Estudiantes de primer año Santo Tomás 2022

Los desafíos y las motivaciones para ingresar a la educación superior

Un nuevo año académico inició en Santo Tomás  y  cientos de nuevos tomasinos dieron los primeros pasos en su formación profesional convencidos de que alcanzarán sus metas y que nunca es tarde para empezar a estudiar.

Cumplir con una meta anhelada desde siempre, adquirir conocimientos apasionantes y seguir la vocación es lo que mueve a muchos de los estudiantes que ingresaron hace unas semanas al primer año de una de las carreras del IP-CFT Santo Tomás sede Ovalle.

Con gran entusiasmo vivieron las primeras actividades de bienvenida y sus primeras clases, con un ímpetu acrecentado por el efecto de vivir los dos últimos años en pandemia, con múltiples restricciones.

Cuatro de ellos nos cuentan cuáles son sus desafíos y aspiraciones para este año académico 2022 que recién empieza.

“No solo se trata de la institución sino del esfuerzo de uno”

Eventz Alteon (23 años) optó por estudiar la carrera de Técnico en  Administración en la jornada vespertina, puesto que durante el día trabaja. Él es originario de Haití, y hace 6 años que vive en Chile, los tres primeros se radicó en Santiago, pero luego decidió mudarse a Ovalle.

“En Haití tenemos muchos problemas y mis padres me dijeron que era mejor salir del país para una mayor protección y progresar más rápido, entonces ahí estuve viendo qué país y como investigué un poco de Chile, me gustó. Tenía bien claro cómo son las cosas. Lo que fue un poco difícil al principio fue el idioma y después la cultura, pero todo me gusta y fue más rápido para integrarme a la sociedad”.

Cuando llegó al país no tenía ningún conocido, sus padres le dieron la opción de que estudiara y luego buscara un trabajo, porque no sabía el idioma. “Yo tenía el cuarto medio de mi país, pero como no es válido acá, me mandaron a segundo medio”, cuenta Eventz, quien tuvo que volver a la enseñanza media en un colegio para adultos.

Hoy trabaja en una empresa agrícola de Limarí, encargado del riego de las plantas, un trabajo que aprendió en la práctica y con el que financiará sus estudios superiores.

“Mis padres tienen un negocio de telas, compran en China, Panamá y venden en Haití”, comenta Eventz, cuando se refiere a la carrera que escogió, su idea es ayudar a sus padres en el negocio, pero además progresar de forma individual.   “Me gusta mucho la carrera”, afirma, y cuenta que escogió Santo Tomás porque buscó información en internet y conversó con mucha gente que le dijo que era una buena institución.

Por eso, dice además que, para este año académico “espero lo mejor, no solamente se trata de la institución sino del esfuerzo de uno”.

“Esta decisión la tomé hace bastantes años”

“Fui mamá a los 18 años, después nació mi segundo hijo y dije: ‘después, cuando mis hijos estén más grandes yo voy a estudiar’, esta decisión la tomé hace bastantes años… me gusta ayudar a los demás a los que están enfermos y servir a la comunidad”, cuenta Paula Moraga Maureira, (37 años) cuando le preguntamos los motivos por los que ingresó a la educación superior y optó por la carrera de Técnico en Enfermería.

Sin embargo, confiesa que la decisión no fue fácil. “Me costó harto tomar la decisión de estudiar, fue con ayuda de mi pareja qué me insistía en que yo podía, porque yo siempre decía que me da miedo, pero estoy aquí, lo voy a enfrentar, sí yo lo pienso va a salir bien”, afirma muy segura.

Sobre todo, porque en su familia ya se han puesto de acuerdo para que ella pueda estudiar. “Estoy súper organizada para iniciar las clases, hacer las consulta si tengo alguna duda, en cuanto a lo familiar, ya nos organizamos cómo van a ser las cosas, por el tema de que los niños van al colegio. Institucionalmente, con las entrevistas, con los juegos didácticos que hicieron,  igual es una instancia y un momento para conocer las caras y saber a quién uno le puede pedir las ayudas”, aseguró.

Por último, Paula dice que “siempre he pensado en estudiar, porque obviamente me gusta, pero para integrarme a lo laboral, para generar ingresos y obviamente uno tiene que salir con la vocación de ayudar al prójimo, de estar ahí, de tener paciencia”.

Siguiendo la vocación

Tania Osorio (34 años) descubrió su vocación mientras trabajaba en un colegio como asistente de la educación, y siguiendo sus aptitudes optó por formarse como profesional en la carrera de  Psicopedagogía.

“Estuve 4 años trabajando en educación y tuve un curso de asistente de educación. En mi trabajo conocí un profesor psicopedagogo, que fue quien me motivó a estudiar la carrera, porque me dijo que tenía muchas aptitudes para hacerlo”, comenta Tania.

Cuando tomó la decisión de estudiar, renunció a su trabajo en un liceo por la incompatibilidad horaria, sin embargo, afirma que tiene todo el apoyo de su familia para enfrentar este desafío.

“Mi familia me apoya 100% y mi marido fue quien me incitó a estudiar, tengo dos hijas que están grandes y ya están independientes y autosuficientes así que eso me sirve mucho para volver a estudiar, porque yo salí de cuarto medio y como quedé embarazada muy temprano, no pude seguir estudiando”.

En cuanto al financiamiento de sus estudios, Tania dice que por desconocimiento pensaba que no tenía derecho a beneficios estudiantiles y no postuló el año pasado, pero que “aquí me dijeron que sí, así que para la nueva postulación del FUAS vine para acá y postulé con la asistente social, así que espero que salga algo”, señaló.

Por último dijo que “todos los días me levanto muy temprano para dejar a las niñas en el colegio y después volver para acá, súper emocionada, motivada para poder participar y poder estar con todos los conocimientos que necesito desde ya”.

“Uno puede empezar de cero y no importa la edad”

Profesionalizar su pasión por la agricultura, aprovechando todas las oportunidades, sin importar la edad que se tiene, es la consigna de Carol Bugueño, quien a sus 43 años decidió ingresar a Santo Tomás para estudiar Técnico Agrícola.

Su opción, afirma, la tomó por su amor a la naturaleza. “Me gusta estudiar las plantas y tener contacto con la naturaleza, me apasiona ver cómo crecen. Ahora voy a saber muchas cosas más, para tener un campo donde trabajar y dedicarme a eso. Siempre estoy plantando porotos, lentejas, en mi casa, me gusta mucho ver videos de naturaleza y ahora que se me dio la oportunidad de estudiar no la voy a perder”, asegura Carol.

Y agrega que, “se me dio la oportunidad ahora y muchos me decían ‘¿para qué?,  que era una pérdida de tiempo, que cómo iba a estudiar, y yo pienso que nunca es tarde para aprender, siempre hay algo que saber, uno puede empezar de cero y no importa la edad”, afirma muy entusiasmada.

Su adolescencia y juventud no fueron fáciles, por eso no pudo continuar sus estudios. “No tuve la oportunidad de sacar cuarto medio, ahora adulta lo hice. Tenía muchas dificultades, un hijo pequeño, ahora ya están grandes, están trabajando. Yo me postergué, fui mamá a los 14 años, tengo un hijo de 29, en total  tengo 5 hijos y estoy en una edad de lograr cosas,  yo digo a lo mejor no voy a poder, a lo mejor no voy a titularme, pero voy a hacer el intento, no me voy a rendir”, asegura Carol.

Sobre todo, porque ella cuenta con el apoyo de su familia. “Mi marido me apoya,  mis hijos están felices. Yo trabajo todo el día, además vendo tortillas en la feria, en el mercado, no tengo tiempo para nada, pero yo quiero sacarle el jugo a cada día, ahora que tengo la oportunidad. Dios me bendijo, porque tengo trabajo, tengo estudio, tengo emprendimiento y beneficios”, comenta muy orgullosa.

Por último, está muy agradecida del apoyo institucional para lograr sus propósitos. “Tengo gratuidad, por eso aproveché de estudiar y agradecida de Santo Tomás qué me recibió y me aconsejaron a seguir, ellos me dieron el empujón, les dije que me cuestan las matemáticas, que estoy muy vieja, pero ellos me dijeron ‘usted puede, aquí la vamos a ayudar en todas las áreas’, y me dieron el ejemplo de otras personas que salieron adelante”.