esto es: baja iluminación, temperatura regular entre 18 y 20 grados, espacio ordenado, aislación de ruido ambiental, cama confortable, entre otros.
También es necesario establecer una rutina antes de dormir, respetando horarios y duración del sueño diario, según grupos de edad. Por ejemplo, si una persona mayor comienza su descanso a las 00:00 horas, lo óptimo es que despierte y se levante luego de 6 ó 7 horas si su nivel de actividad es leve. Ahora bien, si mantiene un nivel de actividad moderada podría extender sus horas de sueño a 8 ó 9 horas. Otra acción positiva es la incorporación de una actividad de relajación (no ejercicios ni actividad física intensa). Esto resulta muy beneficioso para facilitar la conciliación del sueño. Por otra parte, es muy importante abstenerse de ver TV, escuchar radio o utilizar el celular, por lo menos 1 hora antes de dormir.
En relación a la alimentación, se debe procurar no ingerir alimentos por lo menos 2 horas antes de dormir. Esto incluye café, té, alcohol y bebidas. Considerar que la última comida del día debe ser liviana, libre de carbohidratos y aliños.
¿Qué produce en el cuerpo dormir bien y dormir mal?
El descanso y sueño para los seres vivos cumple importantes funciones de regulación, recuperación y procesamiento. Regulamos la temperatura, hormonas, por ejemplo la del crecimiento, el cortisol relacionado con el estrés, se regula también el funcionamiento de nuestros órganos, disminuye la frecuencia cardiaca. Lo mismo sucede con la presión arterial, la frecuencia respiratoria, entre otros.
También se produce recuperación de energía, lo que beneficia nuestro sistema inmunológico, y a través del descanso también podemos afrontar algunos síntomas de enfermedad, como por ejemplo cuando tenemos fiebre, migraña, dolor muscular, entre otros.
El procesamiento de los aprendizajes se produce mientras dormimos y descansamos. Esto está relacionado con el almacenamiento de aprendizajes diarios que se incorporan en nuestra memoria, a través del buen descanso.
Una persona que tiene una mala calidad de descanso, y sobre todo para las personas mayores, verá disminuido los niveles de atención y alerta. Esto los hace más propensos a desconectarse del ambiente, a no participar y por supuesto a sufrir accidentes cotidianos. Estudios demuestran que existe un impacto negativo importante en los sistemas cardiaco, respiratorio, endocrino, musculoesquelético, entre otros. Dormir poca cantidad de horas, menos de 6, aumenta importantemente la tasa de mortalidad.
¿Cómo podemos ayudar a las personas mayores a cuidar su higiene del sueño?
Es importante que incorporemos a los adultos mayores en actividades cotidianas según sus intereses, favoreciendo independencia en actividades de autocuidado, baño, alimentación, permitiéndoles cumplir con roles definidos dentro del hogar como responsables de actividades como compras, aseo casa o jardín, cuidado de mascotas, entre otras. Todo esto orientado a mantener una rutina equilibrada, estructurando y diferenciando las actividades diurnas de las nocturnas. Es importante instaurar dentro de las actividades nocturnas una rutina de descanso, a través de la incorporación de hábitos de higiene del sueño.
Finalmente, hay que tener muy presente a que en caso de requerir apoyo siempre debe dirigirse y consultar con especialistas del área de la salud.
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