Noticia anterior
Estudiante de UST Temuco deja huella en Congreso Católico con inspirador testimonio de esperanza y superaciónAntofagasta vuelve a ser sede del Congreso Católicos y Vida Pública con conversaciones en torno a la “esperanza”

El pasado jueves 12 de junio se realizó la XXI versión del Congreso Católicos y Vida Pública en la sede Antofagasta de Santo Tomás, recinto que alberga tanto las instalaciones de UST como del IP-CFT, tras la exitosa versión realizada pocos días atrás en la ciudad de Talca, todo bajo el lema «La esperanza es la respuesta».
La jornada comenzó con la Santa Misa en el Auditorio de la sede, la que fue presidida por Monseñor Ignacio Ducasse, Arzobispo de Antofagasta. “Nosotros nos preguntamos, ¿qué significa la esperanza? ¿A qué puede dar respuesta? Tal vez podríamos recordar las pequeñas cosas cotidianas que esperamos. Cada persona puede elaborar su propia lista de esperanzas cuyos resultados están probablemente fuera del propio control y, en última instancia, son intrascendentes. Estas esperanzas van y vienen y está claro que no nos jugamos la vida por ellas. Sin embargo, la ‘esperanza’ a la que nos invitó el Papa Francisco por el Año Jubilar, que ha retomado el Papa León y ahora este Congreso, es muy diferente», señaló Monseñor Ducasse.
La cercanía del Papa León XIV con Sudamérica
Tras la bienvenida por parte de Exequiel Ramírez -Rector de la sede Antofagasta- y Esther Gómez de Pedro -Directora Nacional de Formación e Identidad-, se dio paso al primer conversatorio del día. Titulado «La esperanza: un jubileo y una necesidad para América», fue una amena conversación entre Esther Gómez de Pedro y la Dra. Rosa Sánchez, Decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo, Perú.
Para la académica, la elección de León XIV es un signo de «esperanza» ya que «la elección se dio al segundo día, eso para mí era una respuesta a un desafío, pues nos decían que había una Iglesia fracturada y que iba a ser difícil consensuar».
«Al haber podido trabajar con el Papa León, he visto que es una persona que escucha mucho, habla poco y actúa rápido. Sobre todo, para un puesto de liderazgo se requiere escuchar mucho», añadió la académica para luego comentar cómo fue su llegada a la Diócesis en el año 2015.
La esperanza desde distintas miradas
Posteriormente fue el turno de la primera mesa, la que mostró las distintas visiones de la esperanza en voz de distintas personas ligadas a Santo Tomás. David Sepúlveda, docente de Santo Tomás, habló sobre la experiencia que tuvo al ser voluntario con niños y jóvenes vulnerables, viendo cómo podían incluso llegar a la educación superior.
También escuchamos el testimonio de Luis Carlos Estupiñán, estudiante del IP Santo Tomás y Alumno Sello, quien relató cómo fue su llegada a Chile y todo el camino que tuvo que recorrer hasta llegar a convertirse en uno de los Hermanos Tomasinos y liderar trabajos voluntarios en la zona.
Claudia Andrea Urriola, Directora del Centro de Aprendizaje de la UST Arica, fue otra de las participantes, y habló de cómo entendía el concepto de «esperanza» luego de su experiencia recibiendo a una niña como casa temporal, para luego quedarse con ella y ver toda su evolución, incluyendo avances en su forma de comunicarse que anteriormente contó con muchos diagnósticos negativos que decían que esto no sería posible.
Finalmente fue Ignacio Torres, estudiante de Ciencias del Deporte en UST Santiago, quien comentó su vivencia como deportista paraolímpico, desde cuando fue informada su enfermedad a su familia hasta estos últimos años, donde fue ampliamente aclamado por dos medallas de oro y una de plata en los Juegos Parapanamericanos de Santiago 2023.
¿Cómo involucramos la «esperanza» en la enseñanza?
Tras un receso, llegó el turno de la segunda mesa, la que estuvo enfocada en la forma en la que la esperanza se traspasa a través de la educación con el título «Formar en la esperanza: respuesta ante el desafío de la ciudadanía».
María Cecilia Hernández, Rectora de la Universidad Católica del Norte, habló sobre sus inicios en las matemáticas cuando joven y la forma en la que se «creyó el cuento» gracias a la ayuda de un profesor, utilizando todo su don con los números sin limitaciones. Esto incluso la llevaría a ser parte de una carrera históricamente masculina como la Ingeniería Civil Metalúrgica y a alcanzar el grado de Doctora en Química, llegando posteriormente al puesto de Rectora en aquella institución del norte del país.
Por otro lado, Tomás Rivadeneira, habló sobre cómo se podía formar desde la esperanza y pensando en la ciudadanía. Él, ingeniero y co-fundador del Colegio CREE, tomó un rumbo diferente al de muchos de sus colegas para expandir sus conocimientos con un Máster en Educación. Esto, sumado a los valores que comparte como Director de Santo Tomás, han llevado a una nueva forma de educar tanto académica como valóricamente a más de 1.000 jóvenes en su establecimiento.
Allí también pudo contar su vivencia Inés Rose Fisher, Psicóloga y Directora de la Escuela de Psicología en UST Puerto Montt. En sus palabras, la académica habló sobre la conexión que existía entre la formación de estudiantes en su disciplina y el desarrollo de esta con el concepto de la esperanza y otros valores, generando un punto de encuentro donde la parte espiritual la profesional se terminan uniendo para entregar un mejor servicio a la comunidad.
Agradecimientos y nuevas miradas: Las conclusiones del Congreso
Una vez terminado el encuentro, los presentes compartieron un café para aprovechar de conversar después de tantas visiones nuevas respecto a la fe y al concepto de esperanza. Una de las voces que surgieron fueron las del Padre José García Patiño, Capellán Nacional de Santo Tomás, quién señaló que la esperanza es importante “en la etapa que están los jóvenes, donde la naturaleza está en todo su esplendor. De pequeños crece mucho, terminada la juventud comienza a decaer, entonces es un símbolo de la esperanza natural basada en las fuerzas. Al mismo tiempo, les queda un futuro grande por delante, entonces, tengas los problemas que tengas, siempre vas a poder levantarte y seguir adelante”.
“Llegar a esa perseverancia, donde te levantas y te caes, que no desistas porque has tenido un fracaso en los estudios. Ahí te digo ‘sigue adelante’. Einstein dice que en cada humano hay una energía más potente que la luz, más potente que todo, que es la fuerza de voluntad. Está comprobado que el 25% de los resultados en los estudios se debe a inteligencia y el 75% a voluntad, entonces no es falta de inteligencia, es lo que pasa con tu voluntad”, concluyó el Padre.
Entre los presentes se encontraban incluso estudiantes de educación media. Antonella Rubio -2° medio- y Mauricio Astudillo -4º Medio- fueron dos de los presentes. La joven señaló que se sentía sorprendida con todas las versiones que tenía cada persona de la palabra “esperanza” ya que “no sabía que era una palabra muy fuerte y a la vez muy corta. Entendí muchos consejos nuevos sobre la palabra ‘esperanza’, ya que nunca la había tomado desde este punto de vista que me dieron las personas importantes en la conversación”.
Por su parte, Astudillo comentó que este tipo de eventos “nos dan confianza y una nueva vista a algo que no teníamos tan instruido, como el tema de hablar de esperanza y de estar siempre activo. Se nos presenta una gran posibilidad gracias a Santo Tomás por enfrentar lo que vendría siendo la PAES y próximamente entrar a la educación superior”.
El Rector Exequiel Ramírez Tapia también tuvo algunas palabras, asegurando que “nos sentimos muy alegres como equipo de ser anfitriones. Estos son espacios de encuentro, a veces de pares improbables, donde ponemos el bien común y empezamos a reflexionar. Nos quedó claro que la esperanza no es ser positivo, la esperanza es fijar un propósito y trabajar mucho, alimentándola y cultivándola. Tenemos la oportunidad y es ahora que debemos abordar los desafíos de la región, y la forma en que este congreso nos muestra que es juntos, que es colaborativamente, creo que es el camino”.
La Dra. Elsa Echeverría, Rectora de la Sede Santiago de UST, Dra. sostuvo que “entender la esperanza es primero una responsabilidad, pero también un desafío como Santo Tomás para que podamos cultivarla en nuestros estudiantes desde el trabajo individual y colectivo. Me parece que es parte de nuestra misión. Pienso que este fue un tema espectacular y además decir que ‘la esperanza es la respuesta’ creo que a todos nos sintoniza con lo que estamos viviendo y con lo que necesitamos”.
El deportista Ignacio Torres también compartió algunas palabras, asegurando que “la esperanza lo es todo, es tu propósito de vida, de surgir, de buscar nuevos objetivos y nuevas metas. Te sirve en el ámbito deportivo, educativo y personal. Creo que tengo mucho que entregar en el tema de la esperanza; mi vida es bastante esperanzadora. Superar una discapacidad y tratar de vivir con ella de la mejor forma, creo que era el tema perfecto para haber sido expositor”.
Rodrigo Bruna, Director de Formación e Identidad de Santo Tomás sede Antofagasta, añadió que “para nosotros es una alegría poder acoger nuevamente el Congreso y sobre todo abordando una temática que hoy día no tan solo tiene que encender los corazones, sino también las mentes. Es fundamental poder crear diálogo con sentido para transformar una sociedad que necesita no tan solo hablar de esperanza, sino que vivirla con el compañerismo, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico y sobre todo pensando en el bien común”.
Por su parte, Esther Gómez también entregó sus apreciaciones: “Me quedo llena de esperanza porque ya el hecho de juntarnos para reflexionar sobre ella es esperanzador: genera la confianza necesaria para esperar algo bueno futuro pero difícil de conseguir. Y con esa confianza uno se mueve para poner los medios. Es saber que no estamos solos, es una manera de revitalizar y practicar la esperanza porque nos fortalecemos y ganamos en capacidades. La educación es un instrumento maravilloso para generar esperanza: pequeñas y grandes, sobre todo saberse amado y perdonado por Dios, que es la fuente de la esperanza con mayúscula”.
Tal como señalaron varios panelistas, la “esperanza” es algo que se cultiva, pensamiento al que se une la Directora Nacional de Formación e Identidad: “El cultivo de la esperanza en el cultivo de buenas personas es muy central porque da confianza en uno para tomar las decisiones correctas y para perseverar en el logro de los hábitos y competencias. Y a futuro es madurar como personas de bien y con espíritu de servicio”.
“Aprendimos con nuestra invitada internacional, la Dra. Rosa Sánchez, cómo el Papa León es un signo de esperanza muy grande en nuestros tiempos conociendo la forma en que él dio esperanza a tantas personas en Chiclayo mientras estuvo allí como Obispo; escuchamos de los testimonios de nuestros invitados cómo Dios se sirve de nuestros padres, profesores o a veces de las circunstancias de la vida, para transmitirnos esperanza y seguir caminando en esta aventura de la vida que Dios nos regala”, añadió.
Posteriormente recordó que en el evento “escuchamos ejemplos concretos: la educación y la exigencia personalizada nos hacen sacar lo mejor de nosotros mismos, una enfermedad que lleva al borde de la muerte y nos hace valorar cada día y vivirla a tope, o unos padres que dicen sí a la vida ante un hijo del que sólo se pronostican cinco minutos de vida y hoy es campeón mundial en un deporte o de una adopción difícil que devuelve esperanza a muchas personas y sigue expandiéndola, o situación de migración que presenta muchas dificultades que termina abriendo caminos de esperanza”.
“La esperanza última sólo Jesucristo nos la puede dar pero Él también nos permite colaborar con Él y, anclados en Él, ser señales de esperanza hoy en nuestra sociedad para tantas personas que nos rodean. En lo concreto, en el detalle, en el ahora podemos ser signo de esperanza, no hace falta esperar a que lleguen circunstancias milagrosas: tú y yo podemos ser testigos de esperanza, de la esperanza de la vida divina que nos abre horizontes infinitos ya desde ahora. No solo esperar al cielo, sino que es vivir el cielo en la tierra ya por la amistad con Cristo y nos hace signos de esperanza para los demás”, concluyó.